El Camino de la Responsabilidad

RESPONSABILIDAD
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).

1. f. Cualidad de responsable.
3. f. Cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible
yerro en cosa o asunto determinado.
4. f. Der. Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para
reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.

Las personas responsables son conscientes, de que cualquier cosa que hagan,
traerá consigo consecuencias; por lo tanto, al momento de actuar, se toman su tiempo con el fin de analizar, si lo que van a hacer o dejar de hacer, dejará buenos o malos resultados.

Todo lo que hagamos, debemos hacerlo responsablemente, ya sea una tarea en la escuela, el colegio, la universidad, la casa o el trabajo. Realicémoslo en el momento indicado, con la mejor actitud, siempre dispuestos a dar lo mejor, sin pereza, ni quejas.

Cuando estemos en nuestro trabajo, cumplamos las órdenes y los procedimientos
previamente establecidos, por ninguna razón cometamos el error de sabotearlos, ya que estaremos demostrando, lo poco comprometidos e irresponsables que podemos ser.

Si tomamos una decisión no muy acertada, seamos lo suficientemente valientes para reconocerlo; para decir: «me equivoqué», «lo hice mal». Es de valientes reconocer los errores y adoptar l a s m e d i d a s correctivas.

Cuando prometamos hacer alguna cosa o llegar a una hora específica, cumplamos con lo prometido. La gente pierde la fe en nosotros, cuando no cumplimos los que decimos u ofrecemos.

Los padres de familias, debemos recordar siempre, la gran responsabilidad que representa tener hijos, no sólo desde el punto de vista económico, sino desde el punto de vista del actuar, del ejemplo que les podemos dar. Nuestros hijos imitan lo que hacemos.

Día a día nos observan, analizan cómo actuamos al salir de casa al trabajo, cómo
nos expresamos de nuestros jefes y compañeros. Si salimos tarde para el trabajo, si nos quejamos de lo que tenemos que hacer ese día.

También nos analizan al regresar de trabajar, si llegamos molestos o renegando de cuanto nos sucedió durante el día de trabajo; o al contrario, si llegamos felices y agradecidos por el hecho de tenerlo.

Observan cuál es nuestro comportamiento al pagar las cuentas, al comprar el comestible, o al pagar sus colegiaturas.

Si lo hacemos con amor o con desagrado. Pero, sobre todo, ellos analizan concienzudamente cómo actuamos ante nuestros errores; si somos lo suficientemente responsables para reconocerlos y enmendarlos, en la medida de lo posible.

Existe gran cantidad de padres, que le dicen a sus hijos, que si toman licor no conduzcan; lo malo es que ellos mismos no siguen el consejo. Principalmente, durante la época navideña, vemos a montones de padres que han bebido licor en las tantas y tantas fiestas, que se realizan en «honor de la navidad», manejando su
vehículo y llevando consigo a sus hijos.

Empecemos por ser responsables con nosotros mismos; cuidemos nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu, porque todo lo que ocurre a nuestro alrededor, va a ser un reflejo de nuestra actitud y nuestro actuar.

«Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo». (Efesios 5:15-16).

Disfrute el día.

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