Aprovechando la enorme riqueza del desecho

¿Se imagina, amigo lector, en cada confín de Venezuela, en cada municipio, en cada urbanización, en cada barrio, en cada calle, una organización integrada que permita extraer de los desechos sólidos todo ese potencial de riqueza que tienen guardado en beneficio de todos? Este es uno de los retos que se tiene planteado en el país y que, cuanto más cercano sea el momento que lo asumamos a todo nivel, será más pródigo en bondades sociales y ambientales. Es una iniciativa que apuntaría, con bastante certidumbre, a largo plazo a disminuir en alguna medida las cifras de inseguridad reinantes.

La experiencia que en esta materia ha tenido Brasil corrobora que es un factor que tiende a disminuir la pobreza, levantando la autoestima de todas aquellas personas que participan en su operación, por otro lado genera una atmósfera positiva de cooperación y logro, amén de sus innegables aportes al ambiente y al bienestar general a través de mejoras significativas en instalaciones y en estructuras. Un ganar-ganar para todos.

Para implantar en gran escala (en los centros más poblados) plantas recicladoras de papel, cartón, plástico, metales, se necesitan políticas generales, planes y sobre todo voluntad. Tenemos recurso humano y siempre se necesitará energía de activación desde sectores públicos y privados.

¿Será posible una masiva organización en este vital campo? Los profesionales en cada región, deben buscar mecanismos para impulsar esta iniciativa productora de empleos y de innegables aportes a la comunidad y al ambiente. El reto sigue allí.

Esta materia es una de las que debe incluirse en la agenda de la Venezuela que es posible construir, que es posible propiciar en el concierto de los países de progreso y bienestar colectivo.

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