Campeche, México, una ciudad ejemplo

El pasado 11 de diciembre fui invitado a participar en el primer Congreso de Recursos Humanos, del Instituto Tecnológico de Campeche, realizado por los alumnos del último ciclo de esta ejemplar institución, la misma que queda a 1.40 horas de distancia de Ciudad de México en avión. Fui preparado con un pequeño programa para dar la conferencia de cierre y, regresé a mi querido Perú, con mi alma y corazón repletos de esperanza, hermosas sensaciones y una relación encontrada de buenos sentimientos y objetivos similares indescriptibles, obsequiado por jóvenes personas, (chicas y chicos), miembros de este nuevo grupo profesional y ejemplares profesores, que lucharon junto a ellos durante esta preparación profesional como del magnífico evento de cierre, resultado de tantos años de esfuerzos y sueños, listos ahora para volverlos realidades.

En 4 días tuve la oportunidad de conocer esta gran pujante y luchadora ciudad , acosada desde sus inicios por Piratas y Corsarios, algo común en nuestros países -claro que ahora con otros nombres pero con los mismos objetivos- y definitivamente respiré sensaciones que pensé no encontrar , sobre todo por esta globalización que, lamentablemente en la gran mayoría de casos donde no existe una buena preparación, van desapareciendo los sentimientos humanos propios tan nobles como los valores, y el querer realmente a su tierra, obligando a las sociedades periféricas, en especial, a asumir en forma directa e indirecta modismos y costumbres como ideales, fuera de una realidad autóctona, lo que nos está convirtiendo en títeres y no perfectos por nuestra propia idiosincrasia y con titiriteros que se esmeran en presentar actuaciones fuera de contexto, como si fueran sus propios medios.

Estos jóvenes me sugirieron la posibilidad de dar algunas conferencias en otras instituciones estudiantiles, aprovechando el esfuerzo desplegado de su gentil invitación, a lo cual accedí gustoso por ver tan noble propósito.

Realmente hacía buen tiempo que en gente joven no encontraba esas ansias de saber como de querer progresar, en bien de su medio más que en lo personal.

Sus centros de estudios y creo haberlos visto casi todos, ordenados y limpios y los principales fiscales de esta política eran los mismos alumnos, cosa rara en estas épocas, lo que nos demuestra nuevamente que la cultura se mide mayoritariamente por los valores.

Lo único que me queda por decir es, gracias por mostrarme la esencia de los valores, la misma que me preocupaba no encontrarla en diferentes niveles de mi andar, algún lo que definitivamente me recarga de energía para continuar desarrollando lo más importante de la sociedad, nosotros mismos.
Definitivamente que el hecho de encontrarme nuevamente después de tiempo con la nobleza, sinceridad y entusiasmo que me compromete conmigo mismo a seguir continuando el desarrollo e instrucción de las sociedades por el bien de un mundo globalizado, término que irónicamente pese a estar en él, la gran mayoría de personas como las autoridades, no llegan a entender su real significado ni las consecuencias que podría traer si se equivoca el camino.

Me despido con un hasta pronto jóvenes, futuro de ese gran hermano país y digno ejemplo de lo que ustedes representan a nivel mundial, esperanza de un mañana mejor y de una sociedad más justa y equitativa en el mundo que tanto necesita ahora de personas como ustedes.

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