El antes y el después de un proceso electoral

Todo venezolano desea que se respeten sus derechos y tener condiciones de vida óptimas, garantizadas por la gestión presidencial. El próximo 3 de diciembre de 2006, se materializará el proceso que definirá los próximos años de Venezuela en al ámbito social, político y económico. Los principales candidatos son el presidente Hugo Chávez y el gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales; cada uno tiene una propuesta distinta y representa un antes y un posible después para el desarrollo de este país y su gente.

El politólogo Iván Serra manifiesta que en 1998 Chávez llega al poder y se apoderó del discurso de la inclusión social. Así, “…mientras él decía yo lucho por los pobres, la oposición decía yo lucho por la democracia; pero electoralmente no tenían posibilidades”; por ello el candidato Manuel Rosales, se ha propuesto igualmente “luchar por los pobres”.

Serra explica que esta es una estrategia de triangulación, la cual consiste en “utilizar los centros del opositor político y darle su propia interpretación”. “Lo que intenta Rosales es quitarle a Chávez el monopolio de la inclusión social” y por esta razón, está haciendo campaña presidencial principalmente en los barrios y promete distribuir la riqueza petrolera entre los venezolanos a través de una tarjeta de débito llamada “Mi Negra”, agrega.

Asimismo, plantea que la propuesta del presidente Chávez, como candidato a la reelección, se basa en mantener los programas sociales, recordar los logros de su Gobierno, reforzar la imagen revolucionaria y dirigirse hacia lo que el Primer Mandatario ha denominado como “Socialismo del Siglo XXI”. Agrega que, en una primera etapa, el discurso de Hugo Chávez intentaba despertar el sentido nacionalista de los venezolanos mediante una campaña en contra de Estados Unidos, pero “se dio cuenta que ese mensaje no estaba logrando los resultados electorales que ellos estaban esperando y por eso hubo un giro…”.

De esta manera, explica que actualmente se está afianzando la relación emocional del Presidente con los ciudadanos mediante frases que hacen referencia al amor, pues existen tres factores capaces de motivar a las personas: el logro, el poder y el afecto, siendo este último el que priva en los venezolanos; es decir “la necesidad de sentirse querido, de elevar su autoestima y hacia allá está centrada la campaña de Chávez…”.

No obstante Serra señala, que el efecto que tenga esta estrategia dependerá de “cuánto le cree la gente” al Primer Mandatario. Asimismo, considera que la emoción que generaba Chávez en las clases populares, está menguando porque las propuestas son las mismas, por la rutina de los procesos electorales y diferencias presentes en el seno del chavismo.

A pesar de ello expresa, que el Presidente de Venezuela aún posee puntos a su favor. “Todavía es un gran comunicador, sabe transmitir emociones (…). El gran problema, que yo creo que ha tenido siempre, es su obra de gobierno y unas expectativas demasiado elevadas, generadas por su discurso, las cuales no han sido correspondidas y, más bien, ha habido un incremento increíble de la corrupción administrativa…”, dice Serra.

Ahora bien, este politólogo opina que si Chávez llegara a ganar las elecciones con una pequeña diferencia sobre su adversario, y un sector de la población se moviliza al creer que el proceso electoral no fue transparente, entonces “…el Gobierno tendría muchos frenos para aplicar una política de tipo socialista-comunista”, pues tendría que hacer “redespliegues tácticos”. Pero, si por el contrario, resultara vencedor con una amplia mayoría de votos, “…sentiría que consiguió una aprobación masiva por parte de la población para desarrollar sus planes…”

En este caso, considera que las relaciones internacionales no sufrirían modificaciones y que, de hecho, “el mundo está esperando una victoria de Chávez, más bien, se sorprenderían si gana Rosales”. Agrega, que el actual Presidente venezolano continuaría construyendo alianzas, usando como recurso el petróleo, para conseguir un mundo “multipolar” y, además, seguiría manteniendo una relación conflictiva con Estados Unidos de Norteamérica.

En cuanto al abstencionismo, Serra comenta que en Venezuela existe un nivel de participación que se ubica entre el 60% y 70% para las elecciones presidenciales. De igual forma expresa, que entre las personas que prefieren no ejercer el derecho al voto, se encuentran aquellas desinteresadas en la política, los opositores que no creen en el sistema electoral y los chavistas que confían en que no es necesario votar porque el triunfalismo está garantizado.

Pero además, “tener el control del sistema electoral por parte del Gobierno, que eso nadie lo puede dudar (…) pudiera hacer que se aplique alguna jugada para tratar de decirle a la gente: miren señores, no importa, si ustedes ganan porque igualito van a perder con las máquinas o con el sistema. Es decir que si se crea esa visión, se retomaría el tema de la división electoral y esa puede ser todavía un arma que mantenga el oficialismo (…) para estimular la abstención”, manifiesta Serra.

Sin embargo, este analista político expresa que las personas que respaldan a Hugo Chávez, pudieran desencantarse al darse cuenta que no han recibido aquello se les ha prometido, lo que permitiría que se invierta, a favor de Rosales, la mayoría de votos que ha tenido el oficialismo en las últimas elecciones
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A esto habría que sumarle el que, según Serra, Manuel Rosales representa la unidad de la oposición y cuenta con el apoyo de la oposición; es decir con un “mínimo de 40% de la población”. No obstante, indica que estos aspectos positivos son contrapuestos por ciertas debilidades, como el hecho de que este candidato no posee la habilidad comunicativa del Presidente, ni tampoco los recursos y la disposición organizativa para la movilización y defensa del voto, porque en algunas regiones del país no hay partidos políticos fuertes en los que él pueda apoyarse.

