Educación y Desarrollo: Finlandia y Noruega – paradigmas de éxito

José Ignacio Moreno León

Cuando en Venezuela se acrecientan las protestas del magisterio por las bajas remuneraciones y otras pobres condiciones de trabajo de los docentes, mientras que las universidades sufren importantes pérdidas de profesores e investigadores por las mismas razones y por la crítica situación de recursos a las que están sometidas nuestras instituciones de educación superior, la historia contemporánea tiene sobradas muestras de la estrecha relación entre la educación de calidad y el desarrollo de los países en entornos democráticos. Y en los tiempos recientes en los que se está configurando, como característica notable de la posmodernidad, la llamada sociedad de la información y del conocimiento, está adquiriendo mayor relevancia la importancia de impulsar reformas integrales del sistema educativo para apalancar con éxito el desarrollo frente a los retos de las nuevas y cambiantes realidades que caracterizan el presente siglo.

Los casos de Finlandia y Noruega representan paradigmas exitosos que confirman esa relación entre el impulso educativo de calidad como estrategia clave para lograr el desarrollo humano sustentable, que es el verdadero sentido del progreso. Estos dos países son igualmente ejemplos de cómo esos objetivos se pueden alcanzar en tiempos relativamente cortos y que contrastan con los pobres desempeños y, con frecuencia, dramáticos retrocesos que son frecuentes en países de América Latina, en los que, a pesar de contar con importantes recursos naturales, al no impulsar en democracia las reformas para lograr sistemas educativos de calidad, se mantienen rezagados del progreso e incapaces de confrontar con éxito los retos planteados por las nuevas realidades globales.

Finlandia, un pequeño país del norte de Europa en Escandinavia, con apenas 5.5 millones de habitantes, logró su independencia en diciembre de 1917, como uno de los países más pobres de la región y una economía sustentada básicamente en la explotación de madera, y con uno de los peores índices de alfabetización. Mientras tanto en Venezuela las arcas fiscales y la economía rentista se beneficiaban del desarrollo petrolero con el descubrimiento de hidrocarburos en La Alquitrana en abril de 1875, convirtiéndose desde 1928 hasta 1970 en el primer país exportador de ese recurso. En contraste, Finlandia inició su proceso de modernización en los años ochenta respondiendo a lo que ya se visualizaba como el germen de las nuevas realidades globales, mediante una estrategia de modernización de su sistema educativo y de impulso a la inversión en investigación y desarrollo para construir una economía del conocimiento en el contexto de la mundialización que pondera cómo más preciado el producto de la innovación que las tradicionales materias primas.

Hoy en día y en menos de cinco décadas Finlandia se ha colocado en los primeros lugares en el campo científico y tecnológico, primero en el número de científicos per cápita y en el ranking de competitividad internacional, se ubica entre los primeros puestos de los países más democráticos del mundo y en el grupo de los 16 con el mayor índice de desarrollo humano. Es el 8º con mayor índice de calidad de vida y el 2º con mayor progreso social, y está entre los 20 países más ricos del planeta con un PIB/pc de 53.982,6 dólares. El 91% de los adultos finlandeses de 25 a 64 años ha terminado la educación superior, alrededor del 72% de las personas de 15 a 64 años tienen un empleo remunerado y el 92% de la población tiene acceso a internet. La valoración de la democracia se refleja en la alta participación en los procesos electorales, la cual alcanza cerca del 79%.

El exitoso sistema educativo finlandés se desarrolla con los objetivos de calidad, meritocracia y educación para todos. Se trata de un sistema que destaca entre los mejores del mundo, promoviendo un perfecto equilibrio entre el éxito académico de los alumnos y la vida fuera de la escuela. Los docentes son profesionales altamente valorados que ejercen gran autoridad en la escuela y gozan de importante reconocimiento en la sociedad como una de las más prestigiosas profesiones del país. La educación es gratuita, personalizada y al alcance de todos, siendo obligatoria desde los 7 hasta los 17 años. Los alumnos no tiene que hacer deberes en casa, ya que toda la actividad se realiza en el aula con jornadas lectivas muy cortas, con la activa participación de los docentes en su preparación, promoviendo el aprendizaje por proyectos, la curiosidad, la imaginación la creatividad y la participación como objetivos prioritarios. Todo el proceso se realiza soportado por un consenso social entre docentes padres y las comunidades en general.

Finlandia no tiene complejos frente a las nuevas realidades globales, por ello su educación, a todos los niveles se fundamenta en la conquista del futuro y no en la nostalgia del pasado y así el país ha logrado un exitoso sistema educativo que, a nivel de la educación superior, le ha permitido ubicar a la universidad de Helsinki entre las 100 mejores del planeta.

