El capital intelectual de una empresa, ¿Aumenta su valor?

En el Capitulo anterior sobre “El cambio de Estrategia”, se hacía referencia a que ahora las empresas son las que buscan sus trabajadores y, pareciera, que cada día cobra mayor importancia esta estrategia por cuanto en las actuales economías, basadas en la gestión del conocimiento y uso de las nuevas tecnologías de información, el capital intelectual como recurso intangible de una empresa y los mecanismos de valoración es el mayor activo que posee hasta llegar a representar un alto porcentaje de su valor total.

En los tres (3) tipos de capital intelectual: El humano, el estructural y el relacional está presente la figura del hombre representada en los empleados, los directivos, los clientes, los proveedores, los competidores, las organizaciones, instituciones, otro. Esto significa que la inteligencia, los conocimientos profesionales, las competencias y habilidades de los trabajadores, generan mayor ganancia para la empresa que los recursos físicos convencionales. Pero ese valor del capital intelectual en el mercado, tratándose de un activo intangible, ¿Cómo se mide? Algunos afirman; por una parte, que un primer método es el del mapa del conocimiento; un instrumento para identificar, categorizar, inventariar y gestionar los activos intelectuales de una sociedad, tales como patentes, modelos de utilidad, software, marcas, diseños industriales, procesos de producción. Y, por otra, que es necesario vincular el capital intelectual de las organizaciones con sus objetivos estratégicos tanto en las relaciones jerárquicas, su filosofía, cultura, métodos, tareas, innovación, como en las relaciones de mercado y las sociales de la empresa con el exterior.

Aquí, justamente, en esa relación de intercambio o acto de comunicación entre dos o más partes, llamada Marketing es donde la empresa a través del Capital Intelectual aumenta su valor. Es decir que en el proceso de creación de valor, desde la identificación de las necesidades de los clientes hasta lograr su satisfacción, se realizan grandes esfuerzos de investigación y de desarrollo que deben estar bien enfocados para llevar los nuevos productos y servicios al mercado.

Ahora bien, ¿Quién asume la responsabilidad en ese proceso de creación de valor? Pues pareciera ser que la mayor responsabilidad recae en los Directivos. Pero cada empresa debe desarrollar, según sus necesidades y como proceso global, una estrategia de marketing interno para integrar sus múltiples funciones con participación de los empleados de todos los niveles, incluyendo la alta gerencia. El hecho de involucrarse todos es lo que garantiza que los empleados estén preparados y motivados para actuar eficaz y operativamente antes de que la empresa pueda alcanzar sus objetivos en los mercados externos.