Agenda pendiente de las empresas

No hay dudas que el Corona virus ha venido a impulsar o liderar la transformación digital en las empresas. Y si bien es cierto, que los objetivos de los negocios siguen siendo los mismos, es el entorno y las herramientas a utilizar las que han cambiado por efectos de la pandemia, por lo que crecer será imposible sin el soporte tecnológico y un adecuado plan estratégico.

Para lograr tal propósito, las empresas que resultarán mejor posicionados frente a los consumidores, serán aquellas que se apoyen en una estructura conceptual y tecnológica definida, normalmente con módulos de software concretos que pueden servir de base a la organizaciones, para analizar cuan vulnerables son y en que fase se encuentran: si es en una fase incipiente, emergente o conectada con la actual situación y; en función de tal análisis, que acciones tomar no solo de cómo llegar, sino para suavizar riesgos y reducir posibles vulnerabilidades. De manera que, los cuadros directivos y gerenciales deberían dedicar el tiempo necesario para abordar tal situación.

Otro aspecto importante de la cuestión, es el de reactualizar el conocimiento acerca de los consumidores en el entendido que éstos han modificado en parte su consumo y también el modo de efectuar sus compras. Por lo cual se debe averiguar ¿Cómo será el consumidor después de la pandemia? Es evidente que muchos consumidores que no usaban el canal en línea, se han visto en la necesidad de probar el mismo y se han dado cuenta de lo cómodo y seguro que pudiera ser para ellos. De hecho, hay información global de que las compras en líneas, especialmente en lo relativo al gran consumo se ha incrementado en comparación con las cifras obtenidas en el primer trimestre del año 2019.

Información publicada por el Grupo Ogilvy da cuenta de un estudio reciente en Caracas, donde los alimentos para cocinar en casa, medicamentos y artículos de higiene personal, fueron las tres categorías de pedidos, que resultaron del estudio, con 36%, 22% y 21%, respectivamente. Estos resultados evidencian que la mayor cantidad de solicitudes se centran en alimentos, bien sea listos para comer o ingredientes para cocinar. Y cabe destacar, que estos resultados coinciden con los tipos de productos que adquieren los consumidores, en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.

El confinamiento ha ocasionado que el segmento de la población que menos compraba por internet, los mayores de 55 años, ahora son los que más han necesitado hacerlo, especialmente aquellos mayores de 70 años, que son los considerados más vulnerables a la enfermedad y que por alguna razón viven solos, sin ayuda de sus familiares. Por otra parte, los que están mas adaptados a la compra online son los más jóvenes, generación Z y los de la generación Y.

No obstante, cabe la pregunta de si pasada la cuarentena, ¿los consumidores volverán a su rutina o serán fieles a estos nuevos hábitos? Muy probablemente, este consumidor sénior continuará comprando por internet porque ha perdido el miedo a hacerlo; las personas mayores han superado la inseguridad y la desconfianza que el comercio electrónico les generaba y han podido comprobar la comodidad que representa. Por tanto, conocer la audiencia, especialmente en estos momentos en los que el comportamiento de los usuarios ha ido evolucionando en términos de su adecuación interna y externa es vital según los especialistas. Quienes han aprovechado para indicar que una estrategia que no debe faltar en la comunicación de las empresas, es demostrar solidaridad ética y responsabilidad empresarial; así como, adaptar su comunicación a la situación que estamos viviendo.

Reconocida la importancia de conocer a sus consumidores, lo más conveniente sería – para evitar fracasos – apoyarse en estudios de mercados que proporcionen pistas, percepción o entendimiento acerca de la conducta de los usuarios, y así saber si las estrategias que se han estado implementando por la empresa están en correspondencia o en línea con las necesidades y preferencias de los interesados.

Finalmente, la más interesante de las estrategias, será la de prepararse para el futuro a corto y mediano plazo. Cómo no hay tiempo que perder, en los días por venir como resultado del análisis comentado en el párrafo anterior, las empresas o sus marcas se han de sentar a hacer un balance pos-covid-19 para ver si han sido capaces de superar la crisis y descubrir si estarían preparadas para afrontar otra situación inusual como esta, que por lo demás no es descartable.

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