“Yo dificulto que Rosales pueda montar una estructura de uno por diez; esto quiere decir, darle la responsabilidad a un dirigente para que vaya a buscar a diez personas para que voten por él y tratar de llevar ese mecanismo en cascada”, dice Serra, al tiempo que indica que Chávez sí cuenta con estos mecanismos.

Para finalizar, este analista manifiesta que a pesar de que Chávez parece tener más posibilidades de ganar las comicios “por ahora”, pudiera ocurrir lo contrario porque Rosales también las tiene y “mientras una probabilidad no sea cero siempre pueden pasar”. En todo caso, le sugiere a los electores que elijan al candidato que “esté en congruencia con sus valores y que estos sean demostrables, no sólo por las palabras sino por los hechos” a través de las obras regionales y nacionales.

Un comediante en busca de la presidencia
Benjamín Rausseo, conocido como el “Conde del Guácharo”, se encuentra entre uno de los tres candidatos con mayor renombre para las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006; sin embargo, en la opinión del politólogo Iván Serra, perdió fuerza en el momento en el que un sector de la oposición empezó a acusarlo de “chavista escondido” y “el Conde para salir de eso dijo, que si el candidato de la unidad llega a estar por encima de mí en las encuestas, yo lo apoyo”.

A pesar de ello, Serra, aunque no se atreve a afirmar cuáles son las intenciones de Rausseo, dice que “el que se mete en una pelea de estas, es porque algo está buscando, porque una campaña electoral es costosa en términos físicos, emocionales, financieros (…) y te expones a una serie de venganzas y retaliaciones, si llegas a perder”. Asimismo, expresa que “la política es una guerra por otros medios”, y que por ello la estrategia jocosa, por llamarlo de alguna manera, utilizada por Rausseo es válida, “aunque el problema es que lo consideren una candidato serio”.

La actuación de los venezolanos

“En este momento, luego de 8 años que tiene la gente sin poder expresarse, sin poder manifestarse, se le está presentando la gran ocasión, y no la va a desperdiciar el pueblo venezolano; éste va a acudir masiva y activamente a las urnas electorales para depositar su voto; algunos lo harán por el actual presidente Chávez y otros por el candidato Manuel Rosales”, dice Víctor León, ex diputado del Congreso y la Asamblea Nacional.

Asimismo, manifiesta que estos candidatos representan las dos alternativas que tienen los ciudadanos venezolanos para elegir en los comicios del 3 de diciembre. En este sentido, León opina que por una parte, se encuentra Chávez quien “ha sido muy osado, astuto y posiblemente ha llegado a donde nadie podía haber llegado antes; ha tratado de llamar las cosas por su nombre sin medias tintas y eso es lo que se ha salido de lo normal de lo común y lo corriente, lo que ha sido una innovación entre comillas”.

Sin embargo, este ex diputado del Congreso expresa, que el Presidente no ha cumplido con los ofrecimientos que ha hecho, como el de acabar con la situación de los niños de la calle, o resolver los problemas de viviendas que enfrentan los venezolanos. Asimismo, dice que Chávez “ha sido inconsecuente con sus ofrecimientos…”, y plantea que si las fallas en la gestión de Gobierno han sido ocasionadas por el equipo de trabajo que tiene el Presidente, éste como “gerente”, ha debido cambiar a sus integrantes por individuos más eficientes.

Por otra parte, se presenta el candidato Manuel Rosales, quien para León “ha sido un gobernador eficiente en el Zulia, con programas exitosos y una gran seriedad en sus planteamientos y que, hasta ahora, no le hemos conocido que haya engañado a nadie; lo poco que ha prometido ha cumplido…”.

En definitiva, León opina que “si la gente quiere volver a lo que ha estado anunciando el presidente Chávez de un Socialismo del Siglo XXI, que nadie sabe qué es, a un irrespeto a la propiedad y al atropello de las libertades¨, votará por el presidente Chávez y si la gente quiere el respeto a la libertad, el derecho a la educación de sus hijos, que haya un Gobierno que se dedique a garantizarle su seguridad, volverá a las urnas y votará por Manuel Rosales”.

En todo caso, el ex diputado señala que el Presidente venezolano ideal debe ser honesto, dedicado a tiempo completo al país y, además, una persona con la capacidad de escuchar las opiniones de otros, que se reúna con sus gobernadores para evaluar la gestión y así determinar los cambios que debe hacer en su gabinete.

Agrega que los gobernadores deberían seleccionarse a partir de los mejores alcaldes y al Presidente de la República, tomando en cuenta a los dirigentes de cada estado venezolano que hayan cumplido una labor exitosa.

Para finalizar, León explica que existen distintas maneras en las que la sociedad puede organizarse, pero, en primer lugar, debe ser participativa respetando las instancias, es decir los gremios, las organizaciones, las asociaciones, los sindicatos, las universidades. En segundo lugar, debe acudir a éstas en caso de que se estén violando sus derechos y, por último, se puede recurrir a la manifestación pública y pacífica.

De igual forma, considera que el 3 de diciembre los venezolanos acudirán de manera masiva a ejercer su derecho al voto; pero además sostiene, partiendo del principio que dice que “la buena fe se supone y la mala hay que demostrarla”, que tanto “el Consejo Nacional Electoral (CNE) como las Fuerza Armada Nacional, respetarán los resultados, no solamente porque sea un mandato constitucional, sino porque la gente está dispuesta a que se le respete su voluntad”.

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