El Cuento de Venezuela Potencia Agrícola

El Gobierno de Hugo Chávez no ha hecho nada por levantar la economía del campo.
En café, lácteos y cereales, que algo aportaban en años pasados, hoy en día no se exporta nada. El producto que más se vende hoy es el ron, con 17 millones de dólares, de los 39 en rubros agroalimenticios.

En Venezuela no es fácil polemizar sobre cómo se dividen los alimentos que consumimos entre producción importada y producción nacional, por una razón muy sencilla: las estadísticas sobre la producción agrícola nacional son pésimas, inexistentes o absolutamente poco confiables. Ni el Ministerio de Agricultura, ni el Instituto Nacional de Estadísticas, ni el Banco Central de Venezuela publican cifras en las cuales se pueda depositar una cuota medianamente aceptable de confianza. Y eso no puede ser por casualidad. No existen buenas estadísticas sobre producción agrícola porque el Gobierno y sus organismos dependientes no han querido que existan. Se trata de un área de la economía nacional que es mejor mantener oculta.

En ese contexto, los llamados frecuentes del Presidente de la República a convertirnos en potencia agrícola no son otra cosa que la necesidad de mantener vivos los sueños, las ilusiones, y en no pequeña medida las mentiras, en que se sustenta el discurso oficial.

Brasil es una potencia agrícola porque es el mayor exportador mundial de carnes, y uno de los productores y exportadores importantes de soya. Argentina es una potencia agrícola porque produce soja, lácteos, cárneos y cereales como para exportar en cantidades sustantivas. Chile es una potencia agrícola, por cuanto exporta frutas, productos forestales y pesqueros en cantidad muy superior a los alimentos que necesita importar. En realidad todos los países de la América del Sur exportan más productos agroalimentarios que los que importan, Todos, menos Venezuela, que es el único país que importa casi 100 veces más que lo que exporta. Tal como suena: en el 2011 sus exportaciones de productos agroalimentarios- correspondientes a los primeros 24 capítulos de arancel de aduanas- ascendieron a 39,5 millones de dólares, mientras que sus importaciones, de los mismos rubros, sumaron 3.743 millones de dólares.

¿Sabe usted cuàl es el producto estrella en las exportaciones agroalimentarias de Venezuela? Ya hace varios años que no es el cacao, ni el café, ni la carne, ni el arroz. El producto estrella es hoy en día el ron, del cual se exportan 17 millones de dólares, de los 39 millones de dólares ya mencionados que constituyen las exportaciones agroalimentarias totales. Es decir, casi 40% de nuestras exportaciones agroalimentarias están constituidas por dicho producto. Pero incluso ese rubro ha venido disminuyendo en forma sistemática en los últimos años. De 36 millones de dólares que se exportaban de ron en el año 2006, en el año recién pasado solo se exportaron los 17 millones de dólares. Es de esperar que al Gobierno no se le ocurra expropiar a las empresas roneras que todavía logran abrirse paso en el mercado internacional, pues allí las exportaciones llegarían rápidamente a cero.

El segundo producto de exportación – en el campo agroalimenticio- es el constituido por los pescados, crustáceos y moluscos, de los cuales se exportaban 48,5 millones de dólares en el año 2006 y en el año recién pasado sólo se exportaron 10,6 millones de dólares.

El cacao, antaño orgullo de las exportaciones agropecuarias venezolanas, ha pasado de 16.9 millones de dólares en el 2006, a sólo 2,6 millones de dólares en el año 2011. Hay algunos que todavía viven de las glorias pasadas y piensan que el mundo no puede vivir son el cacao venezolano, que se supone uno de los mejores del planeta.

CIFRAS

En frutas y frutos comestibles se pasó de 5,8 millones de dólares en el año 2006 a sólo 1millón de dólares en el año 2011. Es decir, Venezuela no logra consolidarse tampoco como exportador de futas tropicales.

En café, lácteos y cereales, que algo aportaban en años pasados, hoy en día no se exporta nada.

Esta es la realidad que arrojan las pocas cifras creíbles existentes sobre el sector agropecuario venezolano, que son las referidas a su comercio exterior.

La conclusión es clara: con la política agropecuaria actual no hay destino posible para el agro venezolano. Si se sigue haciendo lo mismo, se seguirán obteniendo los mismos resultados, que nos alejan cada vez mas de ser una potencia en alguno de los muchos rubros agroalimenticios.

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