Econ. Francisco Rodríguez “Los cambios de la política económica deben ser iniciativa del Ejecutivo”

BLANCA VERA AZAF3 DE ENERO 2016 – 12:01 AM

Francisco Rodríguez es en este momento el economista venezolano de mayor perfil internacional. Sus análisis le han valido la crítica de muchos por mostrar a veces una realidad poco acomodaticia, aunque siempre dura y descarnada.

Es consciente del momento delicado que en materia económica vive Venezuela por no poseer una ruta diseñada para solventar una crisis que muestra su peor rostro en largas colas, en la caída del poder de compra y en la violencia.

Sin embargo, ve con esperanza el hecho de que la oposición haya logrado la mayoría calificada en la Asamblea Nacional por el equilibrio de fuerzas que esto significa en la reorientación del rumbo del país. En su opinión las estrategias dilatorias o de distracción del gobierno no pueden cambiar la nueva realidad, luego del triunfo constitucional y contundente de los diputados de la Unidad.

—Según el presidente Nicolás Maduro los resultados del 6-D se deben a la guerra económica.

—Yo no quisiera hacer una valoración política de los resultados porque no me corresponde, lo que sí parece ser evidente es que hay un fuerte descontento con el desempeño económico del país. Lo más importante a partir de ahora es el diseño de soluciones. Como, por ejemplo, qué hacer con el déficit fiscal, la política cambiaria o reformar el sistema de subsidios indirectos y llevarlos a que sean directos.

—Usted fue uno de los pocos que pronosticó la mayoría calificada en la oposición. ¿Qué vio usted que los demás no vieron?

—En el diseño del sistema político venezolano hay un fuerte sesgo a favor del ganador y se refleja en el sistema electoral. Este sistema convierte rápidamente una mayoría del voto popular en un triunfo holgado en la composición de la Asamblea Nacional. Era previsible que con el alto margen que indicaban las encuestas a favor de la oposición se diera el resultado que se obtuvo.

—El gobierno impugna a diputados electos, instala el Parlamento Comunal y ahora llama a un congreso de la patria. ¿De qué se trata todo esto?

—Desconozco el trasfondo, pero no creo que eso cambie la nueva realidad. Me parece muy difícil que ese tipo de nuevas instancias puedan servir para cuestionar el poder del Parlamento, que es de rango establecido y está delineado en la carta magna. La nueva Asamblea Nacional es el órgano legislativo constitucional que tiene poderes para nombrar y destituir magistrados, reformar leyes y dictar votos de censura, entre otras facultades. La opinión de los juristas es que el 5 de enero la oposición tendrá las dos terceras partes y ese mismo día puede utilizar varias de sus facultades constitucionales para impulsar cambios.

—¿Usted cree que el gobierno está dispuesto a dar un giro en materia económica?

—Los resultados del 6-D muestran un descontento con el desempeño económico. Me parecería difícil que el gobierno no se estuviera planteando preguntas como cuáles habrían sido los resultados electorales si se hubiera aplicado el plan de Rafael Ramírez. Pero imperó dentro del Ejecutivo la lógica de que aplicar medidas tiene un costo político y ahora se enfrenta a la realidad incuestionable de que no hacerlo fue mucho peor. Nuestro escenario base de predicción es que en un principio va a haber cambios significativos en la política cambiaria y que va a haber otra ola de cambios más adelante.

—¿Qué cree que va a pasar en 2016 si no hay cambios en la economía?

—Creo que esta economía enfrenta un riesgo muy fuerte de entrar en una hiperinflación. Si el gobierno no hace cambios podría darse el escenario de una inflación de más de cuatro dígitos a partir de 2016. Tengo la esperanza de que en el gobierno exista la suficiente conciencia e intención de corregir los errores económicos y que en la oposición sientan la responsabilidad de acompañar esas correcciones.

—¿Usted cree que los diputados de la oposición pueden hacer algo para mejorar la calidad de vida de los venezolanos?

—La iniciativa corresponde al gobierno. Los problemas fundamentales en este momento son macroeconómicos como la política cambiaria, la regulación de precios o la necesidad del cambio de un sistema de subsidios indirectos a directos. Todo esto requiere de reformas legislativas que si la oposición se niega a llevar adelante no podrían corregirse. Es importante que se sepa que los grupos que bloquean los ajustes no emergen victoriosos de las hiperinflaciones, más bien terminan arrasados junto con los gobiernos, tal como sucedió en la República de Weimar que dio pie a la Alemania nazi.

