Efraín Velásquez: «Venezuela no es insalvable ni tiene problemas de insolvencia»

Entrevista a Efraín Velásquez, presidente del Consejo de Economía Nacional

"El Consejo de Economía Nacional advirtió (2010) sobre los efectos de reforma a la ley del BCV" "Hay empresarios privados que están pensando en el país, pendiente de que se abran oportunidades"

Velásquez recuerda que en abril del 2010 el Consejo de Economía Nacional señaló que la reforma a la ley del BCV podía generar importante excesos monetarios

ROBERTO GIUSTI |  EL UNIVERSAL – Efraín Velásquez, presidente del Consejo de Economía Nacional, y quien ha sido consultor de organismos internacionales, ofrece una curiosa clasificación del tiempo. A su juicio, en política, el tiempo es positivo porque en su acumulación se pueden resolver muchos problemas. No ocurre lo mismo con el tiempo económico, donde el tiempo agrava los problemas. Así, nada puede ser peor que un político tomando decisiones económicas, que demandan agilidad, aunque no es ese su caso, a la inversa, pues se atiene, estrictamente, a lo que le incumbe: "El escenario económico venezolano se caracteriza por una inflación alta, problemas de abastecimiento y volatilidad cambiaria. Esa situación obedece a un desbalance macroeconómico en el que la demanda es estimulada por una política fiscal expansiva y la oferta es limitada por el cerco institucional que se ha venido instrumentado".

-¿De qué manera se expresa esa anomalía?

-Se representa, sobre la base de información oficial ( informe de septiembre 30 del 2014 al U.S Securities and Exchange Commission) en relación a un déficit del sector público consolidado de 16.3% del PIB. Adicionalmente, el déficit del gobierno central es de 2.3% del PIB. Eso significa que el centro del equilibrio macroeconómico se manifiesta en un desequilibrio financiero, muy importante, en el sector público descentralizado, de un 14.6%.

-¿Cuando habla del "sector público descentralizado", a qué organismos se refiere?

-Esencialmente a Pdvsa y eso es lo que las autoridades están financiando a través de la creación de dinero gracias a la reforma del BCV de mayo del 2010. Esa reforma ha generado un desorden fiscal monetario, causa del actual ambiente inflacionario, de los problemas de abastecimiento y de la volatilidad en el mercado cambiario.
-¿En qué consistió esa reforma?

-La reforma a la Ley del Banco Central autoriza el financiamiento monetario. El BCV asume la potestad de adquirir instrumentos de crédito por entes públicos descentralizados, entre los cuales Pdvsa es el principal. Eso le imprimió a la demanda un dinamismo que la oferta no puede satisfacer, más aun cuando se creó un cerco institucional que impide el flujo adecuado de la economía.

-¿Estaban los propulsores de la reforma conscientes de los efectos que generaría o los ignoraban?

-Fue una impericia importante por parte de las autoridades económicas. Simplemente instrumentaron una estrategia cuyos efectos quizás no midieron en toda su dimensión.

-¿No encuentra usted en las leyes anunciadas por Maduro la intención de ponerle fin a esa situación?

-Como no se conoce, en propiedad, el alcance las leyes, nos atenemos a los enunciados, sobre la base de mis propios juicios de valor: "las decisiones económicas deben dirigirse a generar crecimiento sostenible, en un ambiente de baja inflación, que redunde en beneficio de la sociedad". Desde este ángulo observo medidas de corto y mediano plazo. En torno a las primeras, creo que la ley antimonopolios puede afectar aun más la oferta. Sobre la ley del impuesto sobre la renta, que elimina el ajuste por inflación, estamos hablando de un aumento de la tasa efectiva del impuesto y eso, al final, puede afectar la actividad en determinados sectores, así como las inversiones a futuro y la fluidez del proceso económico. Pero esas decisiones no van atenuar los efectos de los desequilibrios.

-¿Y las de mediano plazo?

-Puede ser interesante la ley de zonas económicas especiales, sobre la base de las experiencias china e india. En ese sentido se reforma la ley de inversiones extranjeras para abrirle a esta nuevos espacios. Pero todo depende de cómo se instrumente, qué sectores se beneficien y de qué manera se relacione con el resto del sistema económico. Con esta modalidad se trata de crear un contexto en el cual sean posibles las inversiones, definiendo un escenario económico con una estructura institucional diferente a la existente en el país.

