Digitalización musical

La solución se ha centrado en el control sobre la distribución y generación de copias de la propiedad intelectual, pero creo que los cambios tecnológicos traerán nuevas complicaciones. El caso puede ser la creación musical, tema que puede ser más contingente considerando el Festival de Viña del Mar.
Sin miedo a exagerar es posible afirmar, con mucha seguridad, que en los próximos diez años las formas de creación musical, de comercialización, distribución, venta y hasta el modo de escuchar la música pasarán por un cambio sin precedentes.
Es muy probable que los medios musicales fijos del tipo ROM (Read Only Memory), que permiten una lectura y ninguna modificación, como el CD, MP3, o una cinta de casete, serán considerados una nostalgia anacrónica del pasado.
El catalizador de esa revolución musical, tanto en lo relativo a creación como a distribución, es la revolución digital.
La música puede fácilmente ser convertida en código binario simple y distribuida virtualmente, condenando a la obsolescencia, CD’s y casetes.
La idea que hoy tenemos de ella resulta en gran parte de la influencia de los métodos tradicionales utilizados en su distribución.
La música Pop, por ejemplo, dura 3 a 4 minutos porque hace 40 años ese era el límite permitido en cada lado del disco de vinilo. Nosotros hoy pensamos en álbumes con 70 minutos, porque esa es la capacidad máxima de un CD, mientras que el disco duro y la memoria RAM hacen polvo esas restricciones, por la capacidad casi ilimitada de almacenamiento. Con el uso de un Modem y ADSL, es posible bajar todos los discos de una banda musical en una sola noche, totalmente gratis.
La tecnología hoy nos permite eso. Imagine lo que sucederá con los segmentos de venta y distribución el día en que tengamos acceso a Internet a la velocidad de la luz.
Todo esto ya está sucediendo en Chile y hace varios años. No sabemos todavía de qué forma exacta accederemos a la música, si por ‘download’, desde un servidor directamente al disco duro, por medio de un modem de alta velocidad o vía satélite, o tal vez por medio de una tecnología aún no inventada. Lo que sí es posible afirmar es que si tenemos a nuestra disposición cualquier música que deseemos, ¿por qué deberíamos pagar por un CD?
Frente a ese hecho ¿de qué forma las grabadoras justificarán su existencia? Actualmente, la función de ellas es desarrollar al artista, producir CD’s y distribuirlos. ¿Qué futuro tendrá esa acción de aquí a poco?
Ahora existe, de modo general una antipatía muy grande entre artistas y sellos grabadores. Por lo tanto, si en el futuro los artistas pudieran distribuir su música directamente por Internet, y no hay duda que lo harán, las grabadoras tendría sus días contados.
¿De qué forma entonces los sellos grabadores podrán sobrevivir en un mundo en que no habrá más lugar para la producción y distribución convencional de CD y casetes?
Técnicamente, los ingresos de las grandes empresas musicales tendrán que derivar de la distribución virtual de su antiguo acervo musical. Pero también ya está ocurriendo que ese catálogo de éxitos del pasado podría ser distribuidos de forma ilegal. ¿Por qué alguien va a pagar por escuchar una de estas músicas si las podrán bajar de un ‘site’ particular?
Pero el problema no es sólo con la producción y distribución, que vivirán los sellos grabadores. La creación musical también va a cambiar drásticamente gracias a la revolución digital. En el pasado, para que una canción se transformase en éxito, el artista era obligado a pasar horas dentro de un estudio carísimo, en medio de un despliegue técnico-‘hightech’- de audio. Hoy, la mayor parte de las composiciones puede ser hecha en la computadora.
La tecnología ha avanzado a una velocidad tal que ya es posible hacer una grabación de excelente calidad, desde el punto comercial y artístico, desde un ‘notebook’. No es necesario que el aparato sea muy sofisticado. Con un equipo y un software barato, se puede componer fácilmente una música que sea un éxito.
Las implicaciones de eso son monumentales:
¿Por qué alguien gastaría dinero en un CD de ‘dance music’ si es posible producir uno, de mejor calidad a la hora de almuerzo? ¿Por qué un futuro astro musical debería recurrir a un sello grabador si puede producir en la computadora la música que quiera colocar a los minutos en un site para quien quiera oírla?
Grabar, producir, comercializar y distribuir músicas siempre fue un proceso largo y caro. Con la tecnología de hoy, todo eso saldrá gratis y puede ser hecho en una tarde.

Para tener éxito musical, basta tener talento. Si con la tecnología de hoy es fácil grabar, imagine lo que será en 10 años más.
Todo lo que conocemos hoy cambiará de forma drástica. La música, los músicos, el público y el placer de oír permanecerán. Todo lo demás cambiará al punto que se tornará irreconocible.

Dirección-E: www.fernandovigorena.cl

*Conferencista y Facilitador internacional.