Creatividad Sustentable

Si la respuesta es negativa, Ud. es una persona tan normal como cualquiera otra de este planeta, a los que no se le enseñó a desarrollar sus talentos para que fueran la actividad productiva principal. El viejo aforismo que dice “enamórate de tu trabajo y dejarás de trabajar”, no puede ser más cierto.

Los seres humanos que habitamos en este planeta, hemos desarrollado una forma peculiar de “trabajar”, la cual se basa en mucho esfuerzo, poco tiempo y cero ganancia. Sí, leyó bien, cero ganancia. Me explico mejor. Hagamos un recuento estándar de un día laboral venezolano.

Comencemos por levantarnos muy temprano, alrededor de las cinco treinta de la madrugada, luego de dar vueltas en la cama y engañarnos a nosotros mismos con “cinco minutos más”, logramos llegar al baño y tomar una ducha, algunos se cepillan los dientes en la ducha para ahorrar tiempo. Luego del clásico ritual de nuestra higiene personal, nos tomamos un momento para decidir qué ropa debemos llevar ese día. Una vez bien combinados (algunos), nos preparamos un café o nos lo preparan, para aquellos que corren con tan maravillosa suerte, y una vez desayunados, los que logramos comer en la mañana, salimos a trabajar. Luego de una jornada de estrés, reuniones, visitas, muchas llamadas telefónicas, crisis de ansiedad, millones de expectativas sobre el futuro, toneladas de responsabilidades, angustias y alguno que otro gritito para hacer sentir nuestra presencia, retornamos a casa habiendo resuelto uno, dos o máximo tres problemas reales, el resto fueron imaginarios.

Descargamos un poco de estrés en casa con nuestros allegados, pareja o hijos, realizamos de nuevo el ritual higiénico post-trabajo y nos sentamos, si no lo hicimos durante el día, a leer el periódico con sus maravillosas noticias.

Antes de dormir algunos comentan sobre su día, y si hay tiempo y ya el sueño no nos venció, observamos un poco más de noticias en la TV y luego de una muy corta lectura de algún libro que tenemos años leyendo y olvidamos ya de qué se trata, logramos conciliar el sueño si los pensamientos sobre las actividades del día siguiente lo permiten. Todo esto para comenzar una vez más a la madrugada siguiente, cuando el despertador nos recuerde varias veces, que ya es hora y nosotros comencemos de nuevo con el juego de “cinco minutitos más”.

Ahora bien, se preguntarán ustedes, ¿y dónde queda la fórmula del mucho esfuerzo, poco tiempo y cero ganancia? Pues bien, tomemos el ejemplo anterior y desglosemos un momento la fórmula. Realizamos muchos esfuerzos durante nuestras jornadas de trabajo, el estrés, la ansiedad y la angustia son signos capitales de que “estamos trabajando”, de lo contrario, no nos creemos que estamos en un día laboral. Aún y cuando creemos tener tiempo de sobra, nos limitamos cada vez más, sujetos como esclavos a una agenda, un reloj y un calendario, modernamente conocidos como organizadores electrónicos o computarizados al mejor estilo “Palm” o Pocket PC. El tiempo para todo lo que queremos hacer parece inalcanzable, la sensación no es otra. Y Ud. se preguntará, pero ¿la gente que trabaja de esta forma, no obtiene grandes ganancias? Por supuesto, así como también las invierte, en el mejor de los casos; las ahorra pero no lo disfruta o el común denominador gasta en la medida que ingresa. Si Ud. gana Bs.100 hoy, probablemente tenga Bs.95 de gastos, y los Bs.5 restantes, los gaste en esa tercera licuadora nueva espectacular que “tanto” necesita. Y, ¿los sueños? ¡son gratis! Total, “soñar no cuesta nada”!

Si este es su pensamiento, buena suerte con la productividad. No podré desearle otra cosa diferente. Pues bien, es importante informarle que este esquema caducó. Así es, Ud. está atrasado en el tema de la productividad; es más, Ud. que creía tener al toro sujetado por los cachos, aún no se ha dado cuenta que no tiene capota ni espada, por mucho que la plaza esté llena y la gente le lance flores al ruedo.

Primero que nada, pensamos siempre en producir para gastar, aún y cuando ese gasto sea una inversión. Pensamos en el negocio, la transacción, el documento, en lo que nací para hacer, igual que papá o idéntico a mi tío, mi abuelo o mi compadre del alma. Ahora pregunto yo: ¿alguna vez ha pensado en Ud.? Sí, Ud. que tanto se capacita para manejar los números cada vez mejor. Ud. que tanto le gusta comprarse el carro del año, pero que aún no tiene casa propia. Ud. que hipotecó su casa para hacer crecer su negocio. Sí, Ud. que es humano, normal, común y silvestre como todos los demás mortales.

Hago esta reflexión buscando que se de cuenta en este momento, o al menos sospeche que existe una forma diferente de ser productivo y mejor aún, que esa productividad se mantenga por mucho tiempo; o lo que es igual decir, que sea “sustentable”. Pero todavía queda un asunto pendiente: la actividad que Ud. lleva a cabo y llama “laboral”.

