El encéfalo triúnico, la mente y el comportamiento humano

Todo gerente y líder sabe que el efecto de su accionar se ejerce en la mente – ubicada en el Encéfalo – de sus subalternos y seguidores.  Por esto, ha de conocer de ella y de él. Aprovechar este conocimiento permite entender mejor el basamento del comportamiento y su gestión.

É. Arenas P.

Estos apuntes describen el escenario donde surgen los efectos de las palabras y el ejemplo de quien lidera; su comprensión y aplicación puede ser beneficiosa en la lucha por resolver la ecuación que lleva a establecer y mantener la conexión con quienes han de ser sus seguidores como visionario influyente: agente de cambio por un futuro mejor, un disruptor que se rodea con los mejores.

La mente no es la masa encefálica (cerebelo, tallo encefálico y cerebro), sino un conjunto de capacidades – unas: exclusivas del humano; otras: compartidas con otras formas de vida- que se cumplen en tal masa. Ésta tiene varias secciones que -a lo largo del tiempo y de la evolución- han ido incorporándose una sobre otra (cuyos pormenores anatómicos no son de utilidad a los fines cognitivo-divulgativos de esta exposición), siendo de provecho citar al cerebro triúnico (CT) que es bien enfocado por Viviana Veauport en «Las 3 caras de la mente».

Según ese modelo, el CT lo conforman tres cuerpos (1- el complejo reptiliano, 2- el sistema límbico o emocional, y 3- el neocórtex o complejo racional-ejecutivo) funcionalmente vinculados que tienen inteligencia propia y memoria especial.

El complejo reptiliano (complejo-R o cerebro reptiliano: CR) incluye al cerebelo y al tallo encefálico; es la porción más antigua de la masa encefálica del humano, siendo el 5% del total de ésta, a la que -en la evolución de su formación y desarrollo- se han añadido el sistema límbico y el neocórtex.

El término reptiliano deriva de que el cerebro de un reptil es dominado por el cerebelo y el tallo encefálico cuyas facultades controlan el equilibrio, procesan la coordinación muscular del movimiento corporal para ajustarlo a las distintas situaciones para que sea un acto adecuado y correcto, mantienen y manejan -organizan, monitorean y controlan- los procesos inconscientes autónomos involucrados en lo vital (respiración, función cardiovascular, tensión sanguínea, calor corporal, etc.), regulan el estado de sueño y vigilia, filtran la información que llega por los sentidos y escogen los datos de su interés y desechan el 90%  (que resultan irrelevantes) que no llegará a la consciencia, siendo ruta de circulación de casi todas las vías sensoriales.

El CR es el que el humano comparte con otros mamíferos y reptiles. No es reflexivo: es primordialmente reactivo a estímulos directos, por esto ejecuta conductas reactivas involuntarias, pues es el encargado de cumplir las funciones instintivas básicas y primitivas de proteger y defender contra posibles amenazas y de huir de situaciones de riesgo a fin de asegurar la supervivencia, y responde a la motivación sexual que provoca la atracción y el deseo por otras personas (buscando satisfacer la necesidad reproductiva que garantiza la perpetuación de la especie).

Por realizar lo descrito y por sentirse seguro únicamente en un terreno conocido, se siente amenazado cuando se ve ante nuevas situaciones (terreno desconocido) y… como es primordialmente reactivo a estímulos directos… en vez de enfrentarse a lo nuevo que le reta, que lo pone a prueba… reacciona haciendo que el humano rehúya, mediante «comportamiento territorial» que suele dificultar el logro de objetivos personales superiores por preferir quedarse en el “área segura” (de confort), buscando el placer y demás sensaciones agradables que ha experimentado hasta ese momento.

El sistema límbico o cerebro emocional deriva del cerebro viejo del mamífero ancestral. Este sistema regula los ritmos circadianos, el descanso nocturno y el ahorro de energía, teniendo que ver con la vida instintivo-afectiva individual y es donde se da lo de las emociones, la memoria y su gestión, (el procesamiento de la memoria procedimental, la consolidación, evocación y vinculación de recuerdos, el reconocimiento y más), y las relaciones sociales. Cuando esta parte encefálica es estimulada (positiva o negativamente) reacciona y produce la respuesta emocional síncrona, pudiendo llegar -o no- al aprendizaje emocional y a la regulación voluntaria (dependiendo del dominio individual sobre esa reactividad). Del accionar de este sistema se puede comprender buena parte del reaccionar conductual del humano.

El neocórtex o corteza cerebral se halla únicamente en el cerebro de los mamíferos y está en la superficie de los hemisferios (derecho e izquierdo) que intercambian información a través de fibras nerviosas.

Con la evolución del cerebro humano se han ido implementando mejoras que han permitido la adaptación a los cambios que han acontecido, siendo una de las principales razones de la sobrevivencia de la especie, ya que se encarga de funciones cerebrales centrales complejas de carácter superior. Entre ellas se pueden mencionar las siguientes finciones de esta parte del cerebro: el autoreconocimiento, la imaginación, la cognición, la inteligencia, el juicio, el procesamiento de la información, el procesamiento cognitivo y analítico de las funciones ejecutivas o intelectuales relacionadas con la capacidad para aprender cosas nuevas y de aplicarlas, la comunicación, la interpretación, la planificación, la concepción-estructuración-adopción-implementación de decisiones, el cálculo, la focalización de la atención, la observación, la comparación, la clasificación, el pensamiento, la abstracción, el razonamiento, la reflexión, la introspección, el lenguaje, el control de la expresión e integración emocional y afectiva, la gestión del sistema particular de recompensa y de respuesta intencional -voluntaria- a la motivación, el dominio actitudinal del comportamiento social y ético para la actuación civilizada, la personalidad, y el control motriz corporal voluntario sofisticado, la percepción de la orientación y posición corporal, entre otras.

La evolución del neocórtex es considerada un avance clave que permitió esas facultades cognitivas tan elevadas: el paso más reciente en la evolución del cerebro que confiere la habilidad para la actuación intelectual avanzada, dando así origen a la denominada «mente ejecutiva» que se halla en la región más humana del córtex encefálico: en los lóbulos frontales de los hemisferios cerebrales que permiten desempeñar los procesos mentales más complejos de la inteligencia directiva y ejecutiva y los meta componentes de la misma (como los denomina Robert J. Sternberg en su teoría triárquica de la inteligencia) que posibilitan percibir y relacionar las causas con los efectos y los recursos con los fines.

De todo lo precedente, cada líder sabe que:

1- el poder depende de cómo se inspire a las personas, de cómo se use la manera de pensar y de cómo se ejerce la facultad de decidir cómo reaccionar (favorablemente u hostilmente) según la personalidad (carácter + temperamento) y la madurez individual;

2- la mente sólo atiende a lo que se piensa conscientemente y participa en hacer que lo pensado suceda. El subconsciente no discute y acepta lo que decreta la mente consciente que debe ser guardiana y protectora del subconsciente;

3- hay egoístas malvados especialistas en favorecer lo contraproducente y mermar la energía de la gente; y por eso

4- se debe actuar asertivamente siempre, sin desviarse de la línea recta hacia lo mejor, allanando el camino para proseguir con lo favorable sin entorpecer el avance, creyendo que algo bueno está ocurriendo, induciendo cómo mermar las debilidades y amenazas, invitando a elegir y cumplir la acción correcta e incitando a que nunca se diga «no puedo», sino «¡puedo hacerlo sin miedo gracias al poder de mi mente!» (cada quien es el comandante de su mente: todo lo que la mente asume y cree que es verdad, busca lograrlo). es verdad, busca lograrlo.