Cáncer de mama, el tumor que más afecta a las mujeres

MARTINA GOL – Con mucha frecuencia se oye o lee información esperanzadora sobre el cáncer de mama: nuevos avances diagnósticos, nuevos tratamientos, mayor conocimiento del mal y adelantos de la investigación genética que, sin duda, permiten que cada día aumente el número de mujeres libres de la enfermedad o de recaídas tras el tratamiento. A pesar de ello, el cáncer de mama sigue representando un serio problema de salud pues, cada año, más de 5.000 mujeres fallecen por su causa y aparecen unos 15.000 nuevos casos de este tumor entre las mujeres españolas.

Cáncer con esperanza

En un día como hoy, 19 de octubre, el Día Internacional del Cáncer de Mama, todas las miradas apuntan a una sola dirección: este mal y quienes lo sufren. Los expertos recuerdan que se trata del tumor más habitual entre las mujeres españolas, (afecta aproximadamente a entre un 20% y un 25% de la población femenina), es la primera causa de muerte por cáncer en España y el tumor maligno más frecuente en el mundo después del cáncer de pulmón.

Estos datos sitúan y mantienen al cáncer de mama, desde hace años, en el primer lugar entre los tumores que padece la población femenina española. Estas cifras han sufrido cambios en los últimos tiempos que hay que valorar muy positivamente: cada año el número de casos aumenta y el número de fallecidas desciende. Esto se debe a múltiples causas, entre las que destacan los programas para la detección precoz y los éxitos de tratamientos oncológicos cada vez más eficaces.

Gracias a los avances médicos y a la concienciación de la población española sobre la importancia de un diagnóstico precoz, España se encuentra entre los países europeos con tasas más bajas de cáncer de mama.

Estructura de la mama

La mama es una glándula y su función principal es la producción de la leche materna durante el periodo de lactancia. Su estructura está organizada de acuerdo a esta función principal. La producción de la leche tiene lugar en glándulas de pequeño tamaño, (pequeños sacos), que se agrupan para formar lobulillos y estos, a su vez, se agrupan para formar lóbulos de mayor tamaño.

A pesar de los grandes avances médicos, cada año más de 5.000 mujeres españolas fallecen de cáncer de mama y aparecen 15.000 nuevos casos

Estos lóbulos y lobulillos están conectados por un sistema de canales denominados ductos o conductos galactóforos, por donde circula la leche materna, que van confluyendo en una estructura que recuerda racimos de uvas, (cada vez con mayor diámetro), hasta alcanzar el pezón. Además del tejido glandular, se encuentran otras estructuras que dan soporte, forma y tamaño a este conjunto, como el tejido graso.

La glándula mamaria sufre muchos cambios a lo largo de la vida de la mujer, durante los ciclos menstruales y durante el embarazo y la lactancia, básicamente debidos a los diferentes niveles de hormonas femeninas. Por todo ello y por su principal función, la mama necesita un gran aporte de oxigeno, función que lleva a cabo una importante red de vasos sanguíneos que trasportan la sangre necesaria a la glándula. Además de estos vasos, la mama tiene una enorme cantidad de vasos linfáticos, los responsables del transporte de la linfa hacia los ganglios linfáticos.

Diferentes fases del tumor

Cuando aparece un cáncer de mama, casi siempre lo hace en el tejido glandular, (adenocarcinoma), y más concretamente en los ductos o conductos galactóforos, (carcinoma ductal). Las células de las paredes de estos conductos comienzan a multiplicarse de forma descontrolada tras algún mecanismo que lo desencadena. Cuando este crecimiento de células queda contenido entre las paredes de los conductos -primera fase del tumor- se le conoce como carcinoma ductal in situ.

El carcinoma ductal in situ es un tumor muy localizado, en etapas muy tempranas de su desarrollo que, al estar limitado entre las paredes y membranas de los conductos, no se ha extendido a otras zonas ni tiene, por lo general, aún capacidad para invadir los tejidos de su alrededor ni producir metástasis a distancia. Se trata de un carcinoma ductal infiltrante o invasivo cuando las células tumorales son capaces de atravesar la membrana que separa a los conductos de los tejidos que los rodean y se extienden por ellos. Entonces, el tumor crece y entra en contacto con vasos sanguíneos y linfáticos.

En este punto, cuando las células tumorales llegan a los vasos y ganglios linfáticos, aparecen las metástasis ganglionares. Es frecuente su localización en las cadenas de ganglios axilares y por encima de las clavículas. Este tipo de afectación es habitual, pues casi la mitad de las mujeres con un cáncer de mama la tienen en el momento del diagnóstico. A través de estos vasos, las células tumorales pueden viajar a distancia y extender el tumor a otras zonas del cuerpo. Se trata de las llamadas metástasis a distancia. Las más frecuentes son las óseas y las que afectan a órganos como el pulmón, el hígado o el cerebro.

Las metástasis a distancia en el cáncer de mama suelen aparecer cuando se sufre una recaída, en años posteriores al diagnóstico y, por lo tanto, tras haber realizado tratamiento, o en aquellos tumores sin diagnosticar que llevan mucho tiempo de evolución y están muy avanzados localmente. Encontrar este tipo de metástasis en el momento del diagnóstico es poco frecuente.

Otro tipo de cáncer de mama que aparece en los lobulillos o lóbulos de la glándula mamaria, y no en los conductos, es el llamado carcinoma lobular. Cuando se halla localizado sólo en los lóbulos se denomina carcinoma lobular in situ; cuando se extiende a tejidos cercanos recibe el nombre de carcinoma lobular infiltrante o invasivo, aunque no es usual que esto suceda. Una vez producido un carcinoma lobular infiltrante o invasivo, puede desarrollar metástasis como en el caso del carcinoma ductal.

Otro tipo de tumor mamario, aunque poco corriente, es el carcinoma inflamatorio. Agresivo y de rápido crecimiento, se caracteriza por un enrojecimiento de la piel de la mama, un aumento de su temperatura y la aparición de arrugas, piel gruesa y granulosa parecida a la piel de naranja, debido a la falta de drenaje linfático provocado por el mismo tumor.

Fuente: www.consumer.es