Imaginemos por un momento que Ud. siempre quiso tener una casa muy grande, con 10 habitaciones, jardín interno y externo, chimeneas, salones, en fin, una casa de película. Ud. que tanto se ha esforzado está invirtiendo para obtener el dinero y algún día comprarla. Si de pronto Ud. hereda la casa de sus sueños, ¿tiene la posibilidad de mantenerla? ¿puede cubrir los gastos de la misma? Y si así fuere, ¿está utilizando todos los ambientes, habitaciones y áreas sociales de la casa? ¿No? ¿Por qué? Después de tanto esfuerzo para conseguirla, ¿va a tener 9 habitaciones cerradas y utilizar sólo una? Esto sucede, cuando no nos enseñan a ver o a desarrollar los posibles talentos que todos tenemos pero que no usamos. ¿Y si Ud. fuera profesor en la universidad y una terrible enfermedad le deja sin voz? ¿Qué haría? ¿Podría seguir trabajando? ¡Sí! Si Ud. tuviera más talentos y estos a su vez pudieran producirle unos churupos extras. Pero, para lograrlo, hay que identificarlos, desarrollarlos y utilizar nuestra creatividad para que al aplicarlos produzcan de manera sostenida en el tiempo. Esto es lo que yo llamo tener “creatividad sustentable”. Ahora bien, cómo logro desarrollarla, desarrollando al ser humano que hay en Ud. Antes de ser abogado, médico, ingeniero o aviador, Ud. fue un ser humano.

Países como Taiwán, no tienen tierra fértil para sembrar, o grandes recursos naturales para explotar, su turismo no es el más atractivo, más sin embargo, alguien se dio cuenta que tiene a los taiwaneses, y fue a ellos a quienes desarrollaron, entrenaron, capacitaron, para que así, Taiwán, hoy día exporte tres y hasta cuatro veces más que países como el nuestro.

Desarrollar una creatividad sustentable no es difícil o complicado. Es importante entender, primero, que todos podemos tener más de un talento, y no sólo aquel que alimente cognitivamente a través de la universidad o estudios formales. Los seres humanos utilizamos tan sólo de un 2 a un 10% de nuestro cerebro (y estoy exagerando como profesor de neuroanatomía); por lo tanto, existe una capacidad infinita de desarrollar otras actividades que nos gusten y dedicarlas a ser productivas, con un poco de creatividad y ambición sana, claro está. Si Ud. es cantante, aprenda a bailar, a cómo vestirse bien y manejar su propia imagen; sea fotogénico, haga ejercicio, practique e invierta su tiempo en desarrollar otros talentos, sin perder de vista el principal que Ud. tiene desde pequeño, el que le dijeron que seria lo único que pondría pan en la mesa. De igual manera, si Ud. es médico y le gusta tocar piano, desarrolle su carrera como médico, que luego su sueldo podrá utilizarlo en lecciones de piano, o en comprarse uno para aprenderlo a tocar.

Al utilizar nuestros talentos, sean cuales sean, desarrollarlos y dedicarlos a ser productivos, crearemos una sinergia entre ellos que nos darán la oportunidad de cumplir nuestros sueños, enamorarnos de nuestro trabajo y ser productivos a largo plazo. Es decir, estaremos utilizando nuestra creatividad sustentable. No importa lo que digan los demás (papá y mamá incluidos), si Ud. ama lo que hace, se prepara para hacerlo y lo hace bien, el dinero, la fama, las inversiones, vendrán por añadidura. Es una ley natural en el movimiento de los átomos, siempre uno dará energía y otro recibe. De igual manera, esto no queda aquí. Si Ud. está en armonía con sus talentos y logra ser productivo, podrá hacer sinergia con los talentos de las demás personas que le rodean, creando empresas, asociaciones, fundaciones, institutos, centros, entre otros, que seguirán siendo una extensión de su talento a través de los demás, dándole la oportunidad a otros de realizar sus sueños, mientras Ud. vive el suyo. Entonces, ¿por qué soñar gratis sobre algún proyecto, tal vez lejano y no vivir el sueño con ingresos propios, aquí y ahora?

Claro está que el desarrollo de la creatividad sustentable es un proceso de vida, una filosofía, tal vez, en donde convergen muchas fuerzas, como el aprendizaje, los paradigmas, la influencia parental, las emociones, los prejuicios, tan sólo para mencionar algunos; pero es posible desnudar al ser humano y encontrar en su esencia creatividad pura y un manojo de sueños que jamás desaparecen, tal vez se olvidan, con el ajetreo diario y el ruido de una jungla de concreto, que nos agobia sin saberlo y nos resta tiempo para dedicarlo a ser creativos, es decir, a creer en ti o en vos, como vos queráis.

No permitas que el despertador te recuerde cada mañana la rutina. Deja que tu mente creativa fluya con las emociones que los sueños nos inspiran, elevando el espíritu humano a una nueva dimensión, la dimensión conocida como la creatividad sustentable.

Fuente: http://crisisonline.blogspot.com/search?updated-min=2007-01-01T00%3A00%3A00-04%3A00&updated-max=2008-01-01T00%3A00%3A00-04%3A30&max-results=6