La podredumbre

Rafael Marín Jaén – En estos días el desgobierno, esta vez por omisión y corrupción, ha dejado boquiabiertos a los ciudadanos de este deprimido país y los pocos medios que aun se aventuran a cumplir con su función de informar, fueron los encargados, como debe ser, de arrojar sobre el rostro de la población estupefacta este nuevo balde de agua fría.

Centenares de contenedores cargados con toneladas de alimentos de primera necesidad, fueron localizados en estado de descomposición en Puerto Cabello, los cuales escasean en la cadena de distribución alimentaria de país, retenidos, escondidos, para poder justificar las campañas de cacería de brujas, como la que acaba de emprender el Ministro de Alimentación Richard Canán, expropiando a pequeños ventorrillos en Quinta Crespo, so pretexto de perseguir supuesta especulación.

Esta vez el desgobierno, no solamente traspuso los linderos, de la ética, de la moral administrativa, al auto-robarse y permitir que se pudrieran, miles de toneladas de alimentos, sino que llegó al extremo de la inhumanidad para con una sociedad, que durante este Régimen ha sufrido los peores atropellos políticos, sociales, jurídicos y económicos de nuestra historia contemporánea y que amenaza con dejar de ser una sociedad de ciudadanos, para convertirse en una sociedad de súbditos, deprimida y empobrecida al extremo, sobre todo cuando nos referimos a los sectores sociales más débiles, a aquellos que supuestamente defiende el Régimen, a los parias de nuestra sociedad, quienes no solamente están afectados por el desempleo o el sub empleo, sino por el hambre y la miseria física y cultural.

Esa pérdida, de más de treinta y cinco millones de dólares en comida descompuesta, produce dolor; pero también una profunda e incontenible rabia contra la podrida clase política que nos gobierna, no solamente cobraron el sobre precio y las comisiones, sino que además sometieron al hambre física al proletariado, al débil social que dicen defender. Qué descaro, qué inconciencia, qué falta de sensibilidad y humanidad de este gobiernito.

Pero lo de Puerto Cabello no es sino la punta del iceberg. Hoy 8 de junio, la prensa nos sorprende con nuevas perlas del rosario de la corrupción: más de 140 toneladas de leche en polvo y margarina descompuesta, fueron localizadas en Yaritagua, estado Yaracuy. Y hay más: un lote de productos farmacéuticos, con fecha de expedición de 2005 y 2008, fue localizado en galpones de la Corporación de Salud del estado Táchira. Y aquí va la otra: más de 1.000 camiones de PDVAL derruidos por el oxido, se encuentran desde hace un año sometidos a la intemperie, sin darle uso de ninguna naturaleza, en Planta Centro estado Carabobo.

Mientras este latrocinio asesino es ejecutado de forma inclemente contra la población venezolana, el nuevo títere de los hermanos Castro, me refiero a Hugo Chávez, anda por el mundillo de sus conmilitones en Latinoamérica y allende sus fronteras regalando petróleo, medicinas, ambulancias, alimentos, so pretexto de gestos solidarios con otros países de mundo, financiando proyectos para el desarrollo de economías de otros países, mientras que a los productores venezolanos se les persigue, se les chantajea, se les agrede jurídica y políticamente, y se les arruina sistemáticamente utilizando medidas económicas del Estado para liquidarlos y ahuyentarlos.

El caso venezolano es como para que algún nuevo “José Ingenieros” reescriba en el siglo XXI “LAS FUERZAS MORALES Y EL HOMBRE MEDIOCRE”, porque este titerillo que nos desgobierna, da para un largo capitulo de la “Moral del Tartufo” o doble moral. Claro está, para el titerillo y su maestro nacional Giordano, la política es amoral y la revolución proletaria supone derrumbar todo lo construido para empezar desde cero a crear “El Hombre Nuevo”. Hombre Nuevo que por la vía que vamos, nacerá analfabeta, atacado por todas las endemias y parasitosis que han resurgido en el país, como consecuencia del latrocinio y la ineptitud en materia sanitaria, Hombre Nuevo, que crecerá con menor estatura y peso que sus generaciones anteriores, en contradicción con las proyecciones de la Organización Mundial de la Salud en materia de talla y peso. Hombre Nuevo, que comerá menos, pero a quien en su dieta fundamental, no faltarán los alimentos podridos de PDVAL. Hombre Nuevo, que nacerá con una profunda confusión y valoración del mundo que lo rodea, ya que el concepto de solidaridad que le insuflarán las luminarias del régimen, será resumido en aquel viejo proverbio venezolano, “oscuridad para la casa y luz para la calle”, Hombre Nuevo, al que se le inculcará una profunda confusión, entre la percepción de lo bueno y lo malo. Me refiero, no solamente a lo físico, sino también a los valores morales fundamentales.

Claro está, todo esto ocurrirá si los sectores democráticos no reaccionan, si nos conformamos con los pocos diputados que el Régimen permitirá que elijamos el 26 de septiembre; pero, si somos capaces de coger la calle en una protesta sistemática, en actitud de combate social irreductible hasta salir del Sátrapa, (La Constitución del 1999 es expresa en las vías para lograrlo), otro gallo cantará. A veces me pregunto: ¿cuándo nos levantaremos, con nuestra única arma: la razón y la verdad? Otras veces desconsolado, me pregunto: ¿cuántos PDVALES más hacen falta para sacar de su postración a la clase política venezolana y para que el Bravo Pueblo le haga honor al Himno Nacional?

Hoy, amanecí optimista, quizá sea más pronto de lo que nos imaginamos.

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