Autoestima y lástima de sí mismo

“He aprendido -a través de los años- que
para poder tener una autoestima saludable
debo saber la diferencia que existe entre
sentir pena y sentir lástima de sí mismo”.

C. Valencia

Los profesionales del área de la psicología consideran la autoestima como la autovaloración de uno mismo, de la persona propiamente dicha, de la personalidad, de las actitudes, de las aptitudes, de las habilidades, de los valores, de los principios, y de las creencias, que son -entre muchos otros- los aspectos que constituyen la base de la identidad personal.

La autoestima se construye desde la infancia y depende de la forma de relación con las personas significativas, principalmente los padres. Los padres o quien haga las veces de ellos (familiares, tutores, maestros, etc.) pueden ayudar a sus hijos a desarrollar una alta autoestima en la gente menuda, condición que suele influir notablemente en la vida adulta.

Para asegurar un desarrollo psicológico armonioso con alta autoestima, los padres o quien les reemplace físicamente deben expresar amor a los niños, alentarlos en sus iniciativas individuales, minimizando los errores que podrán ser señalados como experiencia adversa de aprendizaje: si se deja repetir… será una equivocación.

Innatamente, el humano es un ser sujeto del deseo de aprobación y de afecto. Las expectativas poco realistas de los adultos sobre las posibilidades de los hijos suelen provocar la necesidad de obtener metas personales que no estén de acuerdo con sus verdaderas aspiraciones individuales y sus reales capacidades, viviendo los fracasos como pérdida de autoestima.

Los contenidos básicos de la teoría de A. Adler son los conceptos de carácter, el complejo de inferioridad, el conflicto entre la situación real del individuo y sus aspiraciones y el deseo de poder como motivador principal de la conducta en el adulto por problemas en la niñez.

Los especialistas en esta área del conocimiento agregan un concepto muy importante. ¿Qué significa tener una autoestima saludable? Requiere que las personas aprendan a escuchar su propia intuición, dándole cabida a sus sensaciones y perspicacias, comenzando por adquirir conciencia y prestar atención a las necesidades y metas personales.

Los padres que han adoctrinados a sus hijos a ignorar sus propias necesidades, enseñándoles a concentrarse en vivir de acuerdo a las expectativas de los demás son los culpables de las consecuencias que devendrán por eso. Muchos padres han inculcado a sus hijos la creencia que las otras personas son más importantes que ellos mismos, siendo posible que no lo dijeron con palabras, pero lo enseñaron con el ejemplo.

El otro elemento de la psicología es el referido a la lástima de uno mismo. De acuerdo con Wikipedia: “la lástima de uno mismo es una emoción autodestructiva. Puede ser el resultado de un duelo o depresión clínica y debemos verlo de manera diferente, pero cuando no es así proviene de una debilidad, de inseguridad, y debe ser superada en el proceso de convertirse en un adulto maduro”.

La lástima de uno mismo es un signo de baja autoestima. Por otro lado, en el área del conocimiento psicológico, sentir pena quiere decir: 1.- sufrimiento mental o dolor mental causado por pérdidas o heridas, y 2.- expresión de tristeza.

Usualmente, las personas que no han logrado su madurez completa, frente a una situación de contingencia crítica, les baja la autoestima y demuestran una actitud totalmente negativa que a nadie ayuda. Todo lo contrario: estas personas son manipuladoras de los escenarios donde actúan basando su relación con el contexto personal en su rol falso de lástima. La lástima de uno mismo es una emoción que paraliza a las personas y las mantiene atrapadas en una situación negativa, causando que no sean aparentemente responsables de sus propias vidas.

Por otra parte, la lástima de uno mismo también es utilizada como una manera de manipular a otras personas para lograr fines personales.

Mientras que una autoestima saludable permite a las personas enfrentar la vida positivamente. Ninguna persona puede enfrentarse a la vida si siente lástima por ella misma: quien procede así no asume su total responsabilidad.

Si las personas aprenden a sentir dolor, a entenderlo y aprende de él, estarán en una posición mejor para enfrentarse exitosamente a la vida. Si continuamente se quejan del dolor, se vivirá en negación, siendo siempre víctimas sin poder enfrentar las situaciones positivamente por cuanto se tiene una autoestima muy baja.

Sin embargo, hay gente peor que la señalada acá: que manipula intencionalmente la emocionalidad de otros mostrándose como víctima de las circunstancias: buscando que en su favor se genere el sentimiento de lástima por el caído.

Se termina el espacio de esta semana con el siguiente pensamiento de J. W. Gardner: “LA LÁSTIMA DE UNO MISMO ES UNO DE LOS NARCÓTICOS NO FARMACÉUTICOS MÁS DESTRUCTIVOS, ES ADICTIVA, DA PLACER MOMENTÁNEO Y SEPARA A LA VÍCTIMA DE LA REALIDAD”.

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