-Más allá de medidas parciales, no está planteado un cambio más profundo?

-El Consejo de Economía ha presentado una visión del país, en el mediano plazo, con tres propuestas básicas, la primera de las cuales es la apertura petrolera, tema central de cualquier estrategia económica que trascienda el corto plazo.

-¿Implica la propuesta un cambio en los términos que definen las relaciones con las empresas extranjeras que ya están operando en el país?

-Hay inversión extranjera con espacios limitados aunque en el 2013 se modificó la ley de impuesto aplicable a las empresas mixtas. Ese año también se reformó la ley de precios exorbitantes. En marzo del 2014 se estableció el Sicad II, mecanismo llamado a flexibilizar la cuestión financiera y cambiaria. Pero persiste el tema de la autonomía operativa y financiera, que mantiene rezagadas algunas inversiones. Por eso se debe propiciar un mayor flujo de inversión. Eso es importante porque el sector petrolero tiene los encadenamientos industriales generadores de la actividad que crece alrededor de la producción petrolera: construcción, servicios, manufacturas, transporte.

-¿Y las otras condiciones?

-La segunda se refiere a una reforma fiscal que debe eliminar, progresivamente, el financiamiento monetario, consecuencia directa de la inestabilidad macroeconómica que vivimos. Eso debe llamar a la sociedad a redefinir el rol del Estado y plantearse cuál es el estado que se requiere para alcanzar un ambiente de estabilidad.

-¿No implica eso un cambio de modelo?

-No. Pero todos debemos entender que la posibilidad de reducir la inflación depende de que el financiamiento monetario deje de ser un mecanismo que desborde la actividad fiscal. Así, cuando le pedimos algo al estado él trata de dárnoslo y así llegamos a la reforma de la ley del BCV. Le exigimos al estado que se ocupe de temas que les corresponden a otros.

-¿No asume el Estado esa responsabilidad sin que la sociedad lo esté reclamando?

-Hay una Misión Vivienda, así como programas sociales exigidos continuamente por la sociedad, que las autoridades tratan de satisfacer y eso genera distorsiones que afectan el proceso económico y atentan contra la sociedad misma.

-¿El tema no es la redefinición del rol del estado en la economía?

-Y eso pasa por una sociedad consciente de que los desbalances de la economía son producto de las políticas económicas.

-¿Y la tercera propuesta?

-La primera trata de iniciar el proceso de crecimiento. La segunda busca reducir la inflación. La tercera consiste en darle sostenibilidad a un proceso donde el centro está en la inversión privada. Eso implica la creación de incentivos que la promuevan y la garanticen.

-¿Hay, todavía, capitales nacionales, sólidos para servir de soporte a esa política?

-Sí y muy interesados en participar activamente en el proceso económico nacional.

-Entonces no están tan mal los empresarios

-Hay empresarios que están pensando en el país, pendiente de que se abran oportunidades para que el proceso económico redunde, al final, en beneficio de la sociedad.

-A manera de síntesis, ¿con todas estas medidas, cree usted posible la recuperación de la economía?

-Este conjunto de leyes no modifica sustancialmente el escenario económico que estamos viviendo. Pero Venezuela no está en una situación insalvable, ni tiene problemas de solvencia. La dificultad está en la liquidez de las reservas internacionales. Eso por la impericia de las autoridades en la administración de reservas que han demostrado carencias fundamentales en gerencia macroeconómica. Ahora, si usted no enfrenta el tema de la liquidez de las reservas puede tener problemas de solvencia. La ventaja es que hay activos para enfrentar situaciones como esa.

-El oro

-Acudir al oro que hace dos años y medio se mudó en un 86% al BCV. Así, un activo financiero líquido se convirtió en uno ilíquido que no sirve de garantía porque no puede ser ejecutado en caso de incumplimiento. Habría que trasladarlo a un sitio neutral donde se pueda hacer operaciones de crédito. Pero hay otras opciones. Una es el endeudamiento externo, recurso que acaban de utilizar. En vez de ir a los mercados internacionales se llegó a un nuevo acuerdo con China. También Fondene dispone de recursos comprometidos que financian proyectos públicos de envergadura.

Fuente: http://www.eluniversal.com/economia/141123/venezuela-no-es-insalvable-ni-tiene-problemas-de-insolvencia