Dale vuelta a la tortilla

Por las redes sociales circula un video, hecho por un programa español, donde participan una serie de actores y que con una sencilla canción nos invitan a ver la vida de otra manera. Básicamente el mensaje central nos lleva a que, ante situaciones adversas asumamos acciones diferentes.

“Dale la vuelta a la tortilla si estas quemado con la vida” es parte del estribillo de esta canción. Divertida y poderosa alegoría de nuestras realidades del día a día, recomendándonos no quedarnos enganchados en esas situaciones negativas y “dar la vuelta” para comenzar de nuevo, buscando en todo momento resolver las condiciones y quedar en posición ventajosa ante ellas.

A veces, el pesimismo nos desborda y solo vemos ante nosotros un horizonte gris y turbio. Tal vez no es nuestra imaginación, sino que las realidades se presentan de esa manera y es imposible escapar a ellas y las circunstancias en las que vivimos, pero lo que si podemos elegir es la forma en cómo vamos a enfrentarlas.

Nuestra situación actual en el país nos lleva a la desesperanza. Pareciera un camino sin final y un viaje sin retorno a nuestra peor pesadilla. Pero en esta difícil situación, debemos preguntarnos qué cosas podemos cambiar, en el plano personal y cuáles no y trabajar en consecuencia. Veo con preocupación y tristeza como gente preparada y de formación académica se queda enganchada en el tema político y no quiere salir de él. Grupos de WhatsApp que lo que hacen es rumiar sus frustraciones permanentemente y atacarse unos a otros por situaciones que no dependen directamente de ellos. Por otro lado, otros preocupados por los estrenos y las compras navideñas cuando, quizás, tienen la despensa media vacía. En esta época navideña la situación empeora para muchos. Se ven disminuidos en su poder adquisitivo y entran en conflictos internos por no “tener” lo que siempre han tenido para vivir esta época con una alegría basada en lo material. Pareciera que nos tienen a todos fuera de nuestro foco habitual.

La felicidad no se mide por lo que tenemos y eso lo sabemos de sobra. La felicidad está en nuestra manera de afrontar las situaciones y en la certeza de que somos seres resilientes y con capacidad de respuesta ante las situaciones de la vida. La felicidad está en el compartir, aunque sea de a poco. En saber que estamos vivos y sanos. En que las familias están juntas y unidas, a pesar de las distancias que las separen físicamente. La felicidad está en compartir momentos y en el dar.

Debemos reenfocar nuestros objetivos, partiendo de reconocer nuestro entorno actual y en la forma cómo vivimos en él. Tal vez muchas cosas han cambiado y nos produce nostalgia el no vivirlas como antes, pero eso debe ser cosa del pasado. Estamos aquí para vivir en felicidad, primero con nosotros mismos y luego para los demás. Debemos trabajar desde el “ser” y no desde el “tener”. El segundo es consecuencia del primero. Vendrán tiempos mejores y rescataremos todos nuestros sueños.

Como decía Albert Einstein, “Si siempre hacemos lo mismo, nunca obtendremos resultados diferentes”.

“Dale la vuelta a la tortilla si está quemado con la vida, tomate un pincho de felicidad”

Fuente: @arnaldogarciap