Carreras universitarias, giro de 180º

CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión.com) — Actualmente es común escuchar que los estudiantes hablen sobre intercambios, emprendedurismo, liderazgo y autoempleo. Pero este lenguaje no siempre fue el mismo, los universitarios, su formación académica y necesidades laborales han cambiado en las últimas décadas.

Más de 2 millones 150.000 alumnos representan la matrícula de educación superior en el país, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). ¿Cuáles son los retos para ellos? Para llegar a ese punto, antes te presentamos una breve retrospectiva de las inquietudes de los universitarios en las últimas décadas.

Los 70, crítica social

Esta época fue de las más dinámicas en el campo académico, según Javier Mendoza, investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Desde finales de los 50 y hasta los 70 predominaron entre los universitarios ciertas inconformidades, como ver frustradas sus aspiraciones de ascenso social al terminar sus estudios.

La sociedad venía de una época dorada en la que se prometían oportunidades de crecimiento para los que tuvieran una carrera, sin embargo, la realidad es que el ciclo de crecimiento económico comenzaba a cerrarse, señala el investigador.

¿Qué estudiaban? Carreras como Economía, Derecho, Ciencias Políticas, Periodismo, Sociología, Medicina y Arquitectura.

¿Cómo eran? De acuerdo con Mendoza, los jóvenes de esa época eran muy analíticos, sus reflexiones además de estar relacionadas con conocimientos eran sobre los problemas de México. También eran críticos, el salón de clases era un lugar idóneo para la discusión de ideas que la mayoría abordaba con profundidad.

Espíritu emprendedor: Antonio Castro, del área de operaciones de la facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, comenta que si bien el Gobierno tenía programas de apoyo para la creación de negocios, la apertura era mínima y no se hablaba de empresas propias, si acaso de iniciativas familiares.

Los 80, nuevas competencias

El académico de la Universidad Pedagógica Nacional, Arturo Álvarez comenta que en esa década se replanteó el papel de la educación en el desarrollo económico y social del país. Había crisis porque el modelo de bienestar que proponía el Estado ya no funcionaba. Además, los universitarios se dieron cuenta que el paradigma de la ciencia (todo tiene un método y una comprobación) no lo era todo.

Las instituciones comenzaron a competir en el mercado por atraer a los jóvenes que aspiraban adquirir no sólo conocimientos, sino también competencias productivas. En esta etapa, las escuelas plantearon una transformación de sus programas con base en las nuevas necesidades, ya que comenzaba la revolución en las comunicaciones y la tecnológica. Empezaron a multiplicarse las opciones de instituciones privadas, agrega.

¿Qué estudiaban? Continúa el auge de carreras como Economía, Derecho y Comunicación. Inicia un fuerte movimiento en profesiones relacionadas con tecnología.

¿Cómo eran? El estudiante empieza a cuestionarse si lo que recibe en clase realmente le funciona al salir de la escuela. «Estos universitarios demandaron otros conocimientos específicos, como computación», platica Álvarez. El joven disfrutaba de videojuegos y el walkman. En general, comenzó su interés por los cambios tecnológicos.

Espíritu emprendedor: En esta época arranca una fuerte relación entre las diferentes industrias y las instituciones de educación superior. El joven, señala Oscar Súchil, director de la incubadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), comienza a identificar que además del conocimiento existen otras cualidades para triunfar fuera de la escuela. Se empieza a trabajar el emprendedurismo, para aplicarlo en negocios de familia u otros proyectos.

Los 90, mundo globalizado

«Un buen día nos levantamos con la idea de que participaríamos en el Tratado de Libre Comercio», afirma Amparo Ruiz, autora del libro Educación Superior y Globalización. Esto, dice, «generó un cambio muy fuerte pues aunque se mantenía la idea de que la educación es palanca del desarrollo económico, se modificaron sus funciones; ya no sólo se imparten conocimientos, sino que comienzan a orientarse en las habilidades, actitudes y valores de competitividad del alumno».

Términos como superación personal y esfuerzo individual son cada vez más frecuentes.
¿Qué estudiaban? Hubo un fuerte auge por las carreras relacionadas con prestación de servicios, por ejemplo turismo, y Desarrollo y Administración Hotelera. Permanecen las licenciaturas tipo Tecnología de la Información y Derecho, pero con nuevos enfoques, así como Comunicación (con una transformación por el Internet) y Diseño, entre otras.

¿Cómo eran? En esta época el joven se muestra más creativo porque sabe que es el encargado de crear su propio desarrollo. Ahora, su preocupación es identificar lo que le gusta, para qué es bueno y encajarlo con lo que demandan la sociedad y las empresas. Es la generación del Internet, de los correos electrónicos, la comunicación interpersonal es más breve. Los universitarios tuvieron que acoplarse rápidamente a los cambios, indica Carlos Muñoz, especialista del departamento de educación de la Universidad Iberoamericana (UIA).

Espíritu emprendedor: Oscar Súchil, del IPN, comenta que a finales de los 90 el concepto de incubación ya era conocido entre los jóvenes. Ante el problema de desempleo, una opción era que ellos generaran sus propios recursos, y a su vez, crearan nuevas fuentes de trabajo. Crecen los negocios de base tecnológica.

Año 2000, comienza un nuevo siglo

Hoy, la población joven se enfrenta a grandes retos, entre estos, el desempleo. Ante esta perspectiva, las universidades tienen que trabajar con más fuerza en su vinculación con las empresas e invitar a los profesionistas a las aulas para que les transmitan a los estudiantes qué es lo que demanda el mercado laboral, dice el representante de la UIA.

Ese es el motivo por el cual, los planes de estudio tienen áreas de especialización, con una fuerte base de conocimientos generales en los primeros semestres. Cada vez son más frecuentes las prácticas de evaluación y certificación de los alumnos.

¿Qué se estudia? Aunque continúan carreras ‘tradicionales’ como Derecho, Medicina y Comunicación (enfocado a relaciones públicas), se vislumbra un panorama interesante para licenciaturas relacionadas con Biotecnología (aunque el número de alumnos no es muy alto) y Medio Ambiente.

Así son: El egresado tiene un fuerte compromiso con la sociedad, en el sentido que sabe que ya no existe una figura que provee sino que él mismo debe buscar oportunidades y desde su formación tratar de ayudar a la comunidad. El joven de hoy busca conocimiento para satisfacer demandas, en su vida cotidiana se enfrenta a temas de recursos humanos y de cómo ser su propio jefe. Es la generación de los que chatean y estudian en línea.

Espíritu emprendedor: Una figura fuerte en el modelo de incubación, puntualiza Súchil, es la del mentor, quien transmite a los jóvenes sus experiencias en el mundo laboral y les ayuda a evitar errores en su incursión al mercado laboral.

Fuente: http://www.degerencia.com/noticia/30990/carreras-universitarias-giro-de-180º