Claves para lograr el éxito de la mano de reconocidos emprendedores españoles

Otros tantos líderes empresariales relatan, en primera persona, cómo alcanzar las cotas más elevadas. Una fórmula de éxito donde tienen cabida la ambición –sana–, un escaso apego al riesgo, la curiosidad… y otros muchos elementos que se van desgranando en 9 maneras de triunfar.

Claudio M. Nòvoa –Olvidaos. No hay recetas mágicas para alcanzar el éxito empresarial. Más bien, se trata de agitar, de forma adecuada, diferentes ingredientes que variarán en función del mercado donde operemos y de la personalidad de cada individuo. Un cóctel en el que siempre han de estar presentes, como mínimo, los siguientes componentes: escasa aversión al fracaso, curiosidad, cierta dosis de inconsciencia, ambición bien entendida y un extraordinario esfuerzo físico y mental.

Del mismo modo, no existe un único camino hacia el triunfo. Cada emprendedor es un mundo, con sus fortalezas y debilidades. Uno ha de ser consciente de tal realidad, con la vista puesta en encontrar esa hoja de ruta personalizada que le permita superar las metas fijadas en un principio.

Sobre estas dos teorías pivota 9 maneras de triunfar (Editorial Gestión 2000. Grupo Planeta), escrito por el colaborador de Emprendedores, Claudio M. Nóvoa. Un libro donde se muestran las claves que os ayudarán a llevar vuestro proyecto a buen puerto. Para ello, el autor ha conversado largo y tendido con nueve emprendedores que han contribuido a consolidar algunas de las marcas más conocidas. Compañías todas encuadradas en el mercado de la franquicia, uno de los más pujantes de España en los últimos tiempos.

Uno de los principales atractivos del libro radica en descubrir la persona que se oculta tras el líder. No son pocos los que han hecho de la mesura su rasgo más visible; otros exhiben un perfil más agresivo. Unos han renunciado a su vida personal –y no lo esconden– en beneficio de los negocios. Otros se enorgullecen de haber alcanzado un equilibrio razonable entre los dos ámbitos. Sus trayectorias vitales también son dispares. Algunos tienen orígenes humildes, mientras que otros crecieron sin estrecheces. La Universidad era el destino natural para muchos; otros la visitaron por primera vez… para impartir conferencias.

De sus vivencias extraen innumerables consejos y teorías que comparten con los lectores. Y, seguramente, estos últimos se lleven más de una sorpresa. Sobre todo, al comprobar cómo saltan por los aires ciertos mandamientos del universo emprendedor que parecían inamovibles. Ahí van algunos.
SUPERMANES: EL SACRIFICIO DE LOS TRIUNFADORES

Es lógico pensar que cualquier persona que aspire a retos superiores ha de exhibir una enorme resistencia física y mental. No vamos desencaminados. Manuel Robledo, presidente del grupo de restauración Comess Group, es elocuente al comparar la actividad emprendedora con la preparación exigida para unas Olimpiadas. Y no en cualquier deporte; con la natación, nada menos, una de las disciplinas más duras. ¿Exagerado? No creemos, sobre todo tras leer algunos episodios.

Y para finalizar, parte del ideario del fundador de CreditServices, Javier López, que entronca con ese componente de sacrificio. “Para ser empresario hay que tener hambre, pasión por el negocio. Y si surgen problemas, casi mejor… eso significará que seguimos vivos”.

Quizás lo expuesto hasta aquí disuada a más de un futuro emprendedor. Pero es también la vara de medir la capacidad emprendedora. El apasionado relato que estos líderes hacen de sus experiencias, de las dificultades que han atravesado, de las satisfacciones obtenidas… os convencerá de que esto de emprender merece la pena. Palabra de triunfador.

De hecho, varios protagonistas de 9 Maneras de Triunfar acometieron, en la primera mitad de la década de los 90, su aventura empresarial. Un periodo en el que la economía española atravesaba por un profundo bache.

Nos encontramos ante una de las lecciones emprendedoras más fascinantes que esconden estas páginas. Cómo, en cualquier escenario, es posible salir indemne y lograr que el proyecto sobreviva con el paso del tiempo.

Como observamos, en ocasiones habrá que nadar contracorriente. Y esto no es sencillo. En el entorno más próximo pueden surgir recelos ante tal comportamiento. Más de uno confiesa que, en su propia familia, dudaron de su cordura al embarcarse en proyectos que generaban recelos en el mercado. Y la competencia directa también alimentaba el debate en esa dirección. Es significativo el caso de Félix Revuelta, emprendedor conocido por haber dado, con Naturhouse, una vuelta de tuerca al negocio tradicional de dietética y nutrición. Apuesta radical que llevó a sus rivales a plantearse si Revuelta se había vuelto loco.

En esta misma línea, son numerosas las anécdotas que ilustran cómo los emprendedores de éxito poseen una dosis extra de valentía y cero aversión al riesgo. Sólo así se entiende que alguien, allá por la década de los 80, osase plantar cara al gigante de los envíos postales. Ese alguien es Francisco Martín Frías, creador de MRW, quien aguantó estoico entonces un aluvión de demandas por parte de Correos, que intentaba así salvaguardar su monopolio.

Pero que estos episodios no lleven a equívocos. Nunca hay que asumir riesgos de modo gratuito. Todos los pasos han de estar detallados en una hoja de ruta muy clara donde también ha de haber espacio para la improvisación.

EL LÍDER FETÉN
Es un emprendedor al que no le puede faltar altas dosis de autoestima, que conoce sus limitaciones y virtudes, sabe rodearse de un buen equipo y sacar lo mejor de cada uno de sus miembros, y transmite optimismo por los cuatro costados… aún en tiempo de crisis.

Guiados por los nueve protagonistas del libro, esbozamos el retrato robot de un buen líder empresarial. Calificativo que se otorga a aquellos que han logrado cumplir –o superar– las metas fijadas, entre otras cualidades.

Pasito a pasito. Lograr pequeños éxitos de forma continuada. Sólo así su entorno le seguirá en el camino diseñado y no cuestionará sus planteamientos.

Valores positivos El optimismo, la ambición bien entendida y la capacidad de asumir retos, y que los demás los reconozcan.

Hacer equipo. Virtud que implica sacar lo mejor de cada trabajador, pagarle muy bien, motivar y mostrarle un respeto infinito. Y a ser posible, también conviene rodearse de gente mejor que uno mismo.

Vertiente humanista. Esto conlleva extraer de sus colaboradores las cualidades que les permitan encajar un episodio traumático, adaptarse a él sin quebrarse y volver al estado normal previo a ese acontecimiento negativo.

Autoridad moral. Enfrentada a la jerárquica. Con esta última se puede ordenar mucho, pero liderar poco. “El ideal consiste en que el líder posea ascendente sobre el equipo, que la gente lo identifique como tal, porque lo valora y lo reconoce”, aclara Enric Casi, director general de Mango.

Que no decaiga el ánimo. Así se desprende de confesiones como las de Félix Tena, fundador de Imaginarium: “Si uno está convencido de algo, acabará convenciendo al resto”.

Y para ello, es imprescindible seguir ir la evolución del mercado, marcar de cerca a las empresas que fijan la pauta a escala mundial, viajar y, sobre todo, tener curiosidad, mucha curiosidad.

A partir de aquí, al lector no le debe extrañar que más de un entrevistado –en un gesto de modestia– reconozca no haber inventado nada, a pesar de liderar hoy cadenas vanguardistas. Alejandro Fernández Luengo, uno de los creadores de Marco Aldany, no se considera un visionario. “Lo que hicimos fue incorporar lo mejor de cada enseña internacional. Trajimos aquello que estaba arrasando en otros países y, de esta manera, dar acceso a un tipo de peluquería inexistente en España”.

Y es que viajar enriquece a todos los niveles. Por desgracia, éste es uno de los déficits de las marcas españolas. No así de los protagonistas de un libro donde, sin movernos del sillón, viajaremos a Japón, Venezuela, Estados Unidos… y otros muchos destinos.
De Nueva York, por ejemplo, dice lo siguiente José María Fernández Capitán, creador de 100 Montaditos. “Me entusiasma su perfil. Una ciudad donde la gente sobrevive día a día y donde todo el mundo lucha”.
Una de las conclusiones es que el concepto ha de crearse con la mente puesta en salir al exterior, y no limitarse al mercado local. Desde el minuto cero dejaremos claro que nuestra ambición es crecer, no sólo en España, sino en cualquier parte del mundo. No caben excusas como nuestro déficit en materia de idiomas, algo que históricamente nos ha disuadido para dar el salto. Este complejo carece hoy de sentido, por lo que debemos desterrarlo del vocabulario.

Un fracaso exitoso
Pero no todo van a ser alegrías. Las historias que aquí aparecen reflejadas cuentan con sus raciones de sinsabores y desencantos. El fracaso es un peaje que, con frecuencia, el emprendedor ha de pasar antes de degustar el éxito. Una realidad que no es del todo aceptada en el mercado español. De hecho, el empresario con algún borrón en su hoja de servicios queda, de forma automática, estigmatizado.

Y el fracaso no siempre presenta connotaciones negativas. No son pocos los que lo han intentado y se han caído, para después levantarse con más energía y con los conocimientos necesarios para no dar otro mal paso.

Fuente: http://www.emprendedores.es/empresa/empresas_de_exito/nueve_maneras_de_triunfar