—¿Qué cambios le recomendaría a la fracción parlamentaria de la Unidad que impulsara en materia económica?

—Creo que la oposición y la Asamblea tienen un papel muy relevante de contraloría de la administración pública. Debe ser un foro importante para que los ministros de economía y el Banco Central de Venezuela expliquen sus estrategias. Es necesario que la Asamblea Nacional sea muy responsable. Esa propuesta de titularización de la Misión Vivienda debe estudiarse para impedir que los beneficiarios las vendan y se conduzca a una reconcentración de las propiedades urbanas. Asimismo, el aumento de los cestatickets debe estudiarse, pues una medida así con un déficit fiscal de 22 puntos del PIB puede acelerar la hiperinflación.

—Usted dirigió la Oficina de Asesoría Económica de la Asamblea Nacional, ¿podría ser útil retomar esa iniciativa?

—Creo que sí sería muy útil. Justamente por el tipo de temas que estoy planteando. A esa oficina le correspondería el análisis del impacto económico y social de todos los proyectos de ley. La extensión de los beneficios sociales debe hacerse pensando bien las cosas. Aplaudiría la iniciativa de reabrir la oficina y le recomendaría a la oposición que buscara un amplio consenso para elegir al director.

—¿Qué cree que puede hacer la nueva Comisión de Finanzas para darle un alivio a la vida del venezolano de a pie?

—Los principales cambios de la política económica deben ser iniciativa del Ejecutivo. El venezolano de a pie se ve afectado por la inflación, el deterioro del salario real, la escasez, la incapacidad de conseguir empleos que paguen lo suficiente. La Comisión de Finanzas va a desempeñar un papel importante en términos de la rendición de cuentas por parte del gobierno. Será un espacio de discusión en el que debe haber un enfoque ponderado y responsable frente a los planteamientos de nuevas asignaciones presupuestarias. La oposición debe cuidar que los gastos sean orientados a solucionar los problemas de la gente. En ese contexto debería limitar el gasto militar o los proyectos de infraestructura a largo plazo, pues hay problemas mucho más urgentes que resolver. No debe dar pie al crecimiento del sector público. 

—¿Piensa que el gobierno podría dejar de pagar la deuda y argumentar que es por culpa de la guerra económica?

—La posibilidad de un default sigue siendo el escenario menos probable. El problema de una cesación de pago en Venezuela es que el costo es más grande que los beneficios, porque es un Estado exportador y hay el riesgo de que se embarguen refinerías, facturas o cargamentos petroleros. Nosotros no vamos a ver default ni en un gobierno del chavismo ni de oposición. Creo que la racionalidad económica va a operar.

—El precio del petróleo sigue cayendo, la escasez se ha profundizado, el bolívar no vale nada y la inflación se come los salarios. ¿Puede esto ponerse peor?

—Yo creo que si no se llevan a cabo las correcciones de política económica, 2016 será un año peor que 2015. Hay un riesgo de entrar en una hiperinflación. Si el gobierno no rectifica y toma medidas podría destruir la base de la economía y la sociedad venezolana. Es urgente que se adopte un plan de recuperación de la economía. Hay que atacar las distorsiones fundamentales que genera la grave crisis y debe hacerse con el concurso de todas las fuerzas políticas.

El 6-D abrió un espacio para el entendimiento

Para el economista Francisco Rodríguez en este momento en Venezuela hay una nueva realidad política, que implica que para gobernar y resolver los problemas es necesario el concurso del gobierno y la oposición. “Hace un año estaba solo en manos del gobierno, hoy eso ha cambiado”.

Indica que las reglas constitucionales son claras y establecen que con la mayoría simple la Asamblea Nacional puede –entre otras facultades– dictar votos de censura, aprobar créditos adicionales, operaciones de crédito público; así como revisar y mejorar tratados bilaterales como el que Venezuela firmó con China.

Sin embargo, asegura que se debe estar muy claro en que es imposible hacer política económica sin un acuerdo entre los principales factores del gobierno y la oposición. “Eso no quiere decir que se tienen que poner de acuerdo en todo, pero el Estado venezolano no puede ser operativo ni abordar los problemas económicos si no hay un entendimiento básico entre oposición y gobierno”.