Efectividad gerencial: Diez señales de alerta

(*) José Manuel Vecino – Tomando como punto de partida para la presente reflexión el documento que escribí hace un par de años, titulado “Síntomas de una inadecuada Gestión Gerencial” en donde el propósito era llamar la atención sobre algunos comportamientos que no contribuyen en la construcción de un equipo de trabajo que genere valor en sus resultados, me permito ahora tomar algunos de los síntomas allí mencionados para dar alcance a la necesidad de reconocer que SER gerente, no es un cargo únicamente, es un permanente desafío que reta a su ocupante a crecer como ser humano pero, especialmente, que obliga a reconocer que no basta ser nombrado en el cargo; es preciso encontrar y desarrollar las competencias que lograrán convertirlo en un ejecutivo, que transforme la realidad empresarial y que lo convierta en protagonista de la competitividad en los nuevos tiempos que corren y que están signados por la globalización y la tecnología como expresión de la innovación.

Una gestión gerencial deficiente se caracteriza, en mi opinión, en los siguientes comportamientos:

1. Existe poca planeación del trabajo que realizan con los equipos de trabajo. El arte de la improvisación exige mucha preparación y planeación, es una realidad que muchos gerentes antes que la reflexión, prefieren el activismo que los lleva a ignorar la necesidad de hacer un PARE y recoger los aprendizajes del camino recorrido. El equipo recibe las órdenes y los protocolos de actuación, pero no encuentran oportunidades formales para compartir con sus compañeros de viaje empresarial el resultado de su trabajo. El trabajo en equipo no se hace en función de un resultado previamente concertado, donde cada jugador tiene clara su responsabilidad y sus resultados. Los gerentes que no planean, navegan por las peligrosas aguas de la incertidumbre y traen como consecuencia un equipo de colaboradores dispuestos a la tarea, pero que desconocen el final del camino y el sentido de lo que hacen. 

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