«Algo tan inútil como la fibra»

(Tomado de misalud.com) – El mundo occidental del que todos somos «víctimas», se caracteriza entre muchas otras cosas, por buscar en todo momento y a costa de todo, la rapidez y la supresión de todo aquello que aparentemente no es productivo o práctico. Tremenda equivocación. ¡Cuánto tenemos todavía que aprender del increíble y magnifico diseño de la naturaleza y de todo lo que esta nos brinda! Un ejemplo de aparente inutilidad, de algo que en principio, solo sirve para ser desechado lo tenemos en la fibra.
Para definir de forma rápida y sencilla, podríamos decir que la fibra es la parte indigestible de los alimentos vegetales. Pero su aparente inutilidad se convierte en uno de nuestros mejores aliados a la hora de nuestra higiene interior. La fibra es un hidrato de carbono que no puede ser digerido por nuestro intestino. Una de sus características más notables es que es capaz de retener una gran cantidad de agua.
Además una dieta rica en fibra nos ayuda a adelgazar sin pasar mucha hambre. También realiza funciones de control sobre el exceso de azúcar y colesterol en la sangre. Los beneficios de la fibra se harán notar también en el terreno de la estética, ya que nos ayudará a lucir una piel libre de impurezas.
El consumo regular de fibra nos aporta grandes beneficios, más de los que podríamos pensar en principio, y esto es así porque aumentar la dosis de fibra en nuestra dieta nos protege contra algunos riesgos estrechamente relacionados con una serie de enfermedades como el cáncer de colon, la obesidad y la diabetes, por mencionar algunas. La fibra logra esto porque actúa como una auténtica esponja capaz de absorber gran cantidad de sustancias peligrosas eliminándolas del organismo. La fibra realiza en nuestro organismo la función de escoba orgánica arrastrando el bolo alimenticio por los muchos metros de sistema digestivo que poseemos.