El crecimiento de la economía y el Capitalismo

A principios de año, se devaluó la moneda con la promesa de que la actividad económica en el país se estimularía, llegándose a predecir una baja sustancial en el precio del dólar paralelo, e inclusive, que se estimularía la producción y las exportaciones. A tan sólo tres meses de las medidas, esas promesas se desvanecieron con los resultados oficiales proporcionados por el BCV, quien estimó un decrecimiento de la economía de 5,8%, resultados que no tienen comparación con otro país latinoamericano y con la mayoría de los otros paises a nivel internacional.

Para poner en duda la veracidad de esos resultados, el Ejecutivo en voz del Presidente, alude a que la metodología de cálculo del PIB, no expresa realmente la situación económica del país, y que lo que se está observando es la caída del capitalismo; como si la gente estuviera ciega y no percibiera la escacez, el desempleo, el alto costo de la vida, la baja de la producción, la paralización de las inversiones del sector privado, e incluso, las del sector público, ya que muchas de las obras están paralizadas y expropiaciones por doquier.

Además, no puede ser que cuando la economía estuvo creciendo, el Ejecutivo hacía mención y destacaba la cantidad de trimestres que la economía había estado creciendo, como un hecho positivo; pero cuando los resultados no le son favorables, entonces, hay que buscar fórmulas que alienten u oculten las verdaderas mediciones de la actividad económica en el país.

Es cierto, que en el aspecto social se han hecho mejoras; recientemente el Banco Mundial señaló que en Venezuela los índices de desarrollo humano han mejorado. De eso no hay duda, hay programas sociales que llegan a donde antes no llegaban, que se realizan pagos o compensaciones de un número importante de venezolanos, eso es, una realidad. También, el Ejecutivo hace esfuerzos por proporcionarle alimento barato a los que menos tienen, pero a costa del sacrificio de la producción nacional, de lo cual esos beneficios a la larga, pudieran convertirse en ¨pan para hoy y hambre para mañana¨.

La crítica que se le hace al Ejecutivo, es que la ideologización a la fuerza no es una buena estrategia, ante una sociedad donde las últimas generaciones se han desarrollado en democracia y que no ve con buenos ojos que le impongan su forma de pensar y actuar. Un factor negativo a estas pretensiones, es la ineficiencia y las improvisaciones demostradas por el Gobierno, al cual se le cuestiona por la dilapidación que han hecho de los recursos proporcionados por el petróleo en once años de gobierno; en otras palabras, lo que se ha hecho es relativamente poco, en comparación con los recursos que se han dispuesto. Y, por el contrario, se visualiza un cambio de manos de la infraestructura productiva establecida en el país, por otro tipo de organizaciones que, hasta el presente, no han garantizado lo que se pretendió de ellas, léase Cooperativas, EPS y otras en la cual los resultados están a la vista.

Atribuir como justificación a la caída del PIB, con el derrumbe del capitalismo en Venezuela, pareciera no tener sentido; luciera más bien, como una forma de desviar la atención de los verdaderos problemas del país y enfrascarlo en una discusión de poco valor en este momento. Lo real, es que la gente percibe lo niveles de incertidumbre y desconfianza que estamos viviendo y observa que el panorama se le torna cada vez más oscuro, especialmente el de los jóvenes.

En este momento, estamos a la espera de las acciones del BCV relativas al dólar, bien sea el permuta, paralelo o dólar negro; no se sabe que pasará, lo que si pareciera ser cierto, es que el Gobierno no dispone de los dólares que la economía requiere para su normal funcionamiento, hecho que estaría confirmando la mala administración de los dólares recibidos.