Noruega igualmente destaca como un modelo exitoso de desarrollo en el que su novedoso sistema educativo ha permitido el notable progreso sostenido del país.  Esta nación nórdica de 5.4 millones de habitantes ha sabido aprovechar, desde el comienzo, los beneficios de la riqueza petrolera que se inició en el país desde finales de 1969 cuando se descubrió y empezó a explotarse el petróleo en sus aguas territoriales, es decir cuatro décadas después del inicio del rentismo petrolero en Venezuela. En tres décadas Noruega ha conseguido construir, básicamente con los recursos provenientes de la explotación petrolera, el fondo de ahorros e inversión más importante del mundo para evitar el impacto de las fluctuaciones de los precios de los hidrocarburos y para asegurar el beneficio tanto de las generaciones actuales como las del futuro del país. En la actualidad con el nombre de Government Pensión Fund  of Norway dicho fondo supera  la cifra del billón de dólares de patrimonio, monto casi similar a PIB anual de España.

En paralelo a esa muy racional y no rentista disposición de los recursos mineros del país, Noruega se empeñó igualmente, como Finlandia, en la construcción un exitoso sistema educativo que ha colocado al país entre los 10 más educados del planeta en años de estudio por personas. Los estudiantes noruegos de educación media, al igual que los finlandeses destacan en el grupo de los 20 mejor calificados países en las pruebas PISA de la OECD que miden cada tres años las habilidades de lectura, matemáticas y ciencia. El sistema noruego asegura el acceso gratuito a la educación desde el primer año, la misma se realiza con recursos y dirección de centros a nivel local y alta formación y reconocimiento de los docentes que imparten promoción de valores humanistas (capital social), como respecto a la dignidad humana y a la naturaleza, la libertad intelectual, la igualdad, la solidaridad, la promoción de la diversidad cultural, el pensamiento crítico y científico. Todo el proceso, al igual que en Finlandia, se desarrolla mediante una estrecha vinculación entre alumnos, padres y los centros educativos. En la educación superior Noruega también destaca con la Universidad de Oslo ubicada en la posición 102 en el ranking de más de 1500 universidades a nivel mundial.

La visión no rentista en el uso de los recursos y la promoción de una educación de excelencia como palanca del progreso, han permitido que Noruega se ubique como el 4º país con mejor progreso social y con 97% de personas con acceso a Internet. Según cifras del Banco Mundial la esperanza de vida al nacer del ciudadano noruego es de 83 años, el país ocupa la sexta posición entre los países de mayor PIB/pc con la cifra  de 89.202.8 dólares  y refleja una inflación de precios al consumidor de solo 5,7%, siendo uno de los países con menor porcentaje de personas desempleadas del mundo, con un salario medio de sus habitantes entre los más altos (más de 6000 dólares al mes)  y catalogado en la actualidad como el país con mejor calidad de vida y con Finlandia se ubica en el grupo de los cuatro países con menor corrupción del mundo.

Los ejemplos de Finlandia y Noruega son referencias muy destacadas de cómo es posible lograr el desarrollo y el progreso social en un entorno de plena libertad y democracia cuando los pueblos se empeñan en el manejo transparente, eficiente, no rentista ni populista de los recursos para confrontar exitosamente, mediante la promoción de la educación de excelencia y el desarrollo tecnológico, los retos  y demandas de la posmodernidad.

Desafortunadamente para la región, ni la dirigencia ni la sociedad de la mayoría de los países latinoamericanos, incluyendo a Venezuela, aún no parecen entender los retos de cambios planteados por la globalización contemporánea y la naciente sociedad del conocimiento, como si lo han hecho exitosamente Finlandia y Noruega. Y está claro que esa rémora de América Latina en el proceso de desarrollo, en contraste con los dos países señalados, tiene que ver con el profundo déficit de cultura democrática y de capital social y con el hecho de que los países de la región no han podido aún deslastrarse de complejos tercermundistas, del paternalismo estatal, del populismo y de erráticos y fracasados modelos decimonónicos de desempeño. Además el fardo de la corrupción es otro pesado lastre que impide el progreso de estos pueblos y mantiene a Latinoamérica con el mayor índice de desigualdad social a nivel mundial, tal y como lo revela el más reciente informe de Transparencia Internacional en el que sólo tres países latinoamericanos -Uruguay (18), Chile (27) y Costa Rica (39)- se ubican en el ranking de los países menos corruptos a nivel global, el resto se encuentran entre el 70% de las naciones del planeta que reflejan serios problemas de corrupción. Lo anterior parece confirmar la dramática sentencia de una destacada dirigente argentina de las nuevas generaciones de políticos, cuando -parafraseando su afirmación- señala que en América Latina no escasean los recursos, sobran ladrones .

Foto de Fox: https://www.pexels.com/es-es/foto/grupo-de-personas-mirando-en-la-computadora-portatil-1595385/

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