El declive del crédito socava la rentabilidad de la banca venezolana

Leonardo Buniak advierte que mientras la ganancia siga deprimida el sistema financiero va a perder viabilidad y capacidad para ser un factor de relanzamiento de la economía

 @vsalmeron

La banca venezolana demostró habilidad para flotar sobre la recesión que redujo a la cuarta parte el tamaño de la economía y la hiperinflación que destruyó la confianza en la moneda, pero la contracción del crédito comienza a minar la rentabilidad.

Para drenar liquidez y evitar que haya préstamos que alimenten la demanda de dólares desde 2019 el Banco Central obliga a los bancos a inmovilizar la mayoría del dinero que gestionan, actualmente, el 73% de los depósitos.

El resultado es una economía primitiva con escaso financiamiento donde las empresas reciben pocos préstamos para soportar la producción y millones de venezolanos tienen tarjetas de crédito inservibles, con las que no pueden comprar una hamburguesa.

El portafolio de préstamos equivale a tan solo 500 millones de dólares al cierre de junio, una cifra enana respecto a los 31 mil millones de dólares de 2012, cuando no había explotado la crisis y la banca usaba la mayoría de los depósitos para prestar.

Para el sistema financiero hay una cadena de impactos. El escaso volumen de los créditos se traduce en menos ganancias y poco dinero para reforzar el capital. Por tanto, la rentabilidad y la solvencia se debilitan.

Leonardo Buniak, analista de riesgo bancario y director de la firma Buniak & Company, explica que “el capital crece por el aporte del accionista o por la reinversión de utilidades. Si las utilidades se debilitan la solvencia del banco también comienza a debilitarse”.

Pendiente negativa

Un elemento esencial para evaluar el desempeño del sistema financiero es el activo, es decir, el dinero que el banco presta para obtener ingresos, mediante créditos e inversiones como la compra de bonos. Pero este dinero no es del banco, es de los depositantes y para captarlo paga intereses.

Leonardo Buniak recurre a un indicador clave para examinar la rentabilidad, el margen financiero bruto. Este indicador relaciona los ingresos obtenidos, mediante los préstamos e inversiones, con el pago de intereses que hace el banco para captar dinero.

Básicamente se calcula restándole al ingreso por créditos e inversiones el pago de intereses a los depositantes y el resultado se expresa como porcentaje del activo.

“El negocio de la banca es dar préstamos y realizar inversiones por eso el margen financiero bruto es el principal indicador de ganancia y en el caso de la banca privada se redujo desde 13,58% en marzo de 2021 hasta 0,31% en marzo de este año. En junio milagrosamente subió a 2,24%” dice Leonardo Buniak.

“La caída vertiginosa en la ganancia del negocio de intermediación es algo indescriptible y sin precedentes en la historia de Venezuela. Y eso nos habla de lo comprometida que está la banca respecto a la rentabilidad”, dice Leonardo Buniak.

En el caso de la banca pública el margen financiero se redujo desde 2,31% en marzo de 2021 hasta 0,55% en junio de este año.

La solvencia

Leonardo Buniak destaca que “la banca todavía está bien capitalizada” pero deja en claro que los indicadores de solvencia han comenzado a deteriorarse porque el descenso de las ganancias implica que hay menos recursos para reforzar el capital.

Los indicadores de solvencia reflejan en qué medida los recursos propios del banco, provenientes de los aportes de los accionistas y los beneficios reinvertidos, respaldan las operaciones. Es la capacidad para absorber pérdidas.

El indicador mínimo de patrimonio o solvencia que exige la Superintendencia de Bancos en Venezuela es de 9%, es decir, por cada cien bolívares en activos debe haber nueve de recursos propios.

“Si vemos la banca privada al cierre de marzo de 2021 la solvencia se ubicó en 37% y en junio de este año en 20,08%. Este es el promedio del sector, pero hay bancos pegados del 9% que es el mínimo exigido, de allí las exigencias de aportes de capital”, dice Buniak.

