La sociedad y su justa jerarquía de valores

El informe sobre la salud en el mundo publicado por la OMS – 2005, señala que este año casi 11 millones de niños menores de cinco años morirán por causas en gran medida prevenibles. De ellos 4 millones no vivirán más de un mes. Al mismo tiempo, más de medio millón de mujeres morirán durante el embarazo, o en el parto o poco después. En el informe se advierte que si se desea reducir esa enorme calamidad, es necesario garantizar a cada madre y a cada niño el derecho a acceder a la atención sanitaria desde el embarazo, pasando por el parto y el período neonatal hasta la niñez.
Un comunicado de prensa sobre el informe «El Estado de la Vacunación e Inmunización en el Mundo» advertía que, «si no se toman medidas urgentes y estratégicas para tapar las brechas de financiamiento, investigación y cobertura de inmunización global, podrían reintroducirse antiguas enfermedades y podría darse la emergencia de nuevas infecciones».

En el África sub-sahariana, por ejemplo, sólo la mitad de los niños tienen acceso a la inmunización básica contra enfermedades comunes tales como la tuberculosis, el sarampión, el tétanos y la tos ferina. «En muchas regiones del mundo», explicaba Gro Harlem Brundtland, director general de la Organización Mundial de la Salud, «es más la regla que la excepción el que los niños mueran por enfermedades infantiles tan comunes como el sarampión, que causa cerca de 700.000 muertes cada año».
La ayuda exterior a los países en vías de desarrollo para inmunización alcanza ahora cerca de los 1.560 millones de dólares al año. Con 250 millones de dólares adicionales al año, al menos 10 millones de niños más podrían disponer de las vacunas básicas. Y 100 millones de dólares al año adicionales podrían cubrir el coste de vacunas más modernas, incluyendo las de la hepatitis B, o la fiebre hemofílica B. El informe estima que cada año estas dos enfermedades causan casi un millón de muertes entre los niños. Me pregunto yo ¿Y como estamos nosotros en relación a esta calamidad?
En fin, los relatos sobre la pobreza en los países del Tercer Mundo son bastante comunes, pero adquieren una nueva dimensión al contrastarse con las enormes sumas gastadas en el cuidado de los animales y; que conste, no le tengo animadversión a los animales pero,
el mismo día que se publicaba el comunicado de prensa, Associated Press informaba de cómo las mascotas de Palm Beach (Florida) están a punto de tener su propia revista de sociedad. La nueva publicación está pensada «para recoger los eventos caninos más importantes de la temporada, los últimos diseños en camas para perros y las idas y venidas, en general, que hacen de los purasangre con pedigrí el tema de charla de los encuentros semanales».
El «Palm Beach Pet Society» es editado por Joanne Cutner, quien, según el reportaje, quiere asegurarse de que los animales sean tratados tan bien como sus propietarios. Las mascotas de Palm Beach acuden a fiestas de cumpleaños de más de 1.000 dólares y se adornan con collares de diseño de 75 dólares, jerséis de 100 dólares e incluso con preciados diamantes y perlas.
Y luego está el seguro sanitario. En Canadá, el periódico National Post informaba el 1 de agosto que los propietarios de mascotas pueden ahora firmar pólizas de unos 15 dólares al mes. Las pólizas pagan hasta 3.100 dólares, en caso de que un animal sea atropellado por un coche, revelaba.

El periódico citaba una estimación de mayo del 2001 por Euromonitor, según la cual, menos del 1% de los 8,6 millones de perros y gatos de Canadá están asegurados. Esto está muy por detrás de los países europeos. En el Reino Unido, por ejemplo, el 13,2% de los 14,4 millones de perros y gatos están asegurados.
Randy Valpy, vicepresidente y director general de Winnipeg, un plan de seguros para mascotas con sede en Manitoba, espera que el número de mascotas aseguradas en Canadá crezca hasta un 11% en 25 años. El Pet Plan estima que el mercado de seguros sanitarios de mascotas canadienses es capaz de generar más de 222 millones de dólares al año en ingresos brutos.
Como podrán haber observado, diera la impresión que algo está distorsionado ya que, esos mercados no parecieran estar funcionando como debieran, es más, parece que hay quienes tienen urgente necesidad de un curso de racionalidad en este tema.
Finalmente, me digo yo, después no nos sorprendamos que las mayorías de la base de la pirámide no nos quieran.