Crisis Económica y Comportamiento del Consumidor

(*) Econ. Blanca Marrufo y Lcdo. Francisco Rodríguez – La crisis financiera del 2008, generó efectos negativos hacia América Latina, tales como la calidad del volumen del comercio internacional y un marcado deterioro de los términos de intercambios de productos básicos, además de la disminución de las remesas, siendo esto el menos importante. Las economías de la región llegan a esta crisis con mayor fortaleza que en el pasado reciente. Fundamentalmente por tener un menor endeudamiento público y una mayor nivel de reservas internacionales.

 De igual manera en el 2008, varias economías de la región experimentaron una desaceleración importante, entre ellas Colombia, México, Venezuela  y casi todas las economías pequeñas de Centroamérica y del Caribe; hubo en esta época una baja en los precios de los productos básicos, los cuales afectaron a las economías que venían con un crecimiento sostenido como Brasil y Perú.

En este contexto podemos decir, que lo novedoso de esta crisis fue la capacidad que tuvo  América latina,  para aislarse en esta primera fase, lo cual fue posible -entre otros factores- por la bonanza de los precios de los productos básicos, las altas reservas internacionales y no menos importante, el dinamismo de las economías asiáticas.

En tal sentido esto dio lugar a la Teoría del Desacoplamiento, difundida por el FMI. Los nuevos economistas desarrollistas indicaban que los países emergentes, incluyendo China, no necesitan de los países del primer mundo para prosperar; si la economía de EEUU estaba en crisis, la de ellos no sería afectada. El comercio interno entre los países emergentes aumentó, especialmente el comercio Sur-Sur.

Es difícil lograr ese desacoplamiento, en países indisciplinados con gobernantes que privilegian el presente y no el futuro.

Por lo tanto, Venezuela no escapa al impacto de la crisis mundial que sufren los mercados internacionales, aunque el país tiene reservas. Algunos señalan que la utilización de parte de los excedentes del petróleo por parte del Gobierno y el endeudamiento adicional que ha ido aumentando, abre incógnitas. El país cuenta con reservas internacionales elevadas. El Gobierno creó un fondo con los excedentes petroleros, los cuales los ha ido utilizando en gasto público, lo cual demuestra una falta de planificación presupuestaria. Su crisis, està motivada por una alta corrupción gubernamental, una inflación acumulada cercana al 50%, una inflación en los precios de los alimentos que ronda el 70% y la creación de billetes inorgánicos, lo cual siempre ha sido desastroso en las economías de Latinoamérica.

Todo el escenario económico en definitiva, ha sido influenciado directamente en los cambios del comportamiento del consumidor venezolano, el cual ha perdido su poder adquisitivo como consecuencia de los altos niveles inflacionarios, como referimos anteriormente. Y además, se ha visto reducida su capacidad de elección,  producto de la escasez de bienes y servicios en el país. El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, en una entrevista realizada en un canal de televisión nacional y  que refiere el diario ‘El Tiempo.com.ve’ en fecha 14 de noviembre del presente año, dice: “el venezolano es un consumidor enloquecido por el entorno, un comportamiento que podemos clasificar como esquizofrénico”.

Las investigaciones de esta empresa apuntan a que los consumidores en escenarios normales, repliegan sus compras ante el aumento de los precios; pero lo que ha sucedido en la actualidad, es que el consumidor busca protegerse del desabastecimiento y la escasez, comprando algunos de estos productos escasos en mayor cantidad de la que usualmente necesitan para cubrir sus necesidades inmediatas.

El cambio del  hábito de compra,  finalmente puede ser caracterizado en los siguientes comportamientos:

  • Es más cuidadoso al momento de comprar (lee etiquetas y compra artículos que rindan más)
  • Elige  sitios  populares para realizar sus compras, buscando rendir más sus ingresos
  • Hace compras en menor volumen y mayor frecuencia
  • La fidelidad de las marcas, en términos de productos de primera necesidad, se ha diluido; el consumidor compra lo que consigue y no lo que prefiere.

Como reflexión final, todos estos cambios deben ser estudiados por los gerentes y directivos de las áreas de mercadeo, los cuales deben redireccionar  sus estrategias, para que de alguna manera logre sobrevivir a los momentos de crisis en  la que estamos inmersos en la actualidad.

(*) Artìculo elaborado conjuntamente