“¿El criollo, es más vivo?”

El 18 de abril del año en curso, en el periódico Tal Cual, escribió Laureano Márquez, algo sobre “Radiografía de la Viveza Criolla”. Artículo con el humor característico de este reconocido satírico y escritor venezolano.

Se nos viene a la mente, (después de leer el artículo), todo lo que un venezolano cualquiera tiene que; aguantar, dejar pasar, acostumbrase, disgustarse, enfermarse, o algunas veces hasta reírse, para no llorar, por los abusos cometidos en cualquier ámbito de la ciudad. Léase, en el tránsito; en el banco, en los médicos, en las gasolineras, en la carnicería, para dejar o recoger los niños en el colegio, en la cola de las busetas, para comprar alimentos (en días pasados). Por tal motivo, casi todos los locales, han optado por la implementación de repartir un número, y ha sido la única manera de civilizar a los ciudadanos en esta materia.

Aún así, continuamos con la abusiva práctica de irrespetar al otro, y necesitamos para eso, que para salir por ejemplo, a la playa o la montaña, en épocas de temporada, se muevan miles de personas para poder (más o menos), trasladarse a otros predios.

En la pasada Semana Santa, las autoridades de tránsito terrestre, prometieron quitar licencias y algunas otras medidas represivas, para las personas, abusadoras y otras conduciendo en grado de ebriedad y/o consumiendo alcohol. La verdad, es que revisando la prensa los días posteriores al asueto, no se pudo encontrar nada que reseñara la ejecución de esta medida anunciada por todos los medios de comunicación. Si se advierte y no se cumple, cuando se supone que van a acatar las leyes los usuarios.

Lamentablemente, el venezolano tiene que ser penalizado para poder comportarse debidamente. Hoy día, con el grado de impunidad reinante, se puede ver a hombres orinando en plena ciudad, y ni se diga de los que regresan de las playas. Todo bajo la mirada complaciente de las autoridades, que parecen ciegas. Porque TODO EL MUNDO sabe que sucede.

En días pasados, le reclamé a un fiscal o como se llame, los de sombrero blanco, porque estaba conversando con el otro y el tráfico super trancado, y me dijo como el Rey de España, que me callara. Si estamos a este nivel, puede haber cambio de actitud. Si la misma ley se comporta de esa manera, que podemos esperar para los demás.

En un artículo reciente de Yván Serra, publicado en “El Periscopio de Yvan Serra”, titulado, “La Viveza Criolla y la Conciencia Moral”, el mismo hace referencia al escrito de Laureano Márquez, y nos indica como si se puede, si se quiere. Nos refiere el caso del Seniat y la otrora evasión de impuestos, y de cómo una gobernadora en Barquisimeto, impuso la obediencia de la Ley de Tránsito, enviando presos por algunas horas a quienes las incumplían, retirando licencias y cualquier sanción, de acuerdo al delito. Allí no hubo llamadas que valieran, ni padrinos, compadres, amigos, ni funcionarios del gobierno. Simplemente, se hizo cumplir la Ley. Para la época, en Barquisimeto se acabaron los vivos.

¿Podremos algún día transitar civilizadamente por las calles, avenidas, autopistas de Venezuela? ¿Se respetarán las colas de cualquier tipo que se formaran? Vamos a dar el beneficio de la duda, pero con mucho pesimismo, dadas las circunstancias.

Es cuestión de cultura…

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