El 24 de noviembre de hace 60 años

¿Cómo alguien electo con el 74% de los votos escrutados, en “olor de multitudes “, es depuesto nueve meses después por la misma camarilla que permitió el ascenso de ese partido en un golpe de estado previo? Hace 60 años, una incesante y diversa combinación de errores dio al traste con la primera administración venezolana electa por el voto universal, directo y secreto. La presencia del Maestro Gallegos a la cabeza del gobierno fue positiva y negativa al mismo tiempo. Positiva, por su gran fuerza moral, por su insobornable posición democrática, por esa nobleza y ética consustanciada con los personajes liberadores y civilista que poblaban sus novelas, y que no pocas veces intentaban vencer la sombra del atraso, de la barbarie, de la peinilla del Ño Pernalete de turno y de algunos Cholos Parima. Negativo, porque, precisamente, esa actitud candorosamente justiciera era totalmente ajena a la suspicacia, a la malicia de los actores políticos de estas latitudes. Esta actitudes a lo “Vargas”, no permitieron dar lectura a los acontecimientos que se precipitaban, y que arrastrarían el incipiente intento democrático.

A toda esta posición cándida, se suman las claras manifestaciones de malestar castrense, (producto de un sinnúmero de actitudes excluyentes y sectarias ocurridas en el Trienio de Betancourt, las cuales son, por contraposición, el antecedente directo de la arquitectura del Pacto de Punto Fijo) y, sin duda, las intrigas que había en el seno de AD, las cuales separaron a los dos Rómulo y crearon una aguda y sorda crisis en el partido, no dejando espacio para la oportuna operación política.

El Partido COPEI, en un comunicado frente al golpe del 24 de noviembre de 1948, exclamaba, respecto al trienio que antecedió al gobierno del ilustre novelista: “La calumnia, el insulto, fueron el arma constante de los agentes oficiosos. La administración de justicia fue integrada con el espíritu de hacerla progresivamente un instrumento partidista. Mientras para la exportación, se utilizaban frases hermosas sobre la estructura democrática del régimen, cada vez corría más en el interior del país la voz de que, en Venezuela, no se haría otra cosa de lo que voluntariamente quisiera Acción Democrática”.

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