El dolor crónico acelera el envejecimiento

Vivir muchos años duele. Un estudio del equipo Algos del Departamento de Psicología de la Universitat Rovira i Virgili (URV), de Tarragona, dirigido a mayores de 65 años, ha desvelado que el dolor crónico –el que persiste durante más de seis meses–, no sólo es un problema grave para este segmento de la población, sino que es la principal causa del deterioro de su calidad de vida. El 64% de los individuos que superan los 65 años sufren dolor crónico.

La investigación, pionera en España, se ha basado en una muestra de 350 personas que fueron entrevistadas entre abril y noviembre del 2006 y que formaban parte de otro grupo de 600 encuestadas, por el mismo motivo, en el 2003. Las cifras obtenidas son demoledoras. El 71% de los encuestados afirman que padecen algún tipo de dolor que, en el 89% de los casos, es crónico.

El profesor Jordi Miró, coordinador del trabajo, advirtió ayer, que se trata de un fenómeno que crece y al que no se da la importancia merecida. El 81% de los afectados admiten que no pueden controlar el dolor y denuncian la falta de recursos médicos para afrontarlo. Tampoco hay modelos de prevención que se puedan aplicar, si bien el estudio ha facilitado «la identificación de factores de riesgo físicos y psicológicos, lo que puede servir para diseñar pautas de comportamientos que permitan frenar el problema», afirmó Miró.

El miedo al dolor y la depresión conducen a abandonar ciertas funciones, lo que genera inactividad y, con ella, atrofia física. «Hay que propugnar el empleo de equipos multidisciplinares para intentar remediar estos males y mejorar la calidad de vida de los ancianos», dijo el investigador. También defendió un cambio cultural en este terreno, porque «es evidente que la prevención es fundamental y da buenos resultados».

Diferencias entre sexos

El estudio demuestra que las zonas corporales más azotadas por el dolor son las articulaciones, la espalda, las piernas y los pies. En cuanto a la intensidad, es más elevada en las mujeres. En una escala de 0 a 100, la media en mujeres es de 62, y en los varones, de 48. El índice de incapacidad en mujeres con dolor crónico también es el doble que el de los hombres, 51 contra 26.
Varias hipótesis relacionan el origen de las diferencias con su mayor emotividad y sensibilidad.

Los mayores con dolor crónico tienen dificultades para llevar a cabo tareas como vestirse, subir escaleras, alimentarse, ocuparse de la casa, relacionarse o utilizar medios de transporte. «En EEUU, Canadá, Australia y varios países europeos se han analizado estas cuestiones al considerarlas de relevancia», destacó Miró. En España, aún no se le concede al dolor la importancia que tiene ni se han buscado recursos económicos y sanitarios para combatirlo.