Año 2.111

Es el año 2.111. A trescientos años de la Independencia de la República, el niño Juan Cristóbal le dicta a la máquina un miniensayo sintético, una tarea para la clase de historia: resumir en menos de 500 palabras la historia del país desde que se tenga memoria. Sus pensamientos entrenados precisan los límites del material: “Venezuela es una nación próspera y feliz; sin embargo, no era así hace siete siglos, luego del encuentro de las razas, comenzó la dominación de los más débiles; años de esclavitud y vasallaje, para entrar luego en una cruenta lucha contra el Imperio español, animada por los intereses de los poderosos, pero regada con la sangre de los llamados pardos. Al terminar ésta, los generales pidieron prebendas y premios por su gesta. Se produjo una nueva guerra, nuevas muertes, nuevas miserias, nuevas vicisitudes matizadas con falsos progresos y estatuas saludantes. Así se arribó al siglo XX, (1er. Centenario), siguieron los caudillos y un mandamás, la voluntad de un hombre, una tierra sin instituciones y sin redención.

Un grupo quiso poner coto a los desmanes y a la exclusión, pero la soberbia teñida de sectarismo, trajo de nuevo a los milicos. A los años volvieron con experiencia, pero con mañas y la inclusión se volvió quimérica, mientras se engordaba sin crecer, se estudiaba sin entender, se comía sin nutrirse, se prevaricaba a placer. Las montoneras volvieron cabalgando en los hombros de los vicios republicanos, nuevas injusticias, burlas y desbordadas ambiciones y de una prodigiosa rapacidad. El pobre, como en la Colonia, siendo objeto de burlas solapadas y rampantemente abiertas. A partir de allí, y cuando el caos amenazaba con el estropicio, comenzó un brote, inaudible, un crujir de ideas, de aprendizajes. Maduró el fruto de la mente y se abrió un manantial de justicia, un punto de inflexión en la forma de pensar, en la igualdad, en el ser. Durante treinta largos años se hizo lo que nunca pudo hacerse en varios siglos, las voluntades de los hombres se fueron sumando sin egoísmos. Los últimos 60 años muestran esto que vemos, este país donde todos quieren vivir y soñar”.

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