Competencias que los líderes no deben tener

«La ira es una características que los líderes
no deben tener para empezar o bien perder
antes de integrarse a un puesto de
influencia o poder.¡La ira sólo estorba!»
C. Levicky

Mucho se ha hablado de las competencias que deben debe desarrollar un líder exitoso y sobre todo cuando se trata del máximo líder, bien sea de una nación o de una organización cualquiera. De acuerdo con B. D. Smart y su teoría del «Topgrading», las aptitudes esenciales que debe tener un líder de 1ª relacionándolas con su nivel total de talento para garantizar su actuación como tal, deberían ser las siguientes: visión, inteligencia emocional, dinamismo, recursos, trato con los clientes, «topgrading», actitudes de capacitación y desarrolla, formación de equipos autónomos de alto desempeño, satisfacción de expectativas de todos sus relacionados, integridad y sobre todo habilidades comunicacionales orales y escritas excelentes. Un alto porcentaje de los tratadistas de esta área del conocimiento coinciden que estas competencias; pero muy poco de ellos hablan de las cualidades que los líderes no deben tener.

Desde hace un tiempo relativamente corto, la sociedad está inmersa en lo que los investigadores sociales creen que es el fulminante de la evolución de los negocios. Se trata de aprender a administrar la inteligencia emocional. Entendiéndose como tal la capacidad de sentir, entender y aplicar eficazmente la destreza puntual de las emociones como recurso de la energía humana, de la ‘información y de la persuasión. Muchas personas que ocupan cargos de máxima lideranza, tanto en los organismos públicos como en las empresas privadas, tienen un coeficiente de inteligencia emocional bajísimo. En consecuencia de falta de aprendizaje para administrar la tremenda transformación de lo viejo a lo nuevo, ha traído muchos enfrentamientos entre naciones amigas, entre habitantes de un mismo país, confrontaciones entre grupos familiares, disfuncionalidad actitudinal entre vecinos y amigos y en caso extremo: «SE HA DERRAMADO Y SE SEGUIRÀ DERRAMANDO MUCHA SANGRE EN TODOS ESOS ESCENARIOS ANTERIORES», debido a que los líderes de estas acciones poseen un bajo coeficiente emocional.

Otra de las características que tienen los líderes poco exitosos es, su incapacidad para contratar a jugadores de 1ª categoría y a sus más cercanos seguidores con potencial de 1ª, contratan normalmente a trabajadores de 3ª, por cuanto no poseen las cualidades para identificar jugadores de 1ª, produciendo graves crisis en sus áreas de influencia, como consecuencia del bajo nivel de talento del personal seleccionado. En estos escenarios se caracterizan, por una alta rotación de personal. Estos líderes toleran la mediocridad. (Valdría la pena investigar cuál ha sido el índice de rotación de personal en las altas esferas del Gobierno central en los últimos cuatro años).

El pensamiento inicial que siempre ha aparecido en este espacio, en esta oportunidad se refiere a la ira. Los expertos en el comportamiento humano, están muy claros cuando afirman que la ira es consecuencia de un bajo coeficiente emocional, es decir es una emoción negativa e inútil que bloquea la totalmente la consecución de los objetivos y metas, tanto individuales como grupales, sin lugar a dudas es una pared en el proceso de abstracción sano y objetivo. Los líderes no exitosos siempre están utilizando dicho aspecto negativo, con la única intención de intimidar y atemorizar, no solamente a sus más cercanos seguidores, sino que también a todas las personas en su respectiva área de influencia, minimizando a como de lugar, los valores trascendentes del ser humano, tratando de reducir a las más mínima expresión, el proceso creativo e innovador de sus colaboradores y de resto del personal y tratando, por medio de la fuerza impositiva, la capacidad de indagar y reflexionar objetivamente acerca de las realidades. Existiendo como norma una continua confrontación entre los diferentes estratos sociales y organizacionales. Todo lo contrario a lo expresado en las líneas anteriores, un líder exitoso debe crear una atmósfera que transforme los antagonismos en energía creadora. (Esta idea debería ser una lección que deben aprender inteligentemente tanto los líderes políticos, como empresariales).

La falta de asertividad es otra de las cualidades que tienen los líderes mediocres o nominales. Entendiéndose como asertividad: «el logro repetitivo de resultados exitosos». Este proceso negativo de no ser asertivo, comienza por la incapacidad de estos líderes del uso de la información como insumo, para la adopción de decisiones. No escatimando esfuerzo para poner en evidencia esta limitación, para reunir los datos relevantes, tanto en cantidad como en calidad. Poniendo de manifiesto en cada momento lo que se llama «parálisis por el análisis», además de una gran habilidad en la manipulación malsana de las realidades existentes (¡Todo está excesivamente normal! Los venezolanos recordamos esta frase pronunciadas por el Vice-presidente Ejecutivo de Venezuela, en referencia a los recientes sucesos). Independientemente en las organizaciones y/o instituciones en donde se encuentran este tipo de líderes, sus oficinas y escritorios presentan grandes cantidades de papeles, informes, solicitudes y todo tipo de documentos. Muchos de ellos llevan años en esos lugares. A través de toda la historia de la humanidad en las naciones o empresas, en donde ha prevalecido este tipo de líderes, se han hundido o cambiado drásticamente dichos sistemas gubernamentales o empresariales. (Venezuela no puede ser la excepción).

En vez de haber enumerado las características que los líderes no deben tener; seria bueno enfatizar que los grandes líderes requieren una capacidad para adoptar decisiones de calidad, utilizando el criterio relacionado con complejos sistemas de información y comunicación y reafirmar sus competencias de prospección.

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