Apostando al Deporte

Desde que el deporte adquirió sentido organizativo, a principios y mediados del siglo pasado, fue creciendo en diferentes aspectos como; tecnología, popularidad, nuevas reglas, entre otras. Sin embargo, este mismo ascenso permitió, que la presencia -cada vez más fuerte- del factor económico, se convirtiera a lo largo del tiempo, en una premisa indispensable. En este sentido, sin desmeritar la influencia positiva que pudiera, en determinado momento, tener el dinero en el mundo deportivo, no es menos cierto, que este juega un papel importante por no decir determinante, en el crecimiento -desde hace algunos años atrás-, de conductas negativas externas al deporte, que personalmente las catalogo de miserables, como es el caso de las apuestas ilegales.

El desarrollo de apuestas en actividades deportivas no es algo novedoso; si a ver vamos, desde la época de los juegos romanos, ya se hacía presente una de las apuesta más viles de la historia, que no involucraba el dinero, sino a la misma vida humana: tal es el caso de las peleas de gladiadores.

Claro, en pleno siglo XXI donde la tecnología marca el paso, las prácticas ilegales como las apuestas, se han vuelto más sofisticadas y por que no, ambiciosas, al punto de dejar de ser un factor externo, para que -de un modo alarmante-, se convierta en parte del espectáculo. En relación a esto último, las numerosas situaciones que involucran a atletas, árbitros y personas ligadas directamente al deporte en apuestas ilegales, ha incrementado la atención y la supervisión mucho más estricta, de los diferentes órganos deportivos responsables. Es que una apuesta entre dos personas, por que su equipo gane el juego o el campeonato, o las famosas quinielas en los mundiales de fútbol, son muy comunes en muchas partes del mundo; pero la cosa se pone fea, cuando gente -que puede incidir directamente en el resultado de un partido-, toma parte en este tipo de actividad.

Hay muchos casos de apuestas ilegales que se conocen; por ejemplo, el antesalista de los rojos de Cinncinati, Pete Rose, quien fue execrado del béisbol de los Estados Unidos, por verse involucrado en apuestas, en partidos donde su equipo iba jugar. Otro caso reciente es el sucedido en la NBA, quizás el más serio escándalo de la historia de la liga, cuestionando la integridad de la misma, ya que un árbitro de nombre Tim Donagh, esta siendo investigado por fiscales federales, por su presunta participación en apuestas ilegales y por la posibilidad de que haya manipulado el resultado de algunos partidos.

Las apuestas ilegales están en todos los lugares y en muchos deportes de conjunto, como el fútbol americano (en la NFL), el Fútbol (el calcio), deportes universitarios, hasta un integrante de nuestra selección de fútbol de mayores, Máximo Margiotta, fue suspendido de su equipo de fútbol en Italia, por su presunta participación en apuestas.

Por eso, es importante analizar bien esta situación, tratando de atacar las posibles causas de esta conducta antideportiva, aplicando estrategias que, además de la suspensión y la apertura de juicios, conlleven a eliminar esta práctica de una vez por todas del mundo del deporte. Por ejemplo, mejores sueldos a los árbitros, condiciones favorables a jugadores y atletas que no sean considerados “estrellas” en sus respectivas disciplinas, podrían ser un comienzo. A lo mejor es utópico de mi parte estas soluciones, pero por algo hay que comenzar; además hay que recordar que cuando los atletas antiguos peleaban por sus vidas, alguien pensó que un día llegaría el día, en que se competiría para ganar y no para morir.

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