Capitalizar los recursos humanos

Los trabajadores del conocimiento en empresas de tecnología no suelen considerar que el núcleo de su actividad son las relaciones humanas. Sin embargo, nuestras investigaciones indican que el trabajo basado en ciencias tiene más que ver con las redes sociales que lo que sospechan las empresas de alta tecnología. De hecho, estas compañías se beneficiarían de las tácticas de fomento de los vínculos sociales que usan las consultoras y los estudios de abogacía.

Nuestras conclusiones se derivan de las investigaciones sobre lo que ocurre cuando los inventores cambian de trabajo. Es obvio que tales partidas drenan de habilidades y conocimientos a la empresa abandonada; pero descubrimos que, bajo determinadas circunstancias, podría ganar conocimientos cuando la gente la deja.

La pérdida de capital humano está parcialmente compensada por la ganancia en capital social, específicamente, el desarrollo de lazos sociales entre las firmas. La partida de un inventor expande la red de conexiones personales de la empresa abandonada, la cual pasa a tener contactos en la nueva firma (la persona que cambió de trabajo). En las profesiones de alta tecnología, como en la mayoría, los antiguos vínculos no se desintegran por el simple cambio de empresa: la gente se mantiene en contacto y comenta lo que hace; a menudo, el deseo de compartir conocimiento triunfa sobre la tendencia a mantenerlo en secreto.

Las evidencias de las ganancias intelectuales de la partida de un inventor quedan demostradas en las patentes, de las cuales estudiamos 42.000 otorgadas a 154 empresas en la industria de semiconductores entre 1985 y 1995. La documentación oficial nos permitió identificar la ubicación de los inventores y las listas de patentes anteriores que los inventores citaban. Por ende, pudimos rastrear la transferencia de conocimiento entre empresas.

Como es obvio, el inventor que cambia de compañía trae conocimientos adquiridos previamente al nuevo empleador. También descubrimos que, después de que un inventor pasa a otra empresa en una región o país distinto, las patentes subsecuentes en la empresa que el inventor abandonó tienen un 36 por ciento más de probabilidades de citar patentes otorgadas a la gente en la nueva empresa en la cual trabaja el inventor, que las empresas comparables. En efecto, la vieja firma gana conocimiento de la nueva compañía. Sin embargo, este fenómeno no es evidente para los inventores que se mudan dentro de la misma región metropolitana. Es probable que esto ocurra porque, en tales circunstancias, la vieja empresa y la nueva ya tienen otros lazos compartidos, como clientes en común, proveedores y conocidos. Crear nuevos lazos sociales mejoraría la transferencia del conocimiento.

Harvard Management Update
Lori Rosenkopf y Rafael A. Corredoira
Harvard Business School Publishing, 2008