Cenicienta o Bruja

El fútbol es el más impredecible y paradójico de los deportes, ya que al transcurrir de los años, resulta difícil para cualquier analista deportivo, tratar de realizar alguna predicción sobre cualquier selección, torneo o jugador. A medida que la globalización sigue uniendo a los pueblos de manera social o cultural, en lo deportivo y especialmente en el fútbol, también se nota un acercamiento sustancial, pues es cada vez más evidente, como las selecciones o equipos pequeños acortan la distancia en cuanto a buen juego se refiere, frente a las grandes oncenas del fútbol mundial

Como cualquier cuento sacado de los famosos estudios Disney, los equipos hasta ahora catalogados como “Cenicientas”, han sufrido una metamorfosis convirtiéndose en las brujas malas de la historia, haciendo pasar tragos muy amargos, aquellas selecciones acostumbradas a mantener un status de favoritismo.

Este fenómeno tan interesante, se pudiera estar generando por varias causas. Sin embargo, a mi modo de ver, el éxodo de talento, (jugadores o entrenadores), y las transmisiones televisivas en tiempo real de los diferentes torneos de clubes y selecciones, han contribuido en los últimos tiempos, a que los equipos más pequeños desarrollen un juego respetable, que les permita codearse con lo más selecto del deporte rey, pasando de ser equipos sorpresa a selecciones temidas.

Aunque la trayectoria del fútbol nos presenta historias de juegos donde equipos pequeños han logrado imponerse a los grandes, es en la actualidad donde se puede palpar, que en este deporte no hay que subestimar al rival, es más, me atrevería a parafrasear a una de las leyendas del fútbol mundial Johan Cruyff quien afirmó que “… en la actualidad no se ganan campeonatos con la camiseta”.
Hay muchos ejemplos que ilustran esta premisa, pero el más evidente y cercano para nosotros es el desarrollo que ha tenido nuestra selección de fútbol de mayores, (La Vinotinto). Los criollos han logrado resultados inesperados e impensables para muchos, como el 2 a 0 obtenido hace unos días en Boston, ante nada más y nada menos que Brasil penta campeón del mundo; triunfo que se suma a otros resultados memorables. Claro esta que, hasta que nuestra selección deje de cometer errores tan infantiles dentro del campo de juego, no podrá dar el salto necesario para coronarse como uno de los equipos fuertes del continente.

Tampoco podemos olvidar los últimos resultados que se han generado en la Eurocopa 2008, celebrada en Suiza y Austria. Desde el comienzo del torneo, los entendidos del fútbol y los mismos fanáticos, han quedado sorprendidos con el accionar de selecciones como Croacia, Turquía y Rusia, que se han convertido en protagonistas de dicho evento. En esta edición de la Euro, los resultados inesperados surgieron desde la misma primera ronda, pues si la eliminación de Francia dejo atónitos a muchos, en los cuartos de final las sorpresas son más contundentes. El triunfo de los rusos ante Holanda deja al descubierto que cuando se juega al fútbol, lo que vale es el buen juego y los goles, más no así el nombre.

Sin embargo, el otro lado de la moneda, nos muestra que tampoco se debe subestimar a los grandes equipos, pues aunque selecciones como Alemania e Italia comiencen mal en un torneo, jamás se deben dar por descartados, error que cometió Portugal.

De esta manera vemos como el deporte, en este caso el fútbol, se ha beneficiado de la vilipendiada globalización. Cada vez son más cortas las diferencias entre estilos de jugar, técnicas de entrenamiento, contratación de jugadores en fin, todo aquello que ayude o contribuya a que una selección de fútbol pueda saborear lo dulce de la victoria.

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