¿A quién se quiere proteger con la actual situación cambiaria?

Si alguna duda existía, en la mente de algún venezolano con relación a la ineficiencia del Gobierno en el manejo de los recursos provenientes de los precios del petróleo, ésta habrá desaparecido ante las cifras  que caracterizan a la economía venezolana hoy día.

Las recientes manifestaciones del Presidente de la República -en atención a la disminución de los ingresos provenientes del petróleo- de que ha decidido nombrar una comisión presidencial para la reducción y racionalización del gasto público, con el propósito de restringir los gastos suntuarios,  gastos no productivos; revisión de sueldos y salarios de toda la plana mayor de ministerios, empresas del estado, empezando por el Presidente, no apunta a ser una solución viable.

Uno se pregunta: ¿A cuánto podrá alcanzar la reducción del gasto público con esta nueva comisión? Y qué ¿con las comisiones contra la  corrupción, el contrabando, la especulación, la discrecionalidad y transparencia en la asignación de divisas y atrasos en el pago de las deudas? 

Es generalizado el planteamiento, que  se requiere mayor destreza en el Gobierno del manejo de los recursos; una tasa de cambio creíble; políticas públicas fiscales, monetarias y cese del acoso a las empresas; acceso transparente y oportuno a las divisas a cotización oficial; y activos externos suficientes y transparentes.

Digo que es generalizado, porque nuestros mejores especialistas económicos, financieros, empresarios privados opositores como (Fedecámaras), los cercanos al Gobierno como (Fedeindustria), todos coinciden en que hay que darle un viraje al manejo de la economía, para vencer la coyuntura actual y cubrir los aspectos básicos de la producción, sincerando precios en los casos requeridos, atacando realmente el contrabando de extracción que afecta en gran medida, mientras el valor de los productos no sea el justo e incrementar la eficiencia en la distribución.

Y lo más importante, a mi manera de ver, hacer los esfuerzos  que sean necesarios para acabar con la conducta especulativa que prevalece en el país, bien en los precios de los productos como el tipo de cambio.

Ahora bien: Lo hecho, hecho está. No cabe duda que se ha demostrado poca solvencia en la destreza de las cuentas del país. No obstante, en lugar de ignorar la realidad y evadir las dificultades, habrá que prepararse para un año de restricciones económicas y presupuestarias y tomar las medidas, que no le continúen haciendo daño a la clase media y a la que menos tiene.

La unificación cambiaria  golpeará a los cazadores de renta y mafias que capturan dólares Cencoex, para venderlos más caros en Sicad II, paralelo o sacarlos del país. Si eso se sabe, ¿por qué no se ataca?

El tipo de cambio de equilibrio a 35 Bs/US$ propuesto por la mayoría de los especialistas, despejará la demanda artificial de dólares. Ayudará a fijar un tipo de cambio que exprese la verdadera productividad de la Economía.

No tendrá impacto inflacionario. Migración de Cencoex a Sicad I causa que el PVP se calcule según Sicad II y paralelo. Se sincerará la situación.

A 35 Bs/US$, Pdvsa corrige el déficit. No habrá necesidad de endeudarse con el BCV y éste no tendrá que emitir dinero sin respaldo, que atiza la inflación. Así se corrigen las causas de especulación e inflación y los salarios reales dejan de deteriorarse, preservando el poder adquisitivo de la población.

Los perdedores serían los  cazadores de renta, especuladores y corruptos que han amasado grandes fortunas al amparo del régimen de cambios múltiple.

La pregunta que cabría formularse es a quién se quiere proteger ¿a los que menos tienen o a los que más tienen?

Respóndase usted mismo, por favor, estimado lector.

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