Aprender en los museos

Ven y miran de forma diferente, interpretan a su manera y retienen lo que quieren; la actitud de un niño en un museo no tiene nada que ver con la de un adulto. Por eso, las instituciones museísticas desarrollan, de forma paralela a sus otras actividades, distintos programas educativos diseñados específicamente para el público más joven; visitas escolares para cada edad, talleres participativos y sesiones de formación para profesores suelen ser algunas de las principales propuestas de estos programas.

«Patas arriba», «Bichos raros» o «Quién es quién» no son los nombres de nuevos juegos de mesa infantiles, son las denominaciones que reciben algunos de los recorridos diseñados por el Museo Picasso de Málaga para que los niños disfruten y aprendan de una manera divertida de las salas de esta institución museística. Y es que, «el Picasso», al igual que más de un centenar de museos repartidos por la geografía española, tiene bien asumida la máxima promulgada por el Consejo Internacional de Museos (ICOM): una de las principales funciones de un museo es educar. Son muchos los museos que también centran su atención en el público adulto.

Esta función primordial se lleva a cabo a través de los denominados programas educativos museísticos, que en los últimos años han adquirido un papel fundamental dentro las actividades que organizan los museos de todo el mundo. Los programas tienen como destinatarios principales a los más jóvenes, que pueden participar en ellos a través de sus escuelas o de forma individual, dependiendo del tipo de actividad programada; asimismo, son muchos los museos que también centran su atención en el público adulto, con talleres, recorridos, seminarios y materiales dirigidos a la formación en las distintas materias a las que están dedicadas las instituciones museísticas.

Para los más jóvenes

Los programas educativos de los museos destinados a los niños y jóvenes en edad escolar tienen como objetivo principal acercarles a las distintas colecciones de estas instituciones desde una perspectiva lúdica, divertida y creativa, de modo que no suponga para ellos un mero recorrido por las obras expuestas, sino una actividad participativa que les permita disfrutar, comprender y aprender basándose en los materiales expuestos.

En este tipo de actividad es muy importante respetar las normas que cada museo establece. Una de las actividades principales de los programas educativos de los museos es la organización de visitas programadas para los centros educativos que así lo requieran. Estas visitas, que se suelen realizar en unos horarios y días previamente establecidos, deben ser reservadas por el propio centro en el departamento de educación del museo, indicando la fecha de preferencia y el tamaño del grupo de alumnos; hay que tener en cuenta que en algunos museos es conveniente efectuar la reserva con mucha antelación, debido a la alta demanda. Para preparar la visita, una vez efectuada la reserva y recibida la confirmación por parte de la institución, el personal docente que vaya a acompañar a los escolares cuenta en muchas ocasiones con distintos materiales específicos que les ofrecen los museos, ya sea a través de sus páginas web o en las mismas instalaciones; estos materiales, permiten al profesorado introducir de forma previa a los alumnos en los contenidos que van a visitar.

En este tipo de actividad es muy importante respetar las normas que cada museo establece, por eso es conveniente informarse de forma previa de la normativa: por lo general se exige un tamaño mínimo o máximo del grupo, un número determinado de profesores que debe acompañarlo según las edades y, por supuesto, puntualidad en la llegada. Respecto al coste de las visitas escolares, éste depende de cada museo pero oscila entre 50 y 75 euros por grupo aproximadamente; en algunos casos son gratuitas, como en museos del Estado o municipales, aunque en estos últimos la gratuidad se extiende sólo a los centros educativos del municipio.

Tipos de visitas

Las visitas escolares a los museos pueden estar organizadas de distinta forma, dependiendo de la edad, los objetivos y las características personales de cada grupo, así como de la oferta educativa del museo:

Visitas guiadas: en este tipo de visita, un guía del museo dirige a los estudiantes a través de las salas de exposición comentando aquellas obras que resulten de mayor interés para ellos, procurando crear una interacción que enriquezca la visita. En otras ocasiones es el propio profesor el que guía a los alumnos por el museo y pone de relieve aquellos aspectos que considera más importantes para el currículo de los jóvenes.

Visitas dinamizadas: estas visitas, además de poner en contacto directo al grupo de estudiantes con las obras expuestas en el museo, están diseñadas para que durante las mismas se utilicen otros recursos y materiales que complementen la información, así como juegos u otras estrategias que hagan la visita más dinámica y por tanto más atractiva para los más pequeños.

Visitas taller: con estas visitas se cumplen dos funciones, por una parte se da a conocer el contenido del museo a los estudiantes seleccionando aquellas obras que sean más significativas para ellos y, por otra, después de la visita se trabaja a modo de taller y con distintos soportes sobre lo aprendido durante el recorrido.

Fuente: http://www.consumer.es/web/es/educacion/cultura-y-ciencia/2009/06/21/186098.php