El enrarecimiento de la sociedad venezolana actual

El asunto de la solvencia laboral, la estrecha inquisición del Seniat, la regulación de los precios de los artículos de consumo diarios y costos de parte de las clínicas privada; así como la feroz limitación a los institutos de educación privada, prohibición de aumento en las mensualidades, limitación de la educación religiosa y muchas otras, que ha hecho que el nudo del dogal se estrecha cada día más.

Lo que nos hierve la sangre de la indignación, es ver a un funcionario que debe dar muestra de ecuanimidad e imparcialidad, como el Ministro del Trabajo, antiguo sindicalista, quien con indumentaria “roja-rojita”, encabeza una cantidad de manifestantes de la misma tolda, a patentizar su apoyo a la reducción de la jornada laboral, y demás articulado de la reforma, ante la AN, en detrimento de una gran mayoría de nacionales.

En el momento de un laudo arbitral entre empresa y sindicato, a quièn cree que favorecería la decisión ministerial, seguro: a la representación de los trabajadores del régimen. No existe la imparcialidad, la ecuanimidad, ni el trato justo. Por eso, no hay esperanza para la propiedad personal, tampoco para la empresa privada.

Otra de la manifestación perversa del Ministro del Trabajo contra la empresa privada, es reconocer a una minoría de trabajadores, como sindicato -en detrimento del legítimamente constituido-, lo que ha generado en serios conflictos laborales, perjudicando a la industria privada y demás trabajadores.

Los Inspectores de Trabajo, son funcionarios dedicados a buscar la paz laboral, parece que con su actitud de favorecer a una parte de la querella, sin mediar una actitud serena e imparcial, contribuye a enrarecer maliciosamente, el ambiente de trabajo.

¡La mujer del César, no solamente debe ser honrada, sino parecerlo!.

Por tales razones, es que debemos formar una enérgica vanguardia común, para hacerle frente a esa actitud descabellada del Presidente, no sólo de eternizarse en el poder, sino la de rechazar por todos los medios la idea de instalar el comunismo en Venezuela.

No es la lucha de la oposición, de un partido político, de un sindicato, de los industriales, de los trabajadores, de la sociedad civil, la lucha es de todos y por todo.

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