Como “padre”, ¿eres un líder?

“Todo padre debe ser líder para sus hijos

y ellos esperan que lo sea”

M. del Socorro

Se parte de la idea de que la familia es una empresa en la que el padre y la madre  ejercen la dirección de manera conjunta. En este trabajo compartido son los dos los que, como entidad directiva, tienen la responsabilidad de que esa estructura (conjunto “relacional”) funcione bien. Esto requiere una buena comunicación, planificación, organización, coordinación, liderazgo, vigilancia, control y capacidad de corregirse cada uno, y, sobre todo, no hay que olvidarse de cultivar el arte de delegar, motivar, inspirar y ¡confiar!

Un liderazgo bien aplicado produce los mejores  resultados en la formación de los hijos, porque el padre y la madre son la diada clave para llevar adelante a sus hijos y animarlos  a conquistar sus metas, buscando el perfeccionamiento personal de cada cual a  través del desarrollo de su  manera particular de ser. Esto quiere decir que no hay un único estilo para ejercer el liderazgo en la familia, sino que éste se constituye de acuerdo a las capacidades e inclinaciones individuales.

Ser padre de familia es una de las tareas para las que, por lo general, no se ha  sido entrenado. Como líderes del hogar, se suele estar alerta de lo que se solicita y se instruye a los hijos, pero hay una parte que -a menudo- se pasa por alto en la formación de ellos: el autoliderazgo. Sí, esa actitud personal que ellos miran en sus padres (más allá de las órdenes o de las orientaciones): la perciben del ejemplo diario. Es la capacidad que se desarrolla para conducir el estilo vida personal y que, al mismo tiempo, es un patrón conductual para las personas del entorno familiar.

Se debe tener siempre presente que el tipo de liderazgo que se ejerce en  la familia, debe estar definido por la personalidad de cada integrante de la misma y tiene en cuenta los carismas, las habilidades y destrezas de cada quien. Se ejerce desde el amor, la comprensión y la solidaridad; transmite principios y valores, y promueve una espiritualidad definida. Fomenta las relaciones interpersonales dentro del conjunto familiar y con el entorno, sabiendo mediar en las tensiones que se presenten… enseñando la tolerancia.

Los padres deben transmitir y fomentar, con sus actuaciones y enseñanzas, la imagen de líder; por lo tanto, tienen que aprender a ejercer esa figura, tanto en la casa, como en la sociedad. Los padres deben enseñar el valor humano del liderazgo, pues ayudará a sus hijos a sacar fuerzas de las flaquezas y les enseñará a luchar fuerte, en lo que consideran retos de estudios, trabajos, relaciones o religiosidad, pues habrá cosas que las harán en función de un reto que ellos mismos, como líderes, se propongan.

Se debe recordar, que el líder  está dentro de cada uno, padre y madre, que son los primeros líderes de sus hijos y, con sus comportamientos y actitudes, ejercen  influencia positiva o negativa que los marcará en la vida. Por eso, para saber realizar un liderazgo paternal de calidad en la familia, es indispensable tomar conciencia del cambio que se debe hacer en sí mismos, formándose  y luchando cada día para ser más y mejores padres.

¡A  todo “padre” y a toda “madre-padre”, feliz día!

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