Competencias Genéricas: La Verdadera Competitividad

De un tiempo a esta parte, hay términos antiguos que se han puesto en boga, uno de ellos es la “innovación”, y esta palabrita trae consigo a su prima hermana la “competitividad”. Se dice que para poder competir hay que ser innovador y muchas veces he escuchado que innovación es sinónima de tecnología y TIC’s, que corresponden a otros términos en boga que ya están quedando en el pasado. Pero mucha gente habla de estos conceptos sin tenerlos muy claros, o muchas veces desde el entusiasmo y sin detenerse a analizar las situaciones desde sus pericias profesionales.

Desde un punto de vista educacional, podríamos decir que la educación en si misma, tiene la responsabilidad de propiciar los medios para que los innovadores tengan cabida y se desarrollen cada vez más; sin embargo hay que tener en cuenta un factor importante, que ya lo señaló Paulo Freire cuando dijo: “La educación no puede desconocer las intenciones de la sociedad” ; entonces aquí cabe la pregunta: ¿cuáles serían las intenciones de la sociedad?. Para responderla, hay que tomar en cuenta que estamos en una nueva sociedad que tiene un alias, el apodo es: “Sociedad de la información”, y en una sociedad meta informada ¿cuál es la intención?; al parecer la intención es justamente la antes mencionada, competir, competir y sobrevivir, claro, y esto supondría que al competir, algunos ganan y otros pierden; de hecho hay una máxima en economía que dice: “Para que uno gane, otro tiene que perder” , pero si nos olvidamos de Marx vs. el Capitalismo por un rato, podemos detenernos a pensar ¿es tan así que para que uno gane otro tiene que perder?, ¿existirá otra forma más armónica o siempre estaremos condenados a que algunos ganen y otros pierdan?.

Bueno, no tengo un ego tan grande como para pensar en responder esa pregunta (aunque ya ha sido muy refutada la teoría de suma cero), pero si puedo vislumbrar algo; hoy en día las empresas más exitosas poseen un tipo de competencia distinto al concepto convencional, estoy pensando en empresas como Dell o Microsoft, que en vez de mirar hacia el lado y superar lo que ya existe, inventaron algo propio y lo supieron vender, sin importar si superaban o no lo que había en el medio; ellos desarrollaron innovaciones desde sus potencialidades internas, por ejemplo, Dell tiene alrededor de 5 empleados y es la empresa exportadora de computadores más grande del mundo, ¿cómo puede ser la más grande con apenas 5 empleados?; fácil; externalizaron absolutamente todos los procesos.

A lo que quiero llegar es que esta empresa, por ejemplo, es la más grande porque hoy cuenta el llamado “capital intelectual” , conocimiento intangible que da origen a las ideas y a los mejores métodos para producir bienes o servicios; esto se da también en el mercado laboral, en donde de varios candidatos postulantes, usualmente todos responden a un determinado perfil, pero es finalmente su experiencia (know how), asertividad, capacidad de liderazgo y capacidad de trabajo en equipo, lo que hace que ese postulante sea o no el seleccionado. Son esas competencias de orden genérico, las que otorgan hoy competitividad tanto a las empresas como a los trabajadores, y al visualizar esta perspectiva podemos acercarnos a la intención de nuestra sociedad.

Por lo antes mencionado, la educación poco a poco debe tomar en cuenta que no sólo con competencias técnicas basta, las competencias de orden genérico y valórico (honestidad por ejemplo), serán valoradas al momento de trabajar en un banco o institución financiera, o al postular a un cargo de alta responsabilidad. Por esto la educación debe formar valores, actitudes y destrezas de orden genérico, adicionalmente a la formación técnica, otorgando el factor de competitividad necesario en estos tiempos a los trabajadores y por ende, a las empresas.

Si bien pareciera que esto de las competencias genéricas no es nada nuevo, es fácil -si se investiga-, darse cuenta que es un terreno bastante inexplorado; por ejemplo; cómo respondemos los educadores, docentes y emprendedores a las preguntas: ¿cómo se forma a un líder?, ¿cómo mido las competencias genéricas?, si no sé bien cómo medirlas; ¿cómo identifico si mis trabajadores las tienen?, si no las tienen; ¿quién se encargará de desarrollarlas y medirlas?.

Si piensan en el porcentaje de error que tienen los test psicológicos de selección de personal, podemos darnos cuenta que no son suficientes ni para medir ni para desarrollar competencias genéricas, si bien sirven, necesitamos añadirles más herramientas; por ello señores emprendedores, docentes, trabajadores, directivos y colegas profesores, tenemos mucho trabajo por delante.

Referencias Bibliográficas:

-FREIRE, Paulo. Acción Cultural para la libertad. Bs.As. Tierra Nueva. 1975.

-Ver teoría de “Suma Cero” de John von Neumann y Oskar Morgenstern, ver también teorías de “falacia de suma cero” y teoría de “suma no nula”.

-Brooking , A. (1997), “El Capital Intelectual”, Paidos Empresa, Barcelona.

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