Balones fuera

Hay que meter goles, ser competitivos ganando los partidos que el mercado nos impone. El margen es pequeño, tanto como la portería de un campo de fútbol; o entra el balón y se gana, o lo echamos fuera, y perdemos.

La primera pregunta que debemos hacernos es ¿a qué jugamos? Jugamos al baloncesto, al balonmano, al fútbol… Sabemos que lo importante es ganar y para ello debemos desarrollar una estrategia, un plan de acción, destinado a que nos encajen pocos goles, y a puntuar nosotros en nuestro casillero corporativo.
Siempre existirá un árbitro a quien echarle la culpa de nuestros malos resultados, de nuestra pérdida de rentabilidad. El partido que cada día iniciamos en nuestra actividad laboral, con una actitud comprometida con los resultados, acabará con un resultado positivo. Aunque vivamos momentos difíciles, el compromiso con nosotros mismos, con la mejora de nuestro rendimiento profesional, optimizará, ineludiblemente, el marcador de nuestra empresa.

¿De quién es la responsabilidad de que el balón entre al fondo de la red? Cuando hablamos de responsabilidades, es cuando más balones echamos fuera; nadie es responsable mientras el balón pase a otro compañero, sea de la categoría profesional que sea, la cuestión es pasarlo rápidamente hacia arriba (normalmente), pero también hacia abajo. ¡Qué tranquilo se siente uno cuando pasa el balón!

La afición (clientes) exige calidad, no se conforma con ganar el partido; desea pasárselo bien, paga para disfrutar de un juego competitivo que sea transparente y beneficioso para la colectividad.

Lo bueno de los equipos de fútbol, es que exigen responsabilidades, cuando los resultados obtenidos son negativos. Todos se ponen nerviosos, se preocupan, pero saben que el entrenador es quien más balonazos (fuera del campo) suele recibir.

Lógicamente, el responsable de crear un equipo de trabajo integrado, con una motivación hacia metas alcanzables, y comprometido con los resultados, es el entrenador.

Aquellos equipos (de trabajo) que estando compuestos por muchos "talentosos", que cobran de acuerdo a sus responsabilidades, y no obtienen buenos resultados, deberían ser honestos con ellos mismos y con los demás, y proponer con voz clara y alta CAMBIOS.

Escuchamos la palabra cambio y empezamos a ver volar balones por todas partes: hacia arriba, hacia abajo, en los vestuarios, en el café… Nos hemos especializado en echar "BALONES FUERA", cuando el verdadero cambio está en nuestra actitud interna respecto al sentido del trabajo, a nuestras responsabilidades laborales y a nuestro compromiso con nuestros compañeros de equipo, a la camiseta que representamos y a la afición.

Fuente: http://relacionesinterpersonalesempresa.blogspot.com.es/2011/01/balones-fuera_08.html