Cosas Raras

Es insostenible la afirmación de que llevamos siete trimestres ininterrumpidos de crecimiento

Los datos que recientemente hizo públicos el Presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, sobre los resultados económicos venezolanos durante primer semestre de este año, generan una serie de interrogantes.

En lo que respecta al PIB –que es todavía el indicador más utilizado para medir la dinámica económica de una sociedad- se postula en las cifras presentadas por el Presidente del BCV que esa variable alcanzó una magnitud de 115.002.434 miles de bolívares del año 1997, en el segundo trimestre de este año. Esa cantidad es mayor que la que exhibía la economía venezolana en el trimestre inmediatamente anterior, que fue sólo de 13.005.814 miles de bolívares del año 1997. Pero es menor que la que se observó en el cuarto semestre del año 2011, que fue de 15.849.242 miles de bolívares de 1997. No se sostiene, por lo tanto, la afirmación de que llevamos siete trimestres ininterrumpidos de crecimiento. El PIB creció durante el año 2011 -cada trimestre fue superior al inmediatamente anterior- pero en el primer trimestre de este año se presentó un bajón importante. En este segundo trimestre del año el PIB volvió a subir, pero sin alcanzar la cifra de producción presentada por la economía venezolana los tres últimos meses del año pasado. Estamos mejor que hace tres o cuatro meses atrás, pero estamos peor que en los meses finales del año recién pasado.

EL BCV postula que el sector construcción es el gran motor de este crecimiento del producto interno bruto, que este sector creció en este segundo trimestre del año 2012 en un 27%, y que eso es una consecuencia directa de la Gran Misión Vivienda Venezuela. Pero de acuerdo a las cifras que el propio Banco publica, el PIB del sector construcción alcanzó en el primer semestre de este año, una cifra de 2.141.404, medida en miles de bolívares del año 1997. En otros semestres no muy lejanos -como el segundo semestre del año 2008- alcanzó la cifra de 2.385.606, medido en las mismas unidades ya mencionadas. Y en el segundo semestre del año 2009, año de recesión económica mundial, alcanzó un nivel de 2.358.226 miles de bolívares del año 1997. Es decir, en otros momentos de la historia reciente, sin una gran misión de por medio, y con más responsabilidad del sector privado en la actividad constructora, se alcanzó un nivel mayor de PIB del sector construcción. En el primer semestre de este año el PIB del sector construcción representa el 7,3% del PIB total del país. En el año 2009 ese porcentaje era de 7,6%. ¿Es posible aumentar en forma sustantiva el número de viviendas construidas, sin que eso se traduzca en un crecimiento del PIB del sector construcción? ¿Es posible duplicar el número de viviendas construidas, sin que aumente el porcentaje que el sector construcción representa del PlB?

Con esos datos que el propio BCV publica –y que el Gobierno celebra- es muy difícil creer en los resultados exitistas respecto al boom del sector vivienda estatal. Según las cifras más fidedignas relativas al sector vivienda, en el año 2009, se habrían construido 98.219 viviendas, en todo el país, entre el sector público y privado. En el año 2010 esa cifra bajó a 68.441 viviendas. En el año 2011 se lanzó la Gran Misión Vivienda Venezuela, que habría permitido construir aproximadamente 146 mil viviendas en ese año. Pero de esa cantidad, 33.000 viviendas no corresponden a construcción de viviendas nuevas, sino a reparación de viviendas viejas –conversión de ranchos en viviendas dignas, según la terminología oficial– con lo cual las viviendas nuevas realmente construidas –si se aceptan como buenas las cifras oficiales- son sólo 112.196 viviendas, que no es una cantidad muy superior a lo que ya se había logrado en el año 2009, sin tanto despliegue publicitario.

En los siete primeros meses del año 2012, el Gobierno dice que se han construido 91.829 viviendas y que la meta es construir 200 mil en el transcurso del año. Son metas y esfuerzos indudablemente encomiables, pero que por alguna extraña razón, no se reflejan en las cifras macroeconómicas que publica el BCV.

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