Blockchain una alternativa tecnológica contra la corrupción.


El flagelo de la corrupción es uno de los factores más dañinos y extendidos en Latinoamérica y el Caribe, por lo que seguirlo trayendo a la palestra para su consideración y análisis, es de primer orden para nuestra revista www.entorno-empresarial.com.

En esta oportunidad, sustentado en información proporcionada por el Banco Mundial que considera que entre los avances tecnológicos que destacan en la actualidad el Blockchain o también conocido como cadena de bloques, presenta todas las características y el poder para alterar los actuales modelos económicos y de negocios, y convertirse en un activo particularmente importante para el desarrollo de las economías emergentes. Y que de acuerdo a los expertos, también podría ser muy útil como método para combatir la corrupción, en especial en América Latina y el Caribe, donde la penetración de la telefonía móvil puede facilitar adopciones tecnológicas que ayuden a realizar tan ansiado trabajo.

En su descripción más simple, el Blockchain es una cadena de bloques digitales que contiene información y que una vez que ésta ha sido generada, es muy difícil de modificar. Incluye información sobre el remitente, el destinatario y el monto de dinero. Los datos son confiables porque están ligados a un estricto marco de normas y claves criptográficas, y solo aquellas personas con la clave correcta pueden acceder o modificar los datos. Y quizás lo más importante, es que el Blockchain elimina la necesidad de un intermediario, como un banco o un abogado. Facilitando así, la transparencia, que es la mayor enemiga de la corrupción.

Es conocido que Blockchain ha sido utilizada en criptomonedas como Bitcoin, Ethereum y otras pero sus usos potenciales son muchos , tales como en los mercados energéticos, identidad digital, cadenas de valor, atención a la salud y servicios financieros. Aunque hay uno que es de especial importancia en América Latina y el Caribe: la lucha contra la corrupción.

El impacto de la corrupción

Ya ha sido destacado por el Banco Mundial en otras notas publicadas por la organización, que la corrupción tiene un impacto desproporcionado sobre los más pobres y vulnerables, incrementando el costo y reduciendo el acceso a servicios como la salud, la educación y la justicia. También, la corrupción lesiona gravemente la imagen de un país, ahuyentando la inversión. Si en un país las leyes no garantizan una seguridad mínima y una competencia justa a las empresas, hace que muchas compañías, por razones éticas y de seguridad en sus propios negocios, decidan no operar en países con entornos corruptos. Y quizás, lo más dañino es que la corrupción quebranta la confianza entre los ciudadanos y el Estado, confianza que es fundamental para que el desarrollo produzca buenos resultados

Según una encuesta de Transparencia Internacional, más de la mitad de los latinoamericanos considera que su gobierno no está abordando la corrupción, mientras que una de cada tres personas que utilizaron un servicio público en los últimos doce meses tuvo que pagar un soborno.

Existen, además, estudios que indican que los pobres pagan el mayor porcentaje de sus ingresos en sobornos. Por ejemplo, en Paraguay, casi el 13 por ciento de los ingresos de los pobres van a pagos de sobornos, mientras que en los hogares de alto ingreso esta cifra es del 6,4 por ciento.

La fácil identificación y la trazabilidad de Blockchain hacen que la corrupción sea más complicada. En una obra pública, por ejemplo, se podría dar seguimiento a cada uno de los montos que se gastan, identificar a todos los usuarios de esos fondos, y asegurarse que solo aquellas personas autorizadas a gastar dinero lo hagan según lo previsto inicialmente. De manera que, las investigaciones de fraude y corrupción -que normalmente toman meses, e incluso algunas no se terminan- podrían hacerse de forma instantánea. Este tipo de seguimiento financiero puede servir como disuasivo para los sobornos en el sector público, y a su vez ampliar el impacto sobre el desarrollo.

Según la información proporcionada por el Banco Mundial y  que sirve de base para este artículo, en América Latina y el Caribe, apenas la mitad de los adultos tiene acceso a servicios bancarios, si bien  nueve de cada 10 adultos que no están bancarizados poseen un teléfono móvil. A medida que la penetración de los teléfonos inteligentes crece, la popularidad de las monedas virtuales también lo hace. En Brasil, algunas compañías y tiendas minoristas aceptan monedas virtuales como forma de pago. Colombia también ve cómo se acrecienta su presencia en el mercado de las criptomonedas de América Latina, al igual que Perú.

Chile cuenta con una comunidad criptomonetaria muy activa, aunque los bancos han denegado sus servicios a empresas e individuos relacionados con el mundo criptofinanciero. Tanto Chile como Argentina han acogido eventos y reuniones en torno a las criptomonedas. En Chile, LaBitConf  atrajo a miles de participantes de todo el mundo interesado en los activos digitales. Mientras que en Argentina sigue creciendo y no existe
ninguna gran normativa acechando a la industria. Sin embargo, Bolivia y Ecuador son de los pocos países del mundo en donde el Bitcoin está prohibido de forma estricta.

Aprovechar la innovación tecnológica

El Grupo del Banco Mundial está trabajando para asegurar que las economías de los países en desarrollo puedan aprovechar este tipo de innovaciones para erradicar la pobreza extrema y promover la prosperidad. En agosto de 2018, el Banco Mundial lanzó el bond-i, un nuevo instrumento de deuda operado por Blockchain, el primer bono en el mundo en ser creado, asignado, transferido y gestionado a lo largo de su ciclo de vida mediante Blockchain.

La organización también está trabajando en cómo usar Blockchain para hacer más transparentes las cadenas de suministro. Por ejemplo, la tecnología puede animar a los productores rurales e intermediarios que se encuentran entre la granja y la fábrica a ingresar más datos sobre su producto a medida que se mueve por la cadena.

En Colombia, donde los jóvenes de bajos recursos y en riesgo carecen de acceso a una educación de calidad y con frecuencia no están incentivados para permanecer en la escuela, el Banco Mundial está explorando la oportunidad de apoyar la educación de los jóvenes a través de un juego, donde pueden ganar premios resolviendo retos globales.

Por tanto, existe la creencia que la cuarta revolución industrial puede facilitar el camino hacia el desarrollo ayudando a prevenir el fraude y la corrupción. Sin embargo, la tecnología se encuentra en la fase inicial de desarrollo, por lo que se deberán abordar importantes riesgos y desafíos, tanto técnicos como normativos, antes de su adopción masiva. Pero el camino está abierto.

No obstante, cabe destacar que en la lucha contra este perverso flagelo, es indispensable que los líderes pongan voluntad política y den visibilidad al problema y lo complementen con una buena dosis de conocimientos técnicos, buena regulación y deseos de trabajar arduamente en contra de esa bochornosa actividad. Pero también, que la solución pase por la transparencia y controles en las cuentas públicas y la educación de los ciudadanos – que desde el seno de las familias se estimulen – valores que les enseñe a repudiar la corrupción.