El Ché, Jesucristo y la LOE

El Ché era un pobre hombre, cargado de violencia y odio, según sus propias reveladoras y aterradoras confesiones, que aparecen en su diario, en su cartas y en sus discursos: “El odio como factor de lucha; que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano, y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría maquina de mata”, “Aquí en la selva cubana, vivo y sediento de sangre” y “Acabe con el problema con una pistola del calibre 32, en el lado derecho de su cerebro… Sus pertenencias ahora son mías”, estos son algunos de sus escritos, que le podrán leer a este pobre personaje; que encontró lo que busco con vehemencia…una muerte violenta.

Por otra parte, el proceso revolucionario pone limitaciones y condiciones a las enseñanzas de Jesús de Nazaret: basadas en el libre albedrío como gracia divina, que predicó el amor a nuestros semejantes, que pregonó la paz, que contra la ley del talión, nos presentó la opción de poner la otra mejilla. Se pretende reducir a la mínima expresión, la enseñanza de los valores cristianos, en los que ha estado sustentada nuestra cultura, para dar paso a la construcción del hombre nuevo, del comunista puro: sin aspiraciones materiales de ningún tipo, sumiso a la voluntad del jefe supremo, del gobierno, dispuesto a morir por la revolución y el líder, y lograr, por este camino, entrar en los libros de la historia del socialismo, que habrá de conquistar el mundo algún día.

En la nueva Ley Orgánica de Educación comunista venezolana, la LOE, los valores religiosos no se promoverán, y de ninguna fe, en las instituciones educativas del Gobierno y en las privadas estarán sometidas al control del gobierno, para lograr evitar que esos valores religiosos entorpezcan, la creación del fulano hombre nuevo, que busca promover la nueva ley de educación comunista.

Con la actual Ley de Educación, tendrán cabida en las mentes de nuestros niños, cualquier loco aventurero comunista, que haya matado o haya muerto en defensa de la revolución; las ideas marxistas basadas en el materialismo, en la idea de la no existencia de Dios, será donde se ponga el acento, a partir de ahora.

Lo que está en peligro son los valores trascendentes, en los que está sustentada nuestra civilización. Con el socialismo, lo que nuestros hijos puedan disfrutar o tener, se lo deberán al Gobierno, no a nuestro esfuerzo y sacrificio, y la nueva educación se los hará a entender. Su agradecimiento y culto, no será a sus padres y a Dios, sino al Comandante en Jefe, porque todo lo que tienen, aunque sea poco, él se los ha dado. Igual que en Cuba.

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