El diálogo entre nosotros

Me parece que el «equipo negociador de la MUD» no puede lograr las condiciones requeridas para que se produzca la solución concertada con el gobierno a la situación dentro de la cual ha estado mal viviendo Venezuela. Es incluso tarde para esperar ese desenlace, ya la MUD, aunque represente una parte de la sociedad venezolana, no reúne la representatividad necesaria para comprometer la participación significativa de la colectividad nacional, y se hace urgente que esa realidad sea reconocida e informada a la sociedad venezolana, sin que ello signifique “condenar” el esfuerzo realizado.

SI se requiere urgentemente otra negociación, el diálogo entre los venezolanos opositores, incluyendo todos los sectores, los partidos, los de la MUD y los otros; y las organizaciones de la sociedad civil debidamente representada: universidades, la CEV, en la medida en que pueda participar; los estudiantes, los trabajadores, la empresa, en fin todos los sectores de la colectividad venezolana, de manera que el destino de los venezolanos no dependa, como pudo ser años atrás, de los partidos, antes respaldados,, hoy disminuidos.

Si CREO que lo podemos lograr, siendo necesario que la negociación sea entre nosotros todos.

No más hegemonía partidista producto de un nuevo y verdaderamente democrático patrón de comportamiento de los partidos, y también de la ciudadanía.

No es necesario repetir las letanías de las calamidades de todo tipo que estamos padeciendo. Esto quizás se puede lograr expresando lo inimaginable que ha resultado la maldad del gobierno.

No es necesario aspirar castigo y venganza para el desafuero que luce incalculable. Esto se puede superar con la aplicación de la justicia imparcial y el fortalecimiento espiritual. La colectividad sabe bastante bien lo que más necesita, de manera que no es imprescindible repetir el “programa de gobierno” que se presenta al país, siendo más importante presentarle un equipo de gobierno que lo puede ejecutar con eficiencia y productividad social, estando muy claro lo importante que es recuperar la economía y sacarla de su postración.

Pero se sigue observando que no se “aterriza” respecto a «cómo» integrar ese equipo y “cómo” llevarlo al gobierno dentro de las diversas condiciones como pueda ser necesario hacerlo: electorales y pacíficas como es obviamente necesario, o por las diversas vías constitucionales, y por ende democráticas, que pueden incluir la participación legítima de gobiernos amigos de Venezuela, de los derechos humanos y de la justicia, si el gobierno se niega a la competencia electoral democrática y legítima. No es necesario gastar pólvora en zamuro, no es necesario decir que “hay mucho culpable”; que en cierto sentido “todos somos culpables, que unos lo son “más que otros”, dependiendo de las responsabilidades y capacidades de actuación.

Los sectores empobrecidos pueden ser menos “culpabilizados”, o quizás menos culpables que otros que no les han posibilitado su mejor formación ciudadana. En fin, se han dicho y se pueden repetir muchas cosas (Ojalá que no).

No pretendo agregar esta, sino sumarla a lo que ya han dicho otros en esta dirección. En mi apreciación personal respecto a «cómo», pienso que si hace falta negociar, dialogar, pero entre los venezolanos opositores, quienes somos, EN VERDAD, una buena mayoría bastante suficiente para triunfar en elecciones: Negociar entre partidos y sociedad; entre sociedad y políticos. (Ojala no hubieran politiqueros, quienes son, quizás, los más responsables).

Diálogo entre venezolanos de “buena voluntad” que sean capaces de posponer intereses particulares, personales, partidistas, de cualquier naturaleza, en favor de las necesidades nacionales, sobre todo de quienes sufren más. Este diálogo puede traducirse en un consenso no cerrado entre partidos, pudiera ser en una primaria no cerrada entre partidos.

Dentro de todo lo necesario, se cree fundamental destacar la fe que debemos tener en nosotros mismos, a pesar de lo mal que nos estamos desempeñando, fe que tiene un basamento histórico real y significativo; la esperanza que se alimenta de lo posible que es lograr lo que necesitamos y deseamos tanto; algo que hemos hecho antes en forma sobresaliente; y la paciencia que se apoya en lo muy importante y vital que es para nosotros rescatar y recuperar nuestra patria.

No decaer, no debemos rendirnos, no debemos  dudar de que saldremos avante.

dialogo mirada personas