El sueldo en la educación superior

Alain Peyrefitte, miembro de la Academia Francesa y de la de ciencias Morales y Políticas de Francia, señala que: “El conocimiento del Tercer Mundo me convenció de que Capital y Trabajo, considerados por los teóricos del liberalismo tradicional y los teóricos del socialismo como los factores del desarrollo económico, son en realidad factores secundarios, y que el factor principal que afecta a esos dos factores clásicos con un signo más y un signo menos es un tercer elemento, que he denominado el tercer factor inmaterial: el factor cultural”. Y acudiendo a la historia, señala que fue el factor que impulsó a Holanda, Inglaterra, y luego a Europa Occidental y otras sociedades tradicionales amenazadas por epidemias, hambrunas y conflictos sangrientos, hacia la etapa de sociedades desarrolladas.

El elemento esencial que estaba detrás de este despegue hacia el desarrollo, señala Peyrefitte, fue la educación de calidad, la cual permitió la generación de nuevas tecnologías sobre la base del desarrollo científico que dicha educación genera. Este matrimonio entre la ciencia y la tecnología inició una era que el economista Simon Kuznets denomino: “desarrollo económico moderno”. Esta situación que algunos estudiosos del desarrollo económico han llamado la “Segunda Revolución industrial”, creo la posibilidad de desarrollar el uso de combustibles líquidos y gaseosos en los motores de combustión interna, la distribución de energía y la potencia mediante la corriente eléctrica, la transformación sistémica de la materia, el perfeccionamiento de las comunicaciones (teléfono y radio), y la invención de máquinas impulsadas por nuevas fuentes de energía. Todo debido al papel que ejerció la transmisión formal del conocimiento generado en las universidades sobre la base de la investigación, la docencia y la extensión o divulgación del avance científico y tecnológico generado por el trabajo de los docentes universitarios en los Institutos de Investigación y de Extensión de las universidades.

Todo esto es posible debido a lo que hasta ahora ha sido la dinámica del trabajo universitario. Llegar a la docencia universitaria exige actitudes para la docencia, la investigación y la extensión, que son las funciones básicas de una universidad. Un docente universitario debe tener cualidades para afrontar y mejorar estas funciones. El profesional que busca ingresar a la universidad se le exige buena preparación profesional, preferiblemente con postgrado y presentar un concurso de oposición donde se le evalúa su conocimiento en el área objeto del concurso, su capacitación pedagógica y sus actitudes para la investigación y la extensión. Una vez ganado el concurso entra en el escalafón, que comprende cinco instancias académicas: Instructor, Asistente, Agregado, Asociado y Titular. Los profesores se ubicaran y ascenderán en el escalafón de acuerdo a sus credenciales, meritos científicos y años de servicio. Para ascender de una categoría a otra en el escalafón será necesario además, presentar a la consideración de un jurado, un trabajo de investigación original como credencial de mérito.
Permaneciendo en cada categoría del escalafón dos años para ascender de instructor a asistente, y de allí en adelante cuatro años en cada categoría para poder ascender a la superior, con la excepción del paso de asociado a titular, para lo cual necesita cinco años de permanencia como asociado y además tener el titulo de doctor (quinto nivel educativo) para lograr este máximo escalafón. En fin, son veinte años, como mínimo, de docencia y cuatro trabajos de investigación para lograr la máxima categoría.
De acuerdo con el artículo 104 de la Constitución se les encomienda a la educación universitaria a personas de comprobada idoneidad académica, a las cuales debe garantizarse un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. Un profesor universitario titular a dedicación exclusiva (que según la Ley de Universidades, es trabajo únicamente para la universidad) devenga actualmente un sueldo de 5.166 Bs. fuertes, equivalente a cuatro veces el salario mínimo cuyo monto actualmente es de 1.223,89. Los instructores (2.382 Bs.) apenan rondan dos salarios mínimos y los demás categorías están entre estos dos parámetros. Es de hacer notar que en 1975, el sueldo de un Profesor Titular a dedicación exclusiva se establecía en 8.500 Bs. de antes de la conversión monetaria, que equivalían a 18,88 veces el monto del salario mínimo que estaba en 450 Bs.; hoy día, como ya lo hemos señalado, este sueldo, es solo de 4,22 veces el salario mínimo.

Un profesor universitario responsable con su misión de docente necesita capacidad monetaria para su actualización profesional, para su avance hacia los niveles educativos superiores que le exige su prosecución académica, y esto es difícil de lograr en los actuales momentos, por el deterioro de su nivel de vida, por la insuficiencia de su remuneración, las amenazas internas y externas a su sistema de seguridad social, por las deudas laborales acumuladas y la perdida de la capacidad adquisitiva de su remuneración, generada esta por los altos niveles de inflación que azotan al país debido las erradas políticas económicas del gobierno. Es de señalar que el Estado adeuda a los profesores prestaciones sociales acumuladas desde 1998, el incremento salarial del 2008, ajustes en los beneficios socioeconómicos no salariales, el incumplimiento sistemático de las normas de homologación y los acuerdos federativos. No se recibe incremento de sueldos desde el 2008, de los cuales deben desde enero de ese año hasta el mes de septiembre, lo cual solo a esta fecha parece haber una disposición a pagarlos. Entonces no hay incremento salarial, solo pago de alguna deuda atrasada. Todo esto se agrava por las asignaciones presupuestarias para las universidades, que siguen bajo la óptica de reconducción del presupuesto sobre la base del asignado en el 2007.

Entonces, sobre esta visión del gobierno acerca de las universidades, no se puede alcanzar ningún esquema de desarrollo económico, porque este según las últimas investigaciones, depende esencialmente del factor cultural y educativo, cuyas fuentes de desarrollo son las universidades. Una sociedad se pone en movimiento sobre las posibilidades de su crecimiento científico, tecnológico y allí las universidades y por lo tanto el trabajo de los profesores, son esenciales. De modo que un salario y un presupuesto adecuado es condición necesaria para que la universidad autónoma y democrática sobreviva y logre su función de creación de conocimientos, y por lo tanto para que el país no se petrifique en el subdesarrollo.

Prof. Rafael Humberto Gómez. UNELLEZ