El Credo Humanista

Nos toca compartir con la fraternidad humana, interrelacionarnos, darle oportunidad a nuestra línea de servicio, que colaboren con el despertar, crecimiento de los otros que nos acompañan. Debemos estar atentos, manejar bien nuestras emociones, sentimientos, todo aquello que constantemente nos somete a prueba y en donde obtenemos los resultados que nos indican, que tan bien lo realizamos.

La oportunidad que se nos da de estar, permanecer con vida en esta dimensión, debe ser aprovechada en pro de nuestro crecimiento, de realizar acciones que nos señalen lo tanto que sabemos aprovechar cada minuto que se nos da y en donde nosotros somos actores que garantizan el que sabemos utilizar nuestro espíritu, potencial divino que se nos lega.

Al detenernos a leer este escrito, ya habremos transitado un buen tiempo, tendremos nuestro propio credo, normas, valores que nos indican cómo debemos de actuar mientras permanezcamos acá.

Confiamos que el lector, una vez los haya analizado, tomados en cuenta y comprometerse en llevarlos a la práctica, pueda generar otras luces que favorezcan a los interesados en su crecimiento personal.

Estamos plenamente convencidos que las luces encendidas ayudarán a desaparecer las sombras, que nos evitan muchas veces, el que se de la total claridad, la razón de nuestra existencia y paso por este plano.

He aquí parte de ese credo:

-Creo que el hombre es consecuencia de la evolución natural: que ha nacido del conflicto de estar preso y separado de la naturaleza y de la necesidad de hallar unidad y armonía con ella.
-Creo que podemos atribuir a la vida el significado de continuo nacimiento y constante desarrollo
-Creo que podemos atribuir a la muerte el significado de suspensión del desarrollo y continua repetición
-Creo que la unidad del hombre. A diferencia de otros seres vivientes, se debe a que el hombre es la vida consciente de si misma.
-Creo que la naturaleza del hombre es una incoherencia, debida a las condiciones de la existencia humana que exige buscarles soluciones, las cuales, a su vez, crean nuevas incoherencias y la necesidad de nuevas soluciones.
-Creo que, escogiendo avanzar, el hombre puede encontrar una nueva unidad, mediante el pleno desarrollo de todas sus energías humanas, que se muestran en tres orientaciones, juntas o separadas: la biofilia, el amor a la humanidad, a la naturaleza, a la independencia y a la libertad.
-Creo que el amor es la llave principal para abrir las puertas al crecimiento del hombre. El amor y la unión a alguien fuera de uno mismo, permite trabar relaciones con otros, sentirse uno con otro, sin reducir el sentido de integridad e independencia. El amor es una orientación positiva,. para la cual es esencial que se hallen presente, al mismo tiempo, la solicitud, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento del objeto de la unión.
-Creo que la experiencia del amor es el acto más humano y humanizador, que es dado gozar al hombre y, como la razón carece de sentido, si se entiende de manera parcial.
-Creo que la fraternidad es el amor dirigido a nuestros semejantes. No obstante, se quedará en palabra hueca, mientras no se hayan eliminados toda los lazos incestuosos que impiden juzgar objetivamente al hermano.
-Creo que la igualdad entre los hombres se debe recordar, especialmente, para evitar que uno se convierta en el instrumento del otro.
-Creo que la libertad es la capacidad de obedecer la voz de la razón y el conocimiento, en contra de las voces de las pasiones irracionales. Es la emancipación que libera al hombre y lo pone en el camino de emplear sus facultades racionales y de comprender objetivamente, el mundo y el papel que en éste representa.
-Creo que la libertad de elección tiene, en general, el sentido excluido de lucha contra la autoridad impuesta sobre la voluntad individual. Hoy luchar por la libertad debe significar liberarnos individual y colectivamente de la autoridad, a la que nos hemos sometido voluntariamente, liberarnos de las fuerzas interiores que exigen este sometimiento porque somos incapaces de soportar la libertad.
-Creo que el individuo no puede entablar estrecha relación con su humanidad, en tanto no se disponga a trascender su sociedad y a reconocer de que modo ésta fomenta o estorba sus potenciales humanas. Si le resultan naturales las prohibiciones, las restricciones y la adulteración de los valores, es señal de que no tiene un conocimiento verdadero de la naturaleza humana.
-Creo que mientras parece que este mundo nuestro enloquece y se deshumaniza, cada vez más individuos sentirán la necesidad de asociarse y colaborar con quienes compartan sus preocupaciones.
-Creo que los hombres de buena voluntad, no sólo deben hacerse una interpretación humana del mundo, sino que también deben señalar el camino y trabajar por su posible transformación: la interpretación sin voluntad de reforma es inútil; la reforma sin previa interpretación es ciega.
-Creo que podemos y debemos esperar una sociedad cuerda que fomente la capacidad del hombre de amar a sus semejantes, de trabajar, de crear, de desarrollar su razón y un sentido real de sí mismo basado en la experiencia de su energía positiva.

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