Humildad

 “yo soy yo y tú eres tú; no estoy en este mundo para estar a la altura de tus expectativas, y tú no estás en este mundo para estar a la altura de las mías”

Fritz Perls

Que maravilloso es estar plenamente identificado con la humildad, adentrarse en su esencia, lo que involucra, liberado de todo el estímulo que el ego requiere para ser reconocido, alabado.

Al respecto. significados.com nos indica que la humildad es una virtud humana atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y debilidades, y obra en consecuencia. Como tal, la palabra proviene etimológicamente del latín humilĭtas, que a su vez proviene de la raíz humus, que quiere decir ‘tierra’.

Ser humilde nos recuerda Jennifer Delgado Suarez,  implica renunciar a ciertos reflejos y patrones de pensamiento de autograndeza que nos llevan, por una parte, a sentir la necesidad de competir o impresionar a los demás y, por otra parte, a pensar que tenemos derecho a recibir un trato de favor.

La humildad, al contrario, atenúa el impulso de oponerse o superar a los demás, o de reaccionar de forma automática ante las amenazas percibidas al sentido de uno mismo. Despojarnos de esa necesidad nos conduce a un estado de liberación interior porque somos conscientes de que no tenemos que superarnos más que a nosotros mismos.

El psicólogo Pelin Kesebir de la Universidad de Colorado ha descubierto en sus estudios que ser humilde implica tener un “ego tranquilo” y “la voluntad de aceptar los límites del ‘yo’ y su lugar en el gran esquema de las cosas”

Nos agrega la fuente de información señalada que:  La humildad implica una experiencia de crecimiento personal en la que hemos desarrollado una seguridad tal que ya no necesitamos ponernos por encima de los demás, pero tampoco nos ponemos por debajo de ellos. Significa que hemos comprendido que todos estamos al mismo nivel, desde la persona aparentemente más “importante” hasta la menos “importante”, porque todo aquello que nos separa y estratifica no son más que construcciones sociales ficticias. Ser humilde es, por tanto, reconocer que somos tan valiosos como cualquiera, ni más ni menos.

 Es importante cultivar la humildad, ser una persona tranquila, liberada totalmente de las influencias del ego, que  nos afecta significativamente en nuestro comportamiento, conducta, personalidad

Ten presente  en definitiva, que una persona que actúa con humildad no tiene complejos de superioridad, ni tiene la necesidad de estar recordándoles constantemente a los demás sus éxitos y logros; mucho menos los usa para pisotear a las personas de su entorno. En este sentido, la humildad es un valor opuesto a la soberbia.

 Considera como lo comenta significados.com. que quien obra con humildad no se vanagloria de sus acciones: rechaza la ostentisidad, la arrogancia y el orgullo, y prefiere ejercitar valores como la modestia, la sobriedad y la mesura.

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