Batallas perdidas vs Batallas ganadas: Cuando creí haberlo perdido todo

BATALLAS PERDIDAS Vs GUERRAS GANADAS – CUANDO CREI HABERLO PERDIDO TODO

En mis tertulias conmigo misma, en la introspección de mi lectura profunda y análisis de las cosas que nos acontece, no sólo en mi hermoso país Venezuela, sino en cualquier país vecino. Me llamó la atención un artículo que leí recientemente, sobre lo frustrante y el sabor amargo que deja, cuando debemos CERRAR UNA EMPRESA, o estar a punto de hacerlo. Más tarde vemos que es una experiencia enriquecedora y llena de aprendizajes.

Son muchos los casos donde el emprendedor se deja llevar por instintos y, sumado a ello, se pierde el carácter inspirador y formal que deber cumplir la tarea de hacer un negocio asertivo. Son muchos los factores emocionales y no emocionales que conllevan a que el proyecto no funcione, como por ejemplo: Falta de Motivación, experiencia o formación, por desavenencias con socios o por inoperancia del modelo de negocio. Sin embargo, hay quienes después de caer aprendieron la necesidad de planificar, rodearse de gente calificada y ser creativos y humildes para reconocer los retos y superarlos con éxito.

El estudioso español Trias de Bes, en su obra el «El Libro Negro del Emprendedor» (Barcelona: Empresa activa, 2007), se adentró en la experiencia de un grupo de emprendedores que habían cerrado alguna empresa o pasado por momentos realmente difíciles antes de alcanzar el éxito. Sus hallazgos se resumen un una lista de factores de fracasos, diferentes a la falta de competencias técnicas o gerenciales de los emprendedores; más bien, se refieren a motivos más mundanos, tales como problemas personales, desavenencias con los socios, miedo y exceso de expectativas, entre otros.

QUÉ HACER Y QUÉ NO HACER SI ESTAMOS EN ESTA SITUACIÓN: (EJEMPLO DE VENEZOLANOS)

Emprender con un MOTIVO, pero sin una MOTIVACION: El motivo para emprender, puede convertirse en un obstáculo, si no tienes la dosis suficiente de ilusión o inspiración. Es el caso de lo que afirma Alberto, un emprendedor del sector alimentos: «El país me dejó sin empleos. Empecé a buscar trabajo y lo que me ofrecían, no me gustaba. Tenía un amigo, como mi hermano, a quien le estaba pasando lo mismo. Conseguimos unas oficinas vacías y las alquilamos: él, sentado de un lado y yo del otro, empezamos a vender bienes raíces. No teníamos una idea de ese mundo, y por supuesto, no se vendía el bien ni la raíz». La motivación surgió un poco después, cuando descubrieron una oportunidad que les APASIONÓ en el sector de alimentos, como explica Alberto: «A mi socio se le ocurre, por su abuela que tiene una receta de chicha excelente, empezar a indagar para montar un carrito de chicha. Simplemente fue feeling, simplemente fueron las ganas que nos llevó al éxito».

Carecer de formación o de experiencia: Indiscutiblemente no basta solamente con la motivación o una idea bien desarrollada; el fracaso puede acechar a un emprendedor, que no cuente con la formación o experiencia requerida en el negocio. Enrique, emprendedor del sector alimentos, reconoce el valor de la formación y la experiencia para prosperar como empresario: «Hay una cosa que tengo muy clara, y es esa falta de disciplina y de organización que tenemos a veces los emprendedores. Eso se aprende en el mundo corporativo, y yo no lo tenía; aun lo sigo padeciendo. Somos muy empíricos». Para Enrique fue muy positivo haber incorporado a su equipo, un grupo de socios que había tenido experiencia en grandes organizaciones como Procter & Gamble y British Petroleum. Incluso, uno de ellos, estaba haciendo un postgrado en la Universidad de Harvard: «Creo que si no los hubiese tenido a ellos, habría sido un emprendedor más que monta su negocio de manera empírica y desordenada y que, al poco tiempo, fracasa».

Seleccionar el Socio equivocado: Ese fulano matrimonio, porque déjenme decirles que analógicamente lo es. Como decía mi abuela: «Si no sirve, lo botas». No siempre se tiene la fortuna que la sociedad funcione; de repente, te das cuenta que hacen el equipo disfuncional o, simplemente, no tienen la misma visión y empuje de hacer las cosas. Las reflexiones de algunos emprendedores son elocuentes en este sentido. “La independencia da miedo, y el emprendedor invita a una serie de personas para diluir ese miedo -afirma Ricardo-. Pero, en corto tiempo, te das cuenta de que tú, que fuiste el motor de la idea, eres el que terminaste haciendo todo sólo y los demás se convierten en una carga. El que se atreve a soñar, emprender, alcanzar el sueño, es el que tiene el motor y el corazón para hacerlo». «Yo tuve muy buena relación con mis socios -dice Enrique-. Creo que ellos me apalancaron muchísimo en el desarrollo del negocio, pero llegó un momento que algunos se fueron al exterior, y ninguno dejó su trabajo para trabajar codo a codo conmigo. Entonces les dije: «Ustedes están fuera del negocio». Les ofrecí comprarles y a ellos les pareció bien. Lo importante, y que he escuchado como información complementaria sobre este punto sin duda alguna, es establecer las reglas claras del juego a la hora de tomar la iniciativa y en el manejo de los conflictos.

Adoptar un modelo de negocio erróneo: Aun cuando se tenga clara la oportunidad en el mercado, nadie te garantiza que el modelo mediante la cual se aprovechará esa oportunidad, es el indicado. De esta manera el sueño puede ser inalcanzable. A continuación, una experiencia sobre este tipo de riesgo: «No tolero la lactosa y cuando buscaba queso de cabra, me costaba mucho conseguirlo -dice Marianela-. Hicimos un viaje al interior y vimos una fábrica de queso de cabra muy artesanal. Nos preguntamos: ¿Qué tal si distribuimos estos quesos? Le propusimos a los artesanos la idea de vendernos sus productos para distribuirlos, y nos quedaron mal. Entonces, comenzamos a pensar que la idea no era tan buena de esta forma. De repente, pensamos: ¡Aquí hay una ventana de mercado! Si era la fábrica más grande y era bastante artesanal, ¿qué tal si nos saltamos a esta gente y montamos una fábrica de quesos de cabra? «¡A mí me encanta la idea!», dijo mi socia. Ahora bien, una vez tomada la decisión, decidieron comprar un pequeno rebano y en poco tiempo todas las cabras fallecieron. Esto los llevó a probar un tercer modelo de negocio, basado en la tercerización de la producción de leche y la concentración de sus actividades en la fabricación y distribución de quesos, con el apoyo de pequeños productores. Este ultimo mecanismo resultó funcional y asertivo.

No estar atentos a la OPORTUNIDAD DE ORO: «Cuando me gradué, trabajaba como temporal en una empresa de ingeniería y, por supuesto, tenía intenciones de quedarme.» -cuenta Enrique-. Cuando crearon el C.C. Sambil y veia esas colas de gente por allí, se me ocurrió lo de los tequenos, porque en mi casa hacían unos tequeños excelentes y siempre había buscado la manera de hacer plata y rebuscarme. Se me ocurrió solicitar ante la administradora de Sambil, alquilar uno de los kiosquitos. Hubiese sido un tiro al piso; pero presenté la propuesta y la chica encargada me dijo que estaba muy chévere, pero tenían una lista de espera enorme y le daban prioridad a los negocios grandes. Entonces engaveté mi idea y no la volvi a sacar hasta mucho tiempo después, cuando se me ocurrió presentársela a una cadena de cines. Como resultado, comencé con esa cadena bajo la figura de concesión y estuvimos así por casi tres años». Una alianza con una empresa establecida podía haberle dado el impulso para arrancar, como en efecto ocurrió anos después con la cadena de cines.

Dejarse vencer por las amenazas de un entorno turbulento: «Cuando quisimos comenzar con la idea, era la época del paro nacional, y en un momento llegue a pensar, que había sido la peor decisión de mi vida». Me decía: «Estoy arruinado, me siento decepcionado, vamos a ver qué hacemos». A pesar de todo, la empresa dio ganancias desde el primer año. Es la Historia de Héctor, del sector de Tecnología. Con todas las adversidades, los emprendedores decidieron seguir adelante. A fin de cuentas, un emprendedor debe estar en facultad de medir los riesgos calculados, así como la perseverancia necesaria para levantarse de episodios lamentables. Así somos los venezolanos, así que no perdamos la esperanza y convicción en nosotros mismos.

(*) Directora de Gente Competitiva.

Direcciones-E: Twitter: @gentecompetitiv. / Sitio Web: www.gentecompetitiva.com.ve

Fuente: DEBATES DEL IESA (Trabajo de investigación Rebeca Vidal y Shaila Rolo)