Cambios en el Gobierno de Israel

A pesar del escepticismo reinante respecto a las posibilidades de alcanzar la paz y pese a los ataques perpetrados por milicianos de Hamás contra colonos judíos en Cisjordania, Netanyahu y Abbas se reunieron de nuevo los días 14 y 15 de septiembre, (encuentro en el que también participó Clinton y que se celebró en Egipto).
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Sin embargo, dichos preliminares no pudieron impedir la ruptura de las embrionarias conversaciones de paz palestino-israelíes, al quedar Abbás desacreditado ante sus compatriotas, por sus repetidos fracasos a la hora de frenar la ocupación israelí, debido a la reanudación por los colonos judíos de la construcción de nuevos asentamientos, en el territorio disputado de Judea y Samaria (nombres bíblicos de Cisjordania), después de que finalizase la moratoria a la edificación impuesta por el Gobierno del primer ministro Biniamín Netanyahu, hace diez meses y que expiraba el pasado 26 de septiembre.

Lieberman, el obstáculo para la paz: Líder del partido Israel Beitenu y residente en el asentamiento de Nokdim, (en el territorio disputado de Judea y Samaria, nombres bíblicos de Cisjordania), Lieberman encabeza el sector más intransigente de la coalición de gobierno y desde el principio, se ha mostrado muy escéptico sobre el proceso negociador en el que se hallan embarcados Netanyahu y el presidente palestino, Mahmud Abás.
El jefe de la diplomacia israelí, en su comparecencia ante la Asamblea General de Naciones Unidas en representación del Estado de Israel, propuso un nuevo trazado de fronteras para resolver el conflicto palestino-israelí y afirmó que la paz con los palestinos podría tardar «décadas en llegar» y que un acuerdo definitivo entre Israel y los palestinos, debe basarse» en un programa para intercambiar territorio y poblaciones»

La respuesta de la Oficina del Primer Ministro de Israel, no se hizo esperar y el portavoz de Netanyahu, Mark Regev, aseguró, que «el Gobierno de Israel y el primer ministro, están comprometidos a alcanzar un acuerdo de paz histórico con los palestinos, en el plazo de un año», tal y como se comprometió al iniciar el pasado día 2 en Washington, la negociación directa con los palestino».
Las desavenencias entre Netanyahu y Lieberman no son nuevas, pues ya tuvieron un sonoro desencuentro el pasado mes de junio, pero la intransigencia de la ultraderecha, podría terminar por hacer añicos la actual coalición de Gobierno israelí, (formado por el Likud; Shas, Israel Beitenu y Partido Laborista), con una mayoría cómoda de 66 diputados, pero lastrada por su hetereogenidad y sus irreconciliables diferencias sobre la política de nuevos asentamientos.

Posible Nuevo Gobierno de Unidad israelí: Caso de romperse la actual coalición de Gobierno israelí, habría llegado el momento de la ganadora moral de las pasadas elecciones israelistas: Tzipi Livni, líder del Partido Kadima (28 diputados) y actualmente líder de la oposición (la baza oculta de la Administración Obama, para encauzar definitivamente el proceso de paz palestino-israelí)

Tzipi Livni, evolucionó desde el ultranacionalismo sionista de su juventud, a un posibilismo que asume la estatalidad palestina y la renuncia a parte de Cisjordania, para preservar el carácter judío del Estado de Israel y fiel al Pensamiento de Ben-Gurión «Prefiero la unidad del pueblo judío, a la unidad territorial de Israel», estaría dispuesta a recorrer un largo trecho, en forma de concesiones a cambio de la paz con los vecinos árabes, aunque siempre con la condición sine-qua-non, de lograr que el Estado de Israel sea fuerte, autosuficiente y respetado por los países de la región.

Dicho Gobierno de Unidad estaría constituido por el Kadima (28 diputados) , el Likud (27) y Avodá (Partido Laborista Israelí (13) y lograría una cómoda mayoría, (68 escaños del total de 120 que componen el actual Parlamento hebreo (Knset), lo que daría estabilidad al futuro Gobierno y permitiría retomar con fuerza las colapsadas conversaciones de paz con la AP.

Implicación personal de Obama en el nuevo proceso de negociación: Obama, se vería obligado a participar personalmente en el proceso de negociación, con el objetivo de establecer las bases para la creación del futuro Estado Palestino, (previo reconocimiento del Estado de Israel por parte palestina), contando con la ayuda de la UE, que sometería a estudio la revisión de los Tratados preferenciales con Israel, como medida de presión para el retorno a las negociaciones de paz.

Dicha negociación, podría concluir con la firma de un Tratado de Paz, entre el nuevo Primer Ministro israelí y el nuevo Presidente de la Autoridad Palestina, tras la retirada definitiva de Abbas, (acusado por Hamás de ser un aliado estratégico de EEUU e Israel y presidente ilegítimo de los palestinos, desde que su mandato finalizara en enero pasado), impasse político que podría tener su desenlace en el 2011, con la elección de un nuevo Presidente de la Autoridad Palestina, que sería el representante del nuevo Gobierno de Unidad, que surgiría tras la inevitable aproximación de Hamas y Al Fatah.

Acuerdos de Oslo III: Bajo presión del Cuarteto para Oriente Próximo, Hamás procedería a la liberación del soldado judío Gilad Shalit, (cautivo en la Franja desde el 25 de junio de 2006 ) y en contrapartida , Israel accedería a flexibilizar el boicot a Gaza, no siendo descartable la aplicación por parte de la ONU, del Capítulo VII de su Carta Constitutiva.

Dicho acuerdo, contaría con las bendiciones políticas de Egipto, Rusia, Siria e Irán y como colaboradores económicos necesarios en la reconstrucción de Gaza a Arabia Saudí, EEUU, UE, Japón, y Emiratos Árabes (con un costo aproximado de 3.000 millones de $) y debería ser global y vinculante para todos los países del área geopolítica de Oriente Próximo y lograr la instauración de un nuevo “status quo” en la zona (“ Pax obamaniana”), una vez resuelto el contencioso nuclear de EEUU con Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.

Esta operación, contará con la inicial oposición del influyente lobby judío de EEUU, pero que podría terminar aceptando, al recibir Israel como contrapartida las bendiciones de EEUU, a la culminación del Muro de Cisjordania (que incluiría aproximadamente, el 10% del territorio de Cisjordania, incluida Jerusalén Este) y el incremento de la ayuda económica, cifrada durante la Administración Bush en unos 3.000 millones de dólares de ayuda, (monto que representa casi el 2% del PIB de Israel, pero la paz será inestable y su duración dependerá de las negociaciones de Israel con Siria, para la devolución de los Altos del Golán y de la futura actitud de Hisbolad y Hamas, pues si ambas formaciones persisten en sus ataques a territorio israelí, podría incrementarse la tensión en la zona y reeditarse la ”Operación Plomo Fundido”.

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