Competencias indispensables dentro de un mundo globalizado

Hablar del Capital Humano en nuestro país, es hablar prácticamente lo contrario de lo que podría significar, obviamente que tocando este tema de manera macro, ya que como toda regla también tiene sus excepciones que, lamentablemente en este especifico caso son pequeñas, mismas que son avasalladas por el diario vivir y enfrentamiento continuo con los grupos del poder momentáneo, situación que atropellan a las pocas voces honestas, por rebasarlas en demasía y con un pueblo indolente o inconsciente por ignorancia en otros casos, ante sus propias necesidades y derechos que nos corresponden.

Definitivamente estamos comenzando a pagar la factura, de lo que significó y significa en forma y resultado, del pésimo manejo de este gran país por las clases minoritarias, enfrascadas en una lucha de intereses por no soltar el poder, ni dar la oportunidad para beneficiar a las grandes mayorías, y no vengamos a echarles la culpa a los Gobiernos anteriores, ya que estos de acuerdo la historia, siempre han sido títeres del real poder.

Si a esto le agregamos como estímulo, algo así como echarle gasolina al fuego, una globalización a paso de carrera vertiginosa, cuyo objetivo es la captación de riqueza a costa de lo que sea, pues tenemos lo que ya estamos comenzando a padecer, pérdida de valores, pérdida de identidad, asimilación de usos y costumbres foráneas, corrupción imparable como escalera a la riqueza y otras lacras más, cada una de ellas reinas de sus reinos de degradación y perdición, enemigos por lógica de nuestro país, su cultura e inclusive su historia.

Los acuerdos de TLC´s, deben ser mejor analizados y firmarlos con quienes realmente nos signifiquen alianzas estratégicas, que nos permitan desarrollar y crecer -y bajo ningún punto de vista- con países que sólo se beneficien con nuestra materia prima, tal cual si fuéramos un despensero sin capacidad ni inteligencia, para mejorar nuestra condición de ignorantes y poder buscar el valor agregado. No podemos permitir que se cambien nuestras leyes para beneficio de algunos de estos países.

Sobre la venta de nuestras tierras, industrias estratégicas como las que no lo son y demás negocios, tenemos que aprender a ser más peruanos, al no propiciar ventajas, que van en contra de nuestro país y futuro, como ya se están dando, sobre todo a países con los cuales tenemos problemáticas históricas, ya que esto -a mi humilde entender- significa traición a la Patria.

Al margen, en especial sobre la venta de tierras, que por historia pertenecen a grupos identificados autóctonos, y sin ningún permiso y aviso se dispone de ellas, como si el Estado, por disposición del Gobierno de turno, tuvieran la facultad de no respetar el derecho de cada uno de nosotros, los ciudadanos, a precios irrisorios y sin tomar en cuenta los daños al medio ambiente, al no estudiar ni dejar en claro, el uso que se dará a los mismos.

Tenemos que buscar salir del analfabetismo cibernético, como también el de renovarlos en comprensiones, en especial a la masa docente (colegios, institutos y universidades), ya que ellos son la base de nuestro futuro inmediato, mismo que están desactualizados de la vivencia actual, en cuanto a conocimientos actualizados; y como si esto fuera poco, también en la falta de dominio cibernético y en este campo hablamos a nivel de la población en general.

Tenemos la obligación de rescatar los valores, la llave del éxito de cualquier sociedad, mismos que en la actualidad parecieran como cosa del recuerdo.

La corrupción es una lacra, que tenemos la necesidad y el deber de extirparla completamente, tal cual cáncer maligno de nuestro país, con sanciones ejemplares; sean quienes sean, personas jurídicas o naturales.

Otro de nuestros grandes males, es la mediocridad, a la cual tenemos que combatir desde la familia, colegios, universidades; y en nuestra diaria actividad, no debe tener espacio en ningún lugar de nuestro Perú, presente y futuro, por historia y por nuestro bien, motivo que nos obliga a que, en todo lo que desarrollemos, busquemos sobresalir.

En definitiva, hay mucho que hacer y es nuestra obligación y derecho, el poder cambiar esta lamentable situación actual.

(*) ONG El Capital Humano

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