Asertividad y Empatía

“Creer que la relación es el aspecto
más importante en la conducta asertiva,
es la piedra fundamental para
conectar con otra persona”

Cuando usted se habla a sí mismo de una manera asertiva (con seguridad, decisión, firmeza, etc…) a veces viene a su mente la imagen de dos personas que le rodean cautelosamente, los puños levantados y preparados para golpear, donde cada una de ellas desea hacer las cosas a su modo…

Pero de hecho, la asertividad más efectiva no es en absoluto adversa. La manera más efectiva de hablar, involucra conectarse con (o unirse a) otra persona. Sin el compromiso por conectarse, una persona puede aparentemente usar un perfecto lenguaje asertivo y sin embargo estar profundamente involucrada en un forcejeo de poder.

Los especialistas en negociación Roger Fisher y William Ury llaman a esto «negociación posicional». Imagine a dos personas tirando de una cuerda. Si son igualmente fuertes, ninguna de ellas se moverá cuando tiren en sentido contrario. ¡Y ambas se cansarán mucho! Entrar en un forcejeo de poder gasta mucha energía y generalmente no conduce a ninguna parte.

Conectar, en el proceso de asertividad implica tres habilidades: expresarse con empatía, buscar áreas de acuerdo y permanecer abierto a las diferentes opciones para un mutuo beneficio. Detengámonos en cada uno de estos puntos anteriores:

Expresarse con empatía

Podríamos dar la siguiente definición de empatía: «es la acción de entender, estar consciente de, o ser sensible a… experimentar los sentimientos, pensamientos, y experiencias del otro (de su presente o pasado) sin comunicar totalmente esos sentimientos, pensamientos, y experiencias de una manera objetiva y explícita».

Si un colega y yo estamos trabajando juntos en un proyecto, y alcanzamos un punto en el que necesitamos negociar acerca de dedicar horas fuera del trabajo a dicho proyecto, yo podría decirle: «los dos tenemos tantas responsabilidades fuera del trabajo. Yo sé que debe ser duro para ti imaginar nuestro trabajo fuera del horario regular, con niños tan pequeños como los tuyos.»

La declaración anterior me representa poniéndome en los zapatos de la otra persona, quien se siente más comprendida cuando soy empático con su situación. Las oportunidades de que lleguemos a un acuerdo acerca de las horas extra son más altas cuando se expresa la empatía entre nosotros. La empatía implica conexión. Cuando cada uno de nosotros está pensando en cómo siente el otro, nos estamos conectando con la vida de la otra persona.

Buscar áreas de acuerdo

Avanzamos más lejos en la negociación cuando podemos determinar en lo que estamos de acuerdo, en lugar de estancarnos en nuestras discordancias. Una manera de descubrir áreas de acuerdo es escuchar bien a la otra persona y verificar si comprendimos su mensaje. Decir, por ejemplo: «Parece que ambos estamos de acuerdo en que este es un proyecto de alta prioridad». Otra manera de encontrar áreas de acuerdo, es formular preguntas definidas: ¿Así que tú estás de acuerdo conmigo en que hay tanto trabajo aquí, que tendremos que encontrar el modo de hacerlo fuera de hora?

Cada vez que encuentre un área de acuerdo, ganará un premio. ¡La otra persona se sentirá más conectada a usted y así, estará más deseosa de trabajar a su lado!

Permanecer abierto a las diferentes opciones para un mutuo beneficio

Si usted puede ver a la otra persona como un recurso, y visualizar las maneras en que pueden ayudarse mutuamente a conseguir sus metas, está ante el inicio de un gran equipo. Usted comenzará el proceso para determinar el beneficio mutuo, al minuto de que este tipo de negociación se inicie.

La técnica de tormenta de ideas es clave para encontrar todas las posibles opciones de resolver un problema. En ella, cada uno aporta ideas. Algunas pueden funcionar y otras no ser posibles. La acción misma de hacer una «tormenta de ideas» demuestra que existen muchas opciones.

Una vez que las opciones sean sugeridas, la tarea será ordenar cuáles conducirán hacia el mutuo beneficio. Si usted puede unirse a la otra persona en esta decisión, entonces la negociación se habrá vuelto una situación ganar/ganar y ambos avanzarán sintiéndose bien.

Leo Lionni escribió un libro para niños llamado «Azul y Amarillo», que cuenta la historia de dos colores, Cuando cada uno sale a jugar, descubren que juegan mejor cuando se conectan. En esa unión, no son más Azul ni Amarillo. En cambio, su parte conectada, la parte donde ellos están mutuamente mezclados es un nuevo color: ¡El Verde!

(*) Tomado de Internet del Club de la Efectividad
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