Para contener el deterioro de la solvencia la Superintendencia de Bancos emitió una resolución que obliga a los accionistas a inyectar dinero en efectivo para incrementar el capital antes de septiembre de este año.

Sin músculo

Lo previsible es que los banqueros aumenten el capital lo mínimo necesario en un entorno donde la inmovilización de los depósitos restringe el crédito y la rentabilidad desciende.

La hiperinflación condujo a una dolarización de facto y hoy la mitad de los depósitos son dólares, pero el gobierno, en un intento por detener la dolarización, prohíbe los préstamos en moneda extranjera.

La única concesión fue permitir en febrero de este año el uso de 10% de los depósitos en dólares para otorgar préstamos en bolívares relacionados al tipo de cambio oficial. La medida dio algo de oxígeno, pero no acabó con la asfixia del crédito.

Leonardo Buniak advierte que “hay una macrotendencia muy grave. Mientras la rentabilidad siga deprimida la banca va a perder viabilidad, sostenibilidad y capacidad para ser un factor de relanzamiento de la economía. Esta rentabilidad no te permite crecer”.

Un aspecto positivo es que el sistema financiero está sólido en cuanto a las reservas disponibles para atender un posible deterioro en la calidad de los créditos.

“Las provisiones al cierre de junio son de 390% eso quiere decir que, por cada bolívar de cartera mala, con problemas de morosidad, la banca tiene cuatro bolívares en provisiones para contingencias” explica Leonardo Buniak.

“La banca todavía sigue estando bien capitalizada y provisionada, pero está inmersa en una macrotendencia peligrosa que le resta sostenibilidad al sector hacia adelante”, agrega.

El reacomodo

Para adaptarse al entorno los bancos han iniciado la digitalización de procesos, el recorte de personal y el cierre de agencias a fin de disminuir los gastos y enfocarse en el cobro de comisiones por servicios como fuente de ingresos.

Si bien la digitalización es la tendencia en la banca regional en Venezuela cuenta con el aliciente de un entorno que obliga a recortar gastos a gran velocidad.

“Es una tendencia irreversible el cierre de agencias y el despido de personas por la caída de la rentabilidad. Para sobrevivir la banca se enfoca en las comisiones por servicios. Pasó de una banca de intermediación a una banca de servicios transaccionales y para eso no requieres una gran red de agencias”, explica Buniak.

Las cifras son elocuentes. Entre junio de 2018 y junio de este año la banca cerró 768 agencias y redujo el número de trabajadores en 25 mil 330. Esto implica que la red de oficinas se achicó 22% y la nómina 44%.

BOD el inicio

El pasado 17 de junio la Superintendencia de Bancos aprobó la operación en la que el Banco Nacional de Crédito (BNC) adquirió activos y pasivos del Banco Occidental de Descuento (BOD), una entidad que según las autoridades estaba inmersa en “riesgos significativos de solvencia y liquidez”.

El 6 de julio la Superintendencia emitió una resolución donde otorga un plazo de dos años para la liquidación del BOD y sus empresas vinculadas. Esta operación bien podría ser el primer paso de un proceso en el que se reduzca la lista de 23 bancos privados que operan en Venezuela.

“La banca avanza hacia procesos de fusión y es probable que terminemos con once o doce bancos. Ya vimos el primer ejemplo con BOD y BNC” afirma Leonardo Buniak.

Un aspecto clave es que las fusiones tienen un alto grado de intervención política porque necesitan la autorización previa del Directorio del Órgano Superior del Sistema Financiero Nacional integrado por cinco funcionarios nombrados por el presidente de la República: el ministro de finanzas, el presidente del Banco Central y tres directores.

Banqueros sostienen que este grado de intervención del gobierno es una traba para que se concreten fusiones que están en una fase preliminar

Con la información del escrito de Víctor Salmerón en la página de Nelson Bocaranda https//